Faltan veintiún meses para que los colombianos asistan a las urnas en la primera vuelta presidencial, con el fin de escoger al sucesor de Iván Duque. Sin embargo, es claro que la campaña ya está arrancando, al punto que hay cuatro nombres fijos en el partidor de las candidaturas, paradójicamente todos ellos participaron de la contienda en el 2018: la hoy vicepresidenta Marta Lucía Ramírez; Gustavo Petro, que perdió en segunda vuelta, en la que sumó ocho millones de votos; Sergio Fajardo, que no clasificó al balotaje final pese a alcanzar 4,6 millones de votos; y el senador del Polo, Jorge Enrique Robledo, quien dio un paso al costado para adherirse a este último.
De hecho, la encuesta publicada esta semana por la firma Guarumo ahondó sobre el escenario de la tempranera pero ya inatajable campaña. A la pregunta de si las elecciones presidenciales del 2022 fueran el próximo domingo por cuál candidato se votaría, el 23,1% se inclinó por Fajardo, el 16,5% por Petro, un 12,4% por el exalcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, 9,1% lo haría por el exalcalde de Barranquilla, Alex Char, y un 5,7% apoyaría a la hoy segunda a bordo del gobierno Duque.
Sin embargo, el resultado más interesante es que el 33,2% de los encuestados respondió que no votaría por ninguno de esos nombres. Es decir, no se trata de personas indecisas, sino de quienes ya tienen claramente decidido no votar por esa baraja de aspirantes. Se trata de una circunstancia política de altas implicaciones, no solo por los antecedentes electorales de Fajardo, Petro y Ramírez en la contienda de 2018, sino porque todo el país sabe que van a competir sí o sí en el año 2022.
En otras palabras, la tercera parte de los consultados por Guarumo no piensa apoyar a candidatos que ya están en el partidor, lo que deja abierta una gran ventana para que otros nombres, tanto de izquierda como centro y derecha, se lancen a impactar una porción significativa de la opinión pública que, si llegan a conquistarla, les podría significar ser una carta fuerte para la sucesión en la Casa de Nariño.
Y ese gran espacio que hay en los distintos espectros políticos para que nuevos perfiles se lancen a la piscina de las candidaturas, se confirma aún más en otras preguntas de la encuesta. Por ejemplo, pese a la fortaleza de nombres como los de Fajardo o Petro, al indagarse sobre por cuál de ellos se votaría si encabezara una alianza de la centro izquierda, el exalcalde antioqueño solo sacó 26,3%, el bogotano 18,7%, y mucho más abajo Robledo, con 5,6%. El ganador en este ítem fue, precisamente, la opción “ninguno”, con 41,5%.
En otras palabras, cuatro de cada diez consultados descartan apoyar a cualquiera de esos aspirantes, pese a que son los más fuertes y representativos de este sector político. Es un porcentaje muy alto que, de nuevo, pone de presente que los nombres sobre la palestra no llenan al electorado, que sigue a la espera de otras propuestas y perfiles para decidir su voto.
Igual ocurre en la otra orilla, en donde a la pregunta sobre a quién apoyaría como candidato de una alianza de la centro derecha, un 15,1 dijo que votaría por “el que diga Uribe”, un 13,5% respaldaría a Gutiérrez, 10,4% a Char, 8,8% al “candidato de Duque” y 5,9% a Ramírez. Sin embargo, la opción “ninguno” volvió a imponerse aquí, con un sorprendente guarismo de 45,2%. Es decir que casi la mitad de quienes se identifican con este sector político no apoyarían al aspirante que respalde el uribismo -que ha puesto cuatro de los cinco últimos mandatarios- ni el Gobierno como tampoco a los dos exalcaldes ni a la hoy Vicepresidenta.
Se repite, entonces, el fenómeno de la otra orilla: en la centro derecha hay un espacio enorme para que nuevos aspirantes se lancen a conquistar el grueso del electorado.
La conclusión general es una sola: pese a la fortaleza y antecedente electoral de los candidatos que vienen del 2018 y a la rápida progresión de nombres como los de Char y Gutiérrez, el escenario de las presidenciables de 2022 sigue muy abierto, con mucho campo para hacer política y lanzarse al agua.
Pelea por el centro
Es claro, por igual, bien sea que provenga de la izquierda o la derecha, sin conquistar una parte importante del centro será imposible tener posibilidades reales de llegar a la Casa de Nariño. Una tarea que debe adelantarse en apenas veintiún meses que faltan para las urnas.
Y la urgencia de saber llegarle a esa gran cantidad de personas que está ubicada en el centro-centro del espectro, queda aún más revalidada si se revisa cómo el personaje político con mejor imagen es el propio presidente Duque, con 58,5%. Para nadie es un secreto que el Jefe de Estado ha impuesto un estilo de gobierno alejado de las posturas del uribismo radical pero sin acercarse o ser condescendiente con la izquierda más drástica y extrema. En otras palabras, una política de centro, que le ha dado resultado al punto que su promedio de favorabilidad en las encuestas está por encima del 60%, incluso por encima de su propio páter político.
Por ejemplo, en la encuesta Guarumo, Fajardo solo le gana a Duque por 0,2%, en tanto que el Jefe de Estado supera sustancialmente a Uribe (47%), Petro (32,1%), al excandidato Germán Vargas (29,6%) y a Ramírez (27%).
Como se ve, pese al tempranero arranque de la campaña el escenario político sigue muy abierto de cara a lo que será la pelea por la sucesión presidencial en 2022.
A continuación puede encontrar la encuesta completa y su ficha técnica: