El reto es poner a funcionar las comisiones anticorrupción: Ungar | El Nuevo Siglo
Jueves, 5 de Enero de 2012

La directora Ejecutiva de la Corporación Transparencia por Colombia dijo que en ocasiones estas comisiones se tornan en un “saludo a la bandera”.

Recientemente el presidente Santos instaló la Comisión Nacional Ciudadana para la Lucha contra la Corrupción y la Comisión de Moralización, creadas por el Estatuto Anticorrupción.
De esta forma el Gobierno nacional estableció todo el aparataje que considera se requiere para combatir la corrupción rampante en el sector público y privado.
EL NUEVO SIGLO habló sobre el tema con la directora Ejecutiva de la Corporación Transparencia por Colombia Elizabeth Ungar.
EL NUEVO SIGLO: ¿Qué significa para la Corporación Transparencia por Colombia ser nombrada como miembro de la Comisión Nacional Ciudadana para la Lucha contra la Corrupción?
ELIZABETH UNGAR: Es un reto muy grande ponerla a funcionar, esas comisiones pueden volverse un saludo a la bandera o pueden realmente convertirse en un escenario en donde la sociedad civil puede comenzar, no solamente a tener incidencia en las políticas públicas, sino también a pedir y exigir rendición de cuentas por ciertos temas relacionados con la lucha contra la corrupción.
Entones ¿quién la va a dinamizar? Esa es una gran pregunta. De parte nuestra hay todo el interés, yo espero a mediados de enero hablar con el doctor Galán (Carlos Fernando), el nuevo Secretario Anticorrupción y de Transparencia, a ver cómo la podemos dinamizar, pero, como le digo, teóricamente es muy importante pero a veces esas comisiones se vuelven un saludo a la bandera.
ENS: ¿Esa Comisión no estaría invadiendo el espacio que hoy tienen las Veedurías ciudadanas?
EU: No, yo no creo. Primero porque en la Comisión Ciudadana hay un representante de las Veedurías por la misma ley, y segundo porque de lo que se trata, precisamente, es de romper esas rivalidades que a veces tienen los veedores y las organizaciones sociales, y comenzar a trabajar juntos por un propósito tan importante como este.
ENS: ¿Qué futuro le ve a la Comisión de Moralización?
EU: Pasa un poco lo mismo; la gran virtud es que en este momento, en esta coyuntura, por lo menos cuatro de los miembros que conforman la Comisión, o sea el Procurador, la Fiscal, la Contralora y el mismo Secretario Anticorrupción y de Transparencia, están comprometidos con el tema. Entonces eso nos haría pensar que puede funcionar.
ENS: El Presidente y el Procurador hicieron advertencias a los nuevos mandatarios sobre corrupción. ¿Más que por recomendaciones, combatir este flagelo no depende de controlar y sancionar?
EU: Está demostrado internacionalmente que más importante que las sanciones es la prevención; yo creo que el Gobierno debe poner mucho más énfasis, y los mandatarios locales también, en todo lo que tiene que ver con acciones preventivas de la corrupción, pero por supuesto también en este momento se debe comenzar a sancionar drásticamente a los corruptos. Me explico: Colombia tiene normas bastantes buenas, con el Estatuto Anticorrupción muchas de esas normas se fortalecieron, están sobre el papel, pero ahora lo que es importante es pasar de lo que está en el papel a las acciones.
Nosotros como Transparencia señalábamos en el Día Internacional Contra la Corrupción, a partir de una evaluación que hicimos del cumplimiento de las convenciones internacionales por parte del Estado colombiano, que el Sistema Penal Acusatorio no es la herramienta más efectiva para combatir la corrupción, sobre todo por el tema de la oralidad, en la medida que el sistema no está preparado para aplicar la oralidad a los grandes casos de corrupción; y el otro tema, que es muy complejo, es la reducción de penas por colaboración.
Entonces estamos enfrentados a casos como el de los Nule, que van a terminar pagando siete años y así sucesivamente. Entonces es un tema de leyes, sin duda, pero más que de leyes es de velar porque se cumplan y trabajar en otros frentes como es todo el tema de la movilización ciudadana y de generación de conciencia y de educación ciudadana, en el sentido de que la corrupción nos afecta a todos.