Recientemente y a menos de una semana de llevarse a cabo las elecciones regionales, tres candidatos denunciaron que a través de inteligencia artificial suplantaron su voz e imagen para difundir mensajes falsos.
Se trata de Carlos Fernando Galán, candidato a la Alcaldía de Bogotá; Alejandro Eder, candidato a la Alcaldía de Cali; y Dilian Francisca Toro, candidata a la Gobernación del Valle del Cauca.
En el audio falso de Galán, la inteligencia artificial copió su voz para decir que “funcionó el pago y la inflada de las encuestas. La gente se la creyó”. El candidato por Bogotá ya desmintió el audio y aseguró que “buscan mover noticias falsas” y se preguntó “quién está promoviendo esto (...) quiero advertir a las autoridades para que investiguen, porque son ataques contra la democracia”.
Al respecto, el estratega político, Ángel Beccassino, explicó a EL NUEVO SIGLO que algunos usos que le están dando a la inteligencia artificial son la captura de elementos que permiten reconstruir la identidad de alguien y luego utilizarlo, particularmente en audios donde un candidato puede estar diciendo cosas que no le convienen para su candidatura.
“En el juego sucio generan información que no es real, pero que tiene todas las características de la realidad, particularmente en cuanto a sonido, pero también en algunos países se está utilizando la reconstrucción de imagen y de rostros, hablan acomodando el audio al rostro y generan mensajes diciendo cosas que no son convenientes para la candidatura de candidato atacado. ¿Cómo evitar esta situación? Por el momento, sólo denunciando. Más allá de denunciarlo, de poner a circular la versión con un sello de “falso” o cosas por el estilo no tengo conocimiento de cómo contrarrestarlo”, sostuvo.
A su turno, Yann Basset, profesor de la Facultad de Estudios Internacionales, Políticos y Urbanos de la Universidad del Rosario, señaló que lo que hay que hacer para combatir este tipo de propaganda negativa, que siempre ha existido y que ahora está hecha con inteligencia artificial para hacerla parecer más veraz, es denunciar y estar atentos.
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“Siempre los candidatos pueden desmentir todas estas manipulaciones y yo creo que en unas campañas electorales donde haya suficiente veeduría eso no debería suceder más. Finalmente son armas que hacen más daño a los que las utilizan que a los que son blancos de este tipo de fake News y de propaganda negra”, indicó.
Un reto
Mauricio Jaramillo, profesor de la Facultad de Estudios Internacionales, Políticos y Urbanos de la Universidad del Rosario, enfatizó a este diario que esta situación es un reto para la democracia porque las nuevas tecnologías se han puesto al servicio inicialmente de la participación ciudadana.
“Pero lo que hemos visto ahora en el último tiempo con vídeos y con audios, es que mal utilizadas pueden sembrar, generar y difundir noticias falsas. El problema es que muchas veces los medios o plataformas no rectifican. Entonces la combinación de inteligencia artificial con redes sociales en la que cualquier persona puede difundir una imagen o un audio de esto, significa sin duda alguna un enorme riesgo para la democracia”, advirtió.
Por último, Pedro Pemberty, profesor político de la Universidad Nacional de Colombia, doctor en filosofía, magíster en estudios políticos y abogado, señaló que el juego sucio en la política colombiana siempre ha existido.
“En cierta forma es natural que uno encuentre contrincantes o actores políticos con un alto déficit de cultura o de moralidad pública. Desde principios de este siglo el tema del juego sucio se ha recrudecido y ha adquirido unos límites insospechados, inimaginables y que en verdad están alterando y estableciendo un aspecto sucio del ejercicio de la política colombiana. Hoy con la inteligencia artificial como herramienta e instrumento tecnológico, se está ampliando y profundizando”, indicó.
En este sentido, sostuvo que la manera de combatirlo es a partir de una debida cultura política en el juego, en el quehacer de la práctica y el revivir el tema de la responsabilidad política de los dirigentes y de los actores políticos.