No existe fórmula única de comisión de la verdad: Villarraga | El Nuevo Siglo
Viernes, 3 de Julio de 2015

El más reciente acuerdo entre el Gobierno y las Farc es la creación de la comisión de la verdad tras la firma del final del conflicto, inclusive se determinó el número de sus integrantes en representación de cada parte.

Empero, el procurador General, Alejandro Ordóñez, advirtió que solo el Congreso puede  adoptar y regular la comisión de la verdad.

Sin embargo para el coordinador de la Dirección de Acuerdos por la Verdad en el Centro de Memoria Histórica, Álvaro Villarraga, la experiencia internacional que se ha tenido en este tema indica que no hay una fórmula única.

EL NUEVO SIGLO: ¿Qué opina de la advertencia del Procurador?

ÁLVARO VILLARRAGA SARMIENTO: Mi argumento de orden general es que de las más de 40 comisiones de la verdad que existen en el mundo se encuentra todo tipo de fórmulas, tanto que algunas de las comisiones de verdad son creadas por ley, otras por  decreto, otras por una decisión tipo medida administrativa simple de algún gobierno, otras vienen creadas de acuerdos de paz entre gobiernos y guerrillas.

Las Naciones Unidas con toda razón han insistido en que no existe una fórmula única en sus características, composición y en algunas de sus dinámicas, inclusive entre lo judicial, no judicial y su mismo mandato. No existe una ley universal.

Ahora en la realidad colombiana conformar una comisión de la verdad, pues puede tener muchas opciones. No existe en la Constitución ni en la ley una especie de camisa de fuerza. Ahora bien, es razonable desde el Procurador que se entienda que el Congreso tiene facultad para crearla. Según el Acto Legislativo 01 de 2012, en el llamado Marco Jurídico para la Paz está contemplada la circunstancia de que el Congreso puede crear una comisión de la verdad, pero en mi interpretación creo que esto no significa una camisa de fuerza de negación a otras iniciativas de ese orden.

Bien resulta hecho ya real que el Gobierno y las Farc impulsan a partir de los acuerdos de paz una comisión que es de la verdad, pero que es también de fomento de la convivencia y a la vez de garantizar medidas de no repetición.

Además en el ámbito social ya se han creado otras comisiones de la verdad. Los movimientos de mujeres crearon su propia comisión de la verdad.

Lo que quiero decir es que la iniciativa de comisiones de la verdad al interior de un país en conflicto también pueden ser diversas y lo que debe existir es una sinergia, una aproximación y dado el caso un mismo esfuerzo consistente porque creo que lo que se acuerde en La Habana, y además es muy valioso ese acuerdo, lo que se acuerde con el Eln y lo que pueda hacer de iniciativa desde el mismo Congreso son elementos que tienen que coincidir en un mismo propósito.

ENS: ¿Puede cada comisión ir por su lado o deben articularse?

AVS: No podemos pensar también que haya una suerte de paralelismo entre varias comisiones de la verdad. En últimas pensando en el cierre del conflicto armado, desde luego que habría que aspirar a que hubiera un escenario común, no negando el esfuerzo de La Habana sino creándole una dinámica incluyente con relación al diálogo con el Eln, a la iniciativa misma legal que pudiera haber en el Congreso e, incluso, a la necesaria consulta con sectores de las víctimas y de la propia sociedad.

ENS: ¿Hay un parangón entre la comisión de la verdad de La Habana y los acuerdos para la verdad que adelanta el Centro de Memoria?

AVS: Hay similitudes pero desde luego hay características y alcances distintos. Similitudes en que los acuerdos de la verdad son un ejercicio no judicial, no son parte de un proceso penal de tipo administrativo, son un ejercicio de construcción de memoria social, del ejercicio colectivo y de aporte individual o colectivo.

En ese sentido una comisión de la verdad es un ejercicio, llamémoslo, de mayor perfil político, una comisión de la verdad aspira a tener  de alguna manera  una narrativa colectiva sobre todo tipo de violencia. Las sucedidas desde el Estado, desde los paramilitares, desde las guerrillas, desde otros sectores de poder, desde todos los que han cometido arbitrariedad.

En cambio, la experiencia de los acuerdos de la verdad que estamos desarrollando en el Centro de Memoria Histórica es solamente la violencia paramilitar y tiene participación principal de los desmovilizados de esos grupos paramilitares en un ejercicio de revelación y de verdad, que se contrasta también con aportes voluntarios de las víctimas.