Hace 10 años en El Nogal sentí los pasos de la muerte: Rodríguez | El Nuevo Siglo
Miércoles, 6 de Febrero de 2013

“Ese trágico 7 de febrero del 2003 marcó un hito en mi vida como quiera que uno siente los pasos de la muerte”.
Con esas palabras el senador cundinamarqués Milton Rodríguez, del Partido Social de Unidad Nacional (La U), recordó el atentado al Club El Nogal, ocurrido hace una década.
Tras recordar que recibió dos lesiones, una en el brazo y otra en la columna, el senador Rodríguez reflexionó en su charla con este Diario en que cuando ocurrió la explosión ya había pedido la cuenta y “estaba a escasos minutos de salir del edificio”, por lo que “si hubiera salido de la taberna, seguramente habría fallecido en el parqueadero”.
EL NUEVO SIGLO: ¿Qué tan cerca de la muerte estuvo hace 10 años durante al atentado al Club El Nogal?
MILTON RODRÍGUEZ: Ese trágico 7 de febrero del 2003 marcó un hito en mi vida como quiera que uno siente los pasos de la muerte.
Yo me encontraba en el Club El Nogal, en la taberna que estaba ubicada en el quinto piso.
Sobre las 8:10 de la noche ocurrió la explosión y eso generó caos dentro del edificio, con las consecuencias que ya conoce el país.
ENS: ¿Qué recuerda?
MR: Yo me encontraba con unos amigos de la red de jóvenes constructores de paz de Cundinamarca y con el impacto de la explosión prácticamente quedamos sin techo y sin piso, en cascarón del edificio.
En medio de esa confusión se murmuraba que habrían podido ser las calderas de la lavandería. Hasta que por la magnitud del tema, comenzó a tomar más fuerza el rumor de que se trataba de una bomba.
Yo tardé casi 50 minutos en salir del edificio. Me tocó saltar por los parqueaderos de la parte trasera del edificio. Los organismos de socorro nos pusieron unas colchonetas para saltar del quinto piso al tercero.
Y fue un milagro el haber salido con vida de allí, donde precisamente fue el sitio donde hubo el mayor número de muertos.
ENS: ¿Sufrió alguna lesión?
MR: Yo me acuerdo que tuve dos lesiones básicamente. Por un lado tuve una lesión en un brazo, del cual tuvieron que hacerme una cirugía en horas de la madrugada en el hospital Simón Bolívar.
A nivel de la columna me quedaron tres vértebras rotas de la zona lumbar, que afortunadamente no afectó la médula, porque hubiera podido quedar parapléjico. Continúo con la lesión, pero no afectó el movimiento de las extremidades.
ENS: ¿Y los jóvenes con los que estaba reunido?
MR: Al joven que estaba conmigo le colocaron un cuello ortopédico; tuvo algunas fracturas y después de muchas sesiones de terapias logró salir adelante de una lesión de orden cervical.
ENS: ¿Y de las demás personas que estaban en la taberna?
MR: Yo recuerdo a un señor Robayo, que era el dueño de Kokoriko: él falleció esa noche allí.
Yo vi más de 10 cuerpos de personas muertas, de las personas que estaban en otras mesas.
Fueron imágenes desgarradoras, que nos dejaron un recuerdo lamentable de lo que ocurrió ese negro día de 2003.
ENS: ¿Usted pensó en algún momento en no ir al Club?
MR: Curiosamente yo tuve reuniones toda la tarde y esta reunión que tenía en la taberna era el último compromiso del día. Y ya le había solicitado al mesero que me alcanzara la factura. Es decir, estaba a escasos minutos de salir del edificio.
Si hubiera salido de la taberna, seguramente habría fallecido en el parqueadero. No sé si hubiera quedado atrapado en un ascensor. En fracciones de segundos cambia lo que puede pasar.

“Impotencia”
El sentimiento más recordado por el senador Rodríguez es el de “impotencia, porque en un hecho de esta magnitud siente uno que es muy pequeño, frente a los efectos que puede causar un acto de terrorismo como este del Club El Nogal”.
El congresista dijo que también sintió “ansiedad de poder salir del edificio. No hay nada más angustioso que tan solo pensar en morir quemado. Por eso creo que ese día nos salieron alas para saltar”.
Otro recuerdo es cómo su presencia en El Nogal fue “una sorpresa” para sus familiares “porque ellos viven en Guasca y ellos se enteraron por la televisión apenas me vieron salir del edificio”.
Ellos, que “no sabían que yo me encontraba a esa hora en el Club”, quedaron “horrorizados al ver que el edificio estaba en llamas”.