"Para un proceso de paz se necesita control territorial, que hemos ido perdiendo" | El Nuevo Siglo
Alfonso Gómez Méndez, exministro, exfiscal, exprocurador. / Foto X Gómez

Viernes, 12 de Enero de 2024
Redacción Política

El requisito para que funcionen los diálogos con grupos armados es que el Estado tenga control territorial, pero se ha ido perdiendo, indicó el exministro y exfiscal Alfonso Gómez Méndez frente al propósito de la llamada paz total del Gobierno. 

 

Agregó que la historia en el país ha sido por los distintos gobiernos salir de una negociación para entrar en otra, con amnistías e indultos, pero advirtió que si la paz es un valor, la justicia está al mismo nivel constitucional, por lo que no se puede permitir la impunidad.

Gómez Méndez también se refirió a otra de las apuestas del Gobierno, como son las reformas. Sobre el polémico proyecto de salud, consideró que es posible que pase en Senado en los dos debates que le restan, aunque advirtió que con cambios en el articulado.

Añadió que igual podría ocurrir con las reformas pensional y laboral si son mejoradas por el Congreso.

EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo ve el panorama político de 2024, que arranca con escándalo por los Panamericanos y con el coletazo de la moción de censura a la ministra del Deporte?

ALFONSO GÓMEZ MÉNDEZ: Este Gobierno ha tenido dificultades, ha habido denuncias de ineficiencia en algunos casos, de falta de ejecución presupuestal, problemas de gobernabilidad política. 

En el caso de los Panamericanos, es un evento importante para el país y seguramente van a determinarse responsabilidades. Lo que uno mira desde afuera es que fue una falta de coordinación. Me parece que eso se va a ir decantando.

Lo de la moción de censura creo que es un canto a la bandera. He sostenido que eso fue un mal engendro de la Constitución del 91. La moción de censura es una figura del régimen parlamentario, no del régimen presidencial, por eso no ha funcionado.

Eran mucho más importantes el control político o los simples debates, muchos ministros se cayeron después de un debate de control político. En cambio, con la moción de censura no se ha caído ningún ministro.

Entonces creo que ahí se equivocan los parlamentarios que están planteando la moción de censura, porque lo que van a hacer probablemente, como ha ocurrido en otros casos, es terminar atornillando a la ministra. 

Me parece que siguen cayendo algunos parlamentarios –hay personas ahí que respeto muchísimo– en esa falsa estratagema de plantear la moción de censura. Que hagan el debate de control político y ahí surgen las cosas, y muchas veces los ministros por pura responsabilidad política tienen que renunciar.

Pero la moción de censura, como es un régimen presidencial, el gobierno usa –no hablo solamente de este, que quede claro– el clientelismo y por esa vía no hay ningún ministro que se caiga. 

ENS: El gobierno Petro está muy caído en las encuestas y le faltan siete meses para llegar a la mitad de su mandato, ¿cree que podrá recuperarse?

AGM: Creo que se puede recuperar dependiendo de cómo enfoque las cosas de aquí para adelante. Me imagino que en esta especie de retiro espiritual que hicieron recientemente debieron analizar cuáles son las cosas que hay que enderezar. 

Pienso fundamentalmente que hay que tener mucho más cuidado en los nombramientos que se hacen. Habría, si la expresión cupiera, que dejar de pensar tanto en el M-19 para llevar solo antiguos militantes a las posiciones claves en el Gobierno. Buscar gente competente. Desde luego, las aproximaciones políticas que sean necesarias. 

Y también diría, si bien eso le produce efectos al presidente en materia mediática, dejar de estar cambiando la agenda prácticamente a diario con alguna idea, pero de cuya ejecución después se desentiende. Casi que se le podría aplicar al presidente Petro la frase del presidente Rafael Reyes, que la había tomado del dictador mexicano Porfirio Díaz: menos política y más administración. Es decir, menos propuestas que generan polémica y más centrarse en ejecutar las políticas de gobierno. 

ENS: Hay quienes dicen que en 2024 empezará la campaña presidencial para 2026, ¿usted qué cree y a quiénes ve como posibles aspirantes? 

AGM:  La campaña política comenzó como siempre el 7 de agosto del 2022 porque Colombia tiene una mala tradición, y es que vivimos en campaña política permanente. No se acaba de posesionar un presidente cuando surge una cantidad de candidatos. 

De manera que hay que esperar a que se decante, porque no es sano políticamente que cualquiera crea de la noche a la mañana que puede ser candidato presidencial. Colombia tenía una tradición distinta y era que los candidatos presidenciales hacían una larga carrera, que pasaba por el Congreso, por el servicio diplomático, por la academia, y cuando más o menos estaban decantados, tenían conocimiento del Estado, casi que era natural que los candidatos fueran surgiendo.

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Ahora lo que ocurre es que de un tiempo a esta parte, cuando personas jóvenes comenzaron a llegar con relativa facilidad a la Presidencia, entonces, para utilizar la expresión de la costa Caribe: todo el mundo comenzó a pensar que el mango estaba bajito. En la campaña pasada en un momento hubo 50 precandidatos, más todo eso que vemos ahora de los falsos partidos.

Hay que esperar, no siempre los que hacen más alharaca son los que finalmente salen. Habría que decirles a quienes ahora tienen la angustia de ser presidente que esperen un poquito. No creo que sea bueno para la democracia ni el exceso de partidos ni el exceso de candidatos. 

ENS: Dicen que, por ejemplo, Claudia López al final de su mandato en Bogotá estaba en campaña y el Gobierno señala que el fiscal Barbosa anda en lo mismo…

AGM:  Claudia López lo expresó desde un comienzo, me le quito el sombrero por su habilidad política. Ella, por ejemplo, se inventó la tal consulta anticorrupción, que consistía simplemente en repetir las normas que ya existían en materia anticorrupción. Y eso le sirvió, claro, quién no va a votar contra la corrupción. Entonces votaron 12 millones de personas, todas dijeron que sí y ella entonces se parapetó en esos 12 millones de votos y fue elegida alcaldesa de Bogotá. 

Ella evidentemente es una  política de 24 horas, vive en función de la política, pero no sé qué tanto le dé la gasolina para llegar con la fuerza suficiente al final del 2025 o comienzo del 2026. 

ENS: Álvaro Uribe dice que de su sector político hay “tigres y tigresas” para buscar la Casa de Nariño en 2026, ¿quiénes cree que serán esos aspirantes?

AGM: Eso sí tendría que decirlo él, porque lo han acompañado en el curso de la vida pública tigresas, pero también ovejas. Entonces, no sé si ahorita prefiera las tigresas a las ovejas. Es decir, el muñequito tiene que dibujarlo él.

ENS: ¿Será que el partido Liberal se sale de la coalición y va a la independencia o incluso a la oposición?

AGM: Queda muy poco del partido Liberal que conocí, el partido que tenía vocación de poder. 

Cuando Horacio Serpa y Ernesto Samper en un gesto de torpeza política le entregaron el partido Liberal a César Gaviria, ahí se quedó. Lleva ya 17 años y cual piel de zapa se ha ido encogiendo.

Con todo y el proceso 8.000, cuando terminó Samper (el mandato) el partido tenía la mitad del Congreso, del Senado de la República, y casi siempre tenía más del 50 %. Cuando Horacio Serpa perdió la Presidencia en el año 98, el partido Liberal conservó las mayorías.

Creo que el partido Liberal si quiere realmente volver a tener vocación de poder debe sacudirse, debe tener unas directivas diferentes, tiene que dejar de ser un partido clientelista, tiene que dejar de ser un partido simplemente parlamentarizado y abrirse como siempre fue a sus bases, a los sindicatos, a los campesinos, a los obreros, a los empresarios.

Hoy en día simplemente se ha convertido la Dirección Liberal en una fábrica de avales políticos cada cuatro años.

ENS: ¿De las tres reformas más fuertes del Gobierno cuál cree que será aprobada o todas se hundirán?

AGM: Hay que partir de la base de que este país sí necesita cambios estructurales en esos temas, el de salud, el laboral, no sé si estos, pero sí necesita cambios estructurales, y en materia pensional creo que hay que darle un vuelco total.

Con cambios, la reforma a la salud finalmente pasará, no sé si tal como salió de la Cámara de Representantes. Cuando todo el mundo creía que ya estaba hundida, Guillermo Alfonso Jaramillo la sacó adelante. Ojalá en el Senado se haga un debate serio, y no se trata de hundir la reforma, sino de sacar la mejor posible.

Seguramente lo que hay ahora –hablo de la reforma– se puede mejorar y lo puede sacar. Lo mismo diría tanto de la reforma laboral como de la pensional. 

ENS: ¿En medio de la crisis de seguridad y orden público es posible que los distintos flancos de la paz total que impulsa el Gobierno sigan adelante?

AGM: López Michelsen acuñó la frase de que con ciertos grupos habría que someterlos para luego negociar. Siempre he sido partidario de la paz y de la paz negociada desde mis épocas de militante de las juventudes del MRL, pero el requisito para que funcione un proceso de paz es tener el control territorial, cosa que creo que hemos ido perdiendo. 

Y también es una gran dificultad el hecho de que se haya desdibujado la naturaleza del delito político, y no creo que negociar permanentemente sea una estrategia válida. 

Se hace una negociación con la intención de poner fin a un conflicto particular,  pero no salir de una negociación para entrar luego en otra. Esa ha sido además la historia del país. Si fuera por amnistías o indultos, este país sería un paraíso. Hemos tenido más de 30 leyes de amnistía e indulto. Lo que no podemos es ir de amnistía en amnistía hasta la impunidad total.

Creo que la paz es un valor per se, pero la justicia también es un valor al mismo nivel constitucional. 

ENS: Con alcaldes en la otra orilla política en Bogotá, Cali, Medellín, Barranquilla y Bucaramanga, ¿cree que el Gobierno podrá lograr coordinación con estos mandatarios?

AGM: Tenemos un presidencialismo excesivo que viene de la Constitución de Núñez y Caro, y que la Constitución del 91 no atenuó, sino que al contrario fortaleció.  Por esa razón necesitan más los mandatarios regionales al presidente que el presidente a ellos.

Un gobernador hoy tiene que estar pendiente del Ministerio de Hacienda, de Planeación Nacional, del Ministerio de Minas, para las regalías. Muchas de las cosas que tienen que hacer dependen en buena parte de la voluntad del presidente o de los ministros.

Pienso que este sea uno de los temas de campaña para el 2026, realmente plantear la regionalización, fortalecer a las regiones para que tengan sus propios recursos, para que no dependan exclusivamente de la acción gubernamental.

El presidente López Michelsen dijo con su agudeza alguna vez que la primera gran expropiación fue la que se hizo en la Constitución del 86, porque todos los bienes de los antiguos estados federales fueron pasados al gobierno central.

No creo que vaya a haber dificultades nuevas para el presidente por el hecho de que algunos gobernadores no sean de su corriente política. De hecho, se ha visto que poco a poco cada uno de ellos ha ido buscando, como tiene que ser además, la aproximación con el presidente. La última fue la reunión del alcalde Carlos Fernando Galán, me parece que con muy buen tacto y tino político, con el presidente de la República. 

ENS: ¿Cree que el  presidente Petro va a  propiciar otro remezón al gabinete en el comienzo de 2024?

AGM: El régimen presidencial es eso, en este régimen los ministros pueden ser exministros en cuestión de  minutos. No creo que el presidente Petro vaya a ser la excepción en cuanto a que los presidentes han tenido, unos más que otros, muchos gabinetes durante los cuatro años.

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Pero sí es muy probable que haya cambios ministeriales, aunque más que los cambios ministeriales en lo que hay que pensar es en cambios en la forma de gobernar.

ENS: ¿Cree que la coalición de centroizquierda se seguirá atomizando, sobre todo por el lado de los verdes?

AGM: Hay que mirar primero si el partido Verde es lo que los partidos verdes son en Europa o en los Estados Unidos, que son partidos ecologistas. Aquí a falta de uno tenemos dos, tenemos también el de Íngrid Betancourt.

Ojalá haya una coalición de partidos tipo como la concertación en Chile después de la dictadura de Pinochet, pero que fueron tres o cuatro partidos. Pero lo primero que hay que hacer es volver a tener partidos de verdad, lo que hoy tenemos son siglas, son entelequias jurídicas más que realidades políticas y sociológicas.

Soy partidario de una coalición de centroizquierda para esta nación, pero que la construyamos sobre la base de partidos reales y no sobre esas entelequias que hoy tenemos. 

ENS: ¿Cree que un gobierno con minorías en el Congreso podrá sacar adelante una reforma a la justicia como la que propone Petro?

AGM: Si se trata de apoyos parlamentarios, pues los tuvo todos el presidente para sacar la reforma tributaria, para lo básico que se necesita.

Un gobierno podría incluso gobernar sin tener que estar presentando leyes en el Congreso, y solo las necesitaría para el Plan de Desarrollo, que ya lo tuvo el presidente; para el Presupuesto, ya se lo aprobaron al presidente; para una reforma tributaria, ya se la aprobaron.

Nada puede hacer pensar que no igual sucederá en algún momento con la reforma de justicia, que además hay que esperar que se concrete en qué consiste en verdad. Hay muchas cosas de la reforma a la justicia que no necesariamente tienen que pasar por reformas constitucionales y ni siquiera por reformas legales.

 

Juicio del hijo del presidente

ENS: ¿Qué tanto daño le puede hacer al Gobierno el enjuiciamiento de Nicolás Petro?

AGM: No se puede negar que es un daño, dijéramos, que afecta al jefe de Estado más que al Gobierno en sí. Al jefe de Estado porque que el hijo del presidente esté siendo procesado por un caso grave, enriquecimiento ilícito. Sí afecta la imagen, pero no hasta el punto de que eso pueda dificultar su gobernabilidad.