Partido Conservador no puede caer al abismo con los ojos abiertos: Enríquez | El Nuevo Siglo
Miércoles, 29 de Enero de 2014

El Partido Conservador no puede irse al abismo con los ojos abiertos, consideró el senador Eduardo Enríquez Maya, quien señaló que la colectividad tiene un papel preponderante para apoyar un programa de país y agitar las banderas nacionales. Insistió en que a partir de marzo se presentará un proyecto de reforma a la justicia, que sea consensuado con todos los operadores de la Rama.

 

EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo ve el panorama político en el departamento de Nariño?

EDUARDO ENRÍQUEZ MAYA:En Nariño el proceso electoral marcha sin dificultades, aspiramos nosotros a rendirle homenaje a la democracia con todos los nariñenses el 9 de marzo y que ojalá, el pueblo de Nariño escoja las personas que lo representen con dignidad y con decoro en la función principal de hacer leyes, reformar la Constitución y ejercer el control político.

ENS: ¿Después de la Convención, cómo quedó su Partido en Nariño?

EEM:El Partido Conservador es una colectividad fuerte, dispuesto a agitar banderas nacionales, programas nacionales y estar pendiente de la más urgente decisión con la finalidad de que el conservatismo no se lance al abismo con los ojos abiertos. El conservatismo es un Partido que tiene 165 años de servicio a la República y por eso, nos corresponde a la clase dirigente y a la militancia actuar con prudencia, siempre pensando en los altos intereses de la Nación, éstos la paz, la seguridad, el desarrollo, el empleo que con tanto reclama el pueblo.

ENS: ¿Va el conservatismo hacia el abismo con los ojos abiertos?

EEM:Pues el origen de las dificultades que hoy tiene el conservatismo estuvo en la convención del Partido, ese debió de ser un acto de concordia, ese acto debió ser para fortalecer  la unidad del conservatismo, ese acto debió ser un escenario de respeto. Pero todo lo contrario, no le permitieron a uno de los hombres más grandes de la historia del Congreso y del conservatismo, como es Roberto Gerlein. Más operó la pasión que la razón y por eso nos corresponde a todos sortear esta difícil situación haciendo uso de la prudencia para que el conservatismo sea factor decisivo, no solo en las elecciones de Congreso sino en las presidenciales.

ENS: ¿A partir de marzo, cuál es la prioridad del Congreso y del Partido Conservador?

EEM:La prioridad del conservatismo debe ser con un candidato a la presidencia de la República que agite banderas nacionales, programas nacionales, una candidatura nacional y un acuerdo programático con la fuerza más importante que tiene este país, que es el Partido Conservador Colombiano.

ENS: ¿Y qué temas tendrán como prioridad para el Legislativo?

EEM:El conservatismo tiene su agenda propia, el conservatismo presentará un proyecto de reforma constitucional y de ley para garantizar la administración de justicia para todos los colombianos, un proyecto consensuado con los operadores de la Justicia, con la academia, con litigantes, por supuesto con el Gobierno para que se aproveche la oportunidad de ese consenso y podamos nosotros recobrar la fe perdida en la administración de Justicia. Y también pondrá en vigencia la Ley 1561 de origen conservador con la finalidad de que los colombianos puedan tener acceso a la propiedad, como lo predica la Constitución política de Colombia, y para que el conservatismo cumpla con el sueño represado de hace algunos años con la claridad de que Colombia sea un país de propietarios.   

ENS: ¿En el tema agrícola cuál es la prioridad?

EEM:La prioridad del conservatismo en materia agrícola es titular la posesión de los campesinos. Esta enfermedad de la propiedad en Colombia es lo que se conoce con el nombre de informalidad. El conservatismo tiene como bandera fundamental en sus programas de gobierno la titulación de la propiedad, en otras palabras, la formalización de la propiedad para luego los propietarios con un título legitimo tengan derecho al subsidio de vivienda, tengan derecho al crédito para invertir y tengan derecho a todos los servicios públicos, que son un deber del Estado.