TRAS 18 meses de largas caminatas por un sistema de montañas, luego de atravesar 10 municipios y 5 corregimientos del Catatumbo y después de entrevistar a 187 desmovilizados de las autodefensas y a 116 víctimas del conflicto, se llegó a una conclusión contundente: en la guerra del Catatumbo ocurrieron hechos atroces que no se dieron en otras partes del país.
A esta conclusión llegó el equipo de investigadores responsable del informe número 20 publicado por la Dirección de Acuerdos de la Verdad del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) sobre el origen y la actuación de los grupos paramilitares en las regiones.
“Llevaron los niveles de violencia a cosas que jamás hemos escuchado que pasaran en otros lugares del país. Y para no entrar en detalles escabrosos podría responder simplemente con esa aberración de los hornos crematorios. Puede que hayan existido en algún otro lado del país, pero hasta ahora solo sabemos que esto sucedió en parte de los lugares de operación del Bloque Catatumbo y en el Área Metropolitana de una capital departamental, lo que lo hace mucho más grave”, dice Camilo Villamizar, coordinador del equipo investigador.
El estudio denominado ‘Memorias de sobrevivientes al bloque Catatumbo’, recopilado en dos tomos, será presentado el 12 de diciembre en la sede del Banco de la República, en Cúcuta.
Si bien la presentación inicial del informe se realizará en Cúcuta, con un acto simbólico de reparación a las víctimas, el próximo año tendrán lugar eventos similares en los municipios de Sardinata, Tibú, El Tarra y La Gabarra.
El Bloque Catatumbo operó en Tibú, La Gabarra, partes de Hacarí y Sardinata, otras localidades del Área Metropolitana de Cúcuta y al sur del departamento, incluidos los municipios de Chinácota y Pamplona.
Sobre la relación del informe ‘Memorias de sobrevivientes al bloque Catatumbo’ con la política de la paz total, impulsada por el gobierno del presidente Gustavo Petro, dice que conlleva a la necesidad de buscar soluciones pacíficas con procesos comunitarios.