EN SIMULTÁNEO a la confrontación entre el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán y la saliente ministra de Ambiente, Susana Muhamad, una nueva disputa se presentó en la Capital, esta vez por cuenta del racionamiento de agua en la ciudad, de la cual, Jorge Robledo ha señalado como principal culpable al presidente Gustavo Petro, a quien María del Mar Pizarro defendió.

Y es que, para el excandidato presidencial, “si hoy el agua de Chingaza es insuficiente para Bogotá, no fue porque la Empresa de Acueducto no promoviera la segunda etapa del proyecto, sino porque en 2012, Diego Bravo Borda, gerente de la Empresa de Acueducto del alcalde Gustavo Petro, anunció que la entidad no tramitará la licencia ambiental para iniciar la construcción de la Fase II de la represa de Chingaza. Porque el entonces alcalde había suscrito el Pacto de Estambul y ese “compromiso nos obliga” a no continuar con el trámite del Acuerdo 11 de 1997 del concejo distrital”.

Asimismo, el exsenador Robledo apuntó que “para agravar su error, ni el alcalde Petro ni Susana Muhammad, su secretaria de Ambiente, propusieron alternativas al problema que estaban creando, que hoy padecemos y puede agravarse”. En ese sentido, propuso la necesidad de retomar los estudios para la construcción de un nuevo embalse que abastezca a Bogotá, lo que generó reacciones en contra, principalmente desde el Pacto Histórico.

Si bien son numerosos los miembros de este partido que se han referido al caso, esta vez fue la representante a la Cámara María del Mar Pizarro. La parlamentaria aseguró que contraria a la hipótesis del arquitecto, “Chingaza II sería una masacre ambiental”. Aunque Pizarro reconoce que la demanda de agua en la ciudad aumenta diariamente, “hay grandes preocupaciones en el impacto ambiental y social que esta obra plantearía”.

“El valle de los Frailejones es un ecosistema único. Con Chingaza II estos ecosistemas desaparecerían, poniendo en peligro a varias especies, entre ellos el oso anteojos, el venado de cola blanca y el puma”, explicó la representante. Además, Pizarro agregó que “es injusto que, por satisfacer las necesidades de agua de la capital, dejemos sin agua a las comunidades del Orinoco y de Cundinamarca que ya carecen de acceso al agua”.

Por último, puntualizó en que los incendios en estas regiones han aumentado, lo que perjudicaría, aún más, a esta zona del país, por lo que propone “optimizar las redes de agua, inversiones en reciclaje de agua y generar el desarrollo de fuentes locales de abastecimiento en la ciudad”.