Elecciones en pandemia: lo que puede aprender Colombia | El Nuevo Siglo
Foto archivo Anadolu
Domingo, 3 de Octubre de 2021
Redacción Política

LAS ELECCIONES en pandemia se convirtieron en todo un nuevo reto para los organizadores de los comicios en América Latina que debieron, con diversas estrategias, evitar que el covid se convirtiera en excusa bien para aplazar las jornadas o que se aumentara la abstención electoral.

Con el fin de conocer las experiencias de los países que debieron sortear jornadas electorales en medio de esta crisis sanitaria global se realizó el evento “Innovaciones y lecciones electorales en contexto de pandemia”, en el que participaron los directores de los consejos electorales de Bolivia, Ecuador y Chile. Sin duda, muchas de esas iniciativas que nacieron por culpa de la coyuntura se podrían aplicar en Colombia para las citas a las urnas que se tiene para 2022.  

Bolivia

Salvador Romero, expresidente del Tribunal Electoral, comentó que lo más importante fue generar confianza al votante en el sentido de que no iba a exponerse a contagio en los puestos de votación.

Así, el 18 de octubre del año pasado, entre las medidas que aplicaron para evitar la aglomeración del público estuvieron: aumento de los puestos de votación, sobre todo en las ciudades; extensión del horario electoral de 8 a nueve horas y la segmentación de la jornada, una especie de pico y cédula. De esta forma, de 8 de la mañana hasta las 12:30 votaron las personas cuya cédula terminaba entre 0 y 4 y desde las 12:30 hasta las 5 de la tarde las personas entre 5 y 9.

“Se hizo un conjunto de recomendaciones: que la gente fuera sin acompañante, que llevara su propio bolígrafo, que fueran con tapaboca, distribuimos material de protección en los puestos y se bajó la edad de los jurados encargados de las mesas. En esta oportunidad para elegir los jurados hicimos un sorteo de personas entre los 18 y los 50 años de edad. Por lo tanto, excluimos a las personas mayores de 50 años que eran un grupo vulnerable”, explicó Romero.

Destacó tres hechos importantes que dejó la jornada electoral. En primer lugar, se tuvo un proceso que concluyó en paz, a diferencia de la traumática experiencia que registraron en 2019. Los resultados fueron aceptados por todos los candidatos, avalados por la comunidad internacional y todo esto le permitió a Bolivia recomponer toda la estructura del poder político entre octubre de 2020 y abril de 2021. Se renovaron la Presidencia, la Asamblea Legislativa, los cargos de gobernadores y de alcaldes.

El segundo elemento fue que el nivel de participación rozó el 88 % en la elección presidencial, y el 86 % en las regionales (departamental y municipal). “Bolivia es uno de los países más participativos de América Latina, pero estas cifras estuvieron por encima del promedio histórico y también por encima del promedio latinoamericano. Fue un éxito de participación a pesar de la pandemia”, resaltó.

Y, por último, no hubo ninguna incidencia negativa sobre la evolución de la pandemia. Tanto después de la jornada de vacunación de octubre, como el de la jornada de votación de marzo de 2021, en las tres semanas siguientes a la jornada de votación, hubo menos casos que en las tres semanas previas a la jornada de votación.

Ecuador

Diana Atamaint, presidenta del Consejo Nacional Electoral de ese país recordó que se enfrentaron a dos situaciones dentro de la pandemia. La primera que terminaban de aprobar una reforma a la ley electoral con cambios profundos donde se necesitaba la inscripción a candidaturas, con un porcentaje importante de mujeres como cabezas en las listas pluripersonales, y se sancionó la obligatoriedad de los debates de los candidatos presidenciales. La segunda fue que no hubo la oportunidad de mover el calendario electoral porque de acuerdo con la Constitución, las autoridades debían posicionarse el 24 de mayo y eso los puso en el desafío de repensar las actividades para el proceso electoral en plena pandemia.

“Asumimos el desafío, implementamos algunas estrategias, pero para poder hacerlo tuvimos que encontrar un consenso de las organizaciones políticas como actores principales del proceso electoral. Tuvimos un acercamiento con las organizaciones de la sociedad civil y otras que se sumaron debido a la importancia de elegir un nuevo mandatario. No dejamos de lado a la academia que contribuyó con sus aportes a desarrollar las elecciones en pandemia. Es decir que la capacitación a las personas encargadas de las mesas fue virtual para que pudieran cumplir con su rol de contar los votos y generar las actas el día de las elecciones”, sostuvo Atamaint.

Sin embargo, asegura que este fue el punto más débil, porque no se pudo cumplir con la meta esperada. “En la primera vuelta tuvimos un alto número de inconsistencias en las actas, porque al parecer las personas designadas no se capacitaron adecuadamente o esta nueva forma de capacitación en línea no nos dio el resultado esperado. Para la segunda vuelta, tuvimos que reforzar la capacitación de forma presencial tomando las medidas de bioseguridad y los resultados fueron más favorables”, explicó.

El día de las elecciones el protocolo de seguridad era responsabilidad del Consejo Nacional Electoral, se controló que no se presentaran aglomeraciones en los sitios de votación. Todo ello con la colaboración de la Policía Nacional, los gobiernos locales y del Ejército ecuatoriano. “Gracias a este trabajo conjunto se pudo lograr un exitoso desarrollo de las elecciones, las que mantuvieron el nivel tradicional de participación. El temor de la ciudadanía era contagiarse si acudía a sufragar”, concluyó la presidenta del Consejo Electoral.

Chile

Álvaro Castañón, Secretario del Servicio Electoral de Chile, señaló que se tuvo que cancelar cualquier tipo de elección en 2020 y se reagendó el plebiscito nacional para el 26 de abril. De ahí en adelante vinieron una serie de modificaciones legislativas, pero también como se iban a abordar cada uno de los procesos electorales.

“La autoridad sanitaria tomó la medida de que las personas contagiadas con covid no votaran en ningún ciclo electoral. No iban a votar por una situación sencilla y es que al estar enfermos tenían que estar recluidos o en aislamiento en instituciones sanitarias o en sus hogares”, explicó Castañón.

“Para las elecciones municipales de mayo tuvimos la novedad de que debido a la gran cantidad de papeletas de votación, el legislador a pocas horas de la cita en las urnas determinó que la misma se hiciera en dos días y ahí tuvimos uno de nuestros grandes desafíos: congelar una elección un día sábado y descongelarla un domingo, con la confianza que eso conlleva en cuanto a la custodia con todos los sellos tanto para las urnas como para los materiales, para evitar cualquier fraude, alteración o violación”, dijo Castañón.

A renglón seguido sostuvo que “en Chile en esa elección en mayo se dieron dos hitos importantes. Uno, en ningún lugar del país se puso en duda el material que se sacó el día domingo en la mañana y había sido custodiado toda la noche por personal de las fuerzas armadas, del servicio electoral de Chile, de las delegaciones de la junta electoral, también se les dio la oportunidad a los partidos políticos, por lo tanto, se hizo con garantía de transparencia. Y, segundo, que las personas que atendieron las mesas de votación contaban con su esquema completo de vacunación”.