Reforma agraria será la prioridad: Cecilia López | El Nuevo Siglo
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Domingo, 10 de Julio de 2022
Redacción Política

Un reto de marca mayor es el que asumió Cecilia López Montaño al aceptar ser la ministra de Agricultura del gobierno entrante de Gustavo Petro. Si bien estuvo en esa cartera entre 1996 y 1997, es claro que hoy el panorama del campo es muy distinto, con más y muy complicados desafíos.

Tras una campaña en la que las propuestas de los candidatos presidenciales sobre el campo dieron lugar a muchas polémicas, especialmente las que puso sobre la mesa el hoy jefe de Estado entrante, es claro que hay mucha expectativa sobre cómo será el revolcón en la política agropecuaria colombiana.

Este Diario habló con López Montaño sobre sus principales retos y las inquietudes más relevantes que tienen los sectores políticos, económicos, sociales e institucionales alrededor de asuntos de altas implicaciones como la soberanía alimentaria o la distribución de tierras.

EL NUEVO SIGLO: - ¿Cuál será su reto fundamental como ministra de Agricultura?

CECILIA LÓPEZ MONTAÑO: - El reto es que el sector agropecuario entra a ser de absoluta prioridad en la agenda del nuevo gobierno y, dentro de esa absoluta prioridad, está la reforma agraria. Una reforma agraria con unas características muy particulares porque tiene que ser con el objetivo de convertir al sector agropecuario en una potencia en producción de alimentos. Y, además, debe hacerlo de una manera sostenible.

En segundo lugar, está el reto de ser el eje fundamental en la transformación productiva, que genere empleo, que permita sustituir importaciones y que, además, logre empezar a enfrentar el tema del hambre. De tal manera que el eje central es la reforma agraria en un país que no ha podido hacerla en su historia.

ENS: - ¿Cuál debe ser ese horizonte en materia de soberanía y seguridad alimentaria?

CLM: Colombia fue autosuficiente en alimentos hasta antes de los 90. El estudio de Jaime Forero decía que el 60% de la canasta de alimentos la proveía el campesino medio, el campesino pobre y el campesino de tamaño medio. Eso se perdió, en los 90’s se perdieron un millón de hectáreas de productos perecederos y no se han recuperado. El millón de hectáreas sí, pero en producción industrial, no la pequeña agricultura. Ese es un reto que tenemos, es posible pero con un esfuerzo muy grande, sin duda.

Son 30 años en donde la política agropecuaria no ha tenido la importancia ni los objetivos que hoy se pretenden. Entonces, no va a ser fácil, pero se debe iniciar un proceso, que empieza por el tema de que mucho de ese campesinado tiene microfundio. Ni siquiera tiene el mínimo de dos hectáreas para poder producir. O sea que la distribución de tierras productivas, no de baldíos, será el eje principal para arrancar ese proceso que tiene que terminar con tener una buena oferta alimentaria. Hoy estamos importando una cantidad insólita, inclusive productos como el fríjol se están importando.

ENS: - ¿Es viable reducir en el corto tiempo la importación de alimentos?

CLM: En el corto tiempo no, lo que se va a empezar es un proceso. Por ejemplo, nosotros podemos sustituir maíz, pero escuché en el empalme que se necesita tener un volumen inmenso de hectáreas, que estamos lejos, ese es un proceso que toma tiempo. Pero lo importante es que el Gobierno empiece a mostrar que la ruta es una realidad y que va a empezar ese proceso.

Es decir, ese es el punto: empezar a mostrar que esta máquina de hacer del sector agropecuario un sector muy productivo es viable. Pensar que uno va a hacer todo esto en cuatro años es muy difícil, pero lo que sí tenemos es un compromiso: que la ruta empiece y empiece a mostrar resultados para que la gente entienda y sienta que se le está cumpliendo con lo que se prometió y para lo cual eligieron a este Gobierno.



ENS: ¿Se debería limitar la capacidad de los extranjeros para comprar tierras productivas en Colombia?

CLM: No sé, eso tendríamos que mirarlo, no me atrevo a pronunciarme sobre eso por el momento. Ese es un tema que se ha discutido durante mucho tiempo y que en algunos países, como en África, ha sido un problema preocupante. No sé en Colombia qué tanto ha pasado, pero aquí todos esos temas hay que mirarlos dentro de la idea prioritaria: que nuestros campesinos tengan tierras productivas. Esa es la prioridad.

Ahora ¿Qué tanto puede afectar o no una compra de tierras? Depende de qué política se diseñe, pero aquí la prioridad es que el campesinado que no tiene tierra productiva la tenga, y que la agricultura pequeña, mediana y grande ayude a hacer del sector agropecuario el motor de la transición hacia una economía más diversificada, que es el objetivo claro que se lo hemos oído al ministro de Hacienda muchas veces.

ENS: - ¿Cómo aumentar la capacidad de Colombia de exportar productos agropecuarios con valor agregado y no solo materia prima?

CLM: Recuerde que la FAO hace mucho rato que viene identificando a Colombia como uno de los siete países que tiene una posibilidad muy clara de responder al crecimiento de la demanda alimentos a nivel mundial ¿Por qué? Nosotros tenemos agua, mal usada pero tenemos agua. Hay países y grandes zonas del mundo que no tienen agua. Segundo, tenemos tierras pero mal distribuidas, absolutamente concentradas, con un índice de Gini vergonzoso, pero la podemos distribuir. Y tenemos probablemente la población campesina más grande de América Latina. Es decir ¿Cómo es posible que con todos estos activos fundamentales para transformar el campo no hagamos una verdadera revolución? Ahí están los elementos, pero lo que no hemos tenido es la decisión política de hacerlo.
La inflación

ENS: - ¿Cómo atajar la inflación en los alimentos, que tiene a los hogares desesperados?

CLM: Mire, apenas tenemos unos días de asumir este reto y estamos mirando el empalme. Pero acuérdese que aquí hay una producción, hay muchos productos que pueden lograrse en seis meses. Es decir, habría que mirar claramente dónde están los problemas más serios y habría que mirar una reactivación de la producción de alimentos. Esa debe ser una meta: ver cuánto podemos sustituir.

Por ejemplo: pensar que vamos a sustituir trigo es absurdo, no tenemos las condiciones para producirlo. Pero sí podemos producir maíz y podemos producir muchos otros productos, inclusive soya. Pero el volumen de maíz que tenemos que producir implica un cambio muy grande en las metas y la dimensión que se necesita. Aquí la producción de maíz es muy pequeña frente a la demanda interna. Pero esa es una estrategia, no se puede hacer de un día para otro, pero sí se puede estimular. Ha habido muchos planes maíz, más de un ministro lo ha tratado de hacer. Lo que habría que preguntarse es por qué fracasaron.

ENS: - ¿Y la ley de alivios financieros para los agricultores?

CLM: Creo que es muy pronto para pronunciarme y mientras no entendamos perfectamente cuál ha sido el impacto de esto. Pero aquí se necesita no solamente aliviar, sino aumentar la productividad del campo, eso es mucho más profundo, más permanente y con un esfuerzo del Estado mucho mayor. Eso a punta de subsidios es muy difícil.

No me atrevo en estos momentos pronunciarme porque no tengo los elementos, pero lo que sí le quiero decir es que esto no es con subsidios solamente, esto es aumentando la productividad. Es decir, ofreciendo esa cantidad de elementos que se necesitan para que la productividad aumente. En la medida que esa productividad aumente, las condiciones para los productores, inclusive para los usuarios, para la demanda de productos agropecuarios, tiene un gran beneficio.

Insisto: volver al campo productivo es vital. Ahora, no sé si hay un periodo de transición. Si hay crisis -que siempre pasan en el sector agropecuario- hay que ayudar. Ese es un elemento que hay que analizar en su momento, pero el fondo de todo es volver productivo el campo y hacer todo lo posible desde el Estado para iniciar esa dinámica.