CERCA de cumplirse el primer mes de la segunda legislatura, muchos se preguntan qué pasa con la reforma de salud que no ha sido agendada para segundo debate en la plenaria de la Cámara. Ante tal interrogante, EL NUEVO SIGLO tuvo la oportunidad de conocer que lo anterior está a la espera de que el Gobierno y la bancada del oficialismo alcancen consensos con otras fuerzas políticas para lograr la aprobación de la iniciativa, por lo menos los aspectos esenciales.
Este proyecto gubernamental llega para su segundo debate, luego de superar el primero en la Comisión Séptima de la Cámara en la pasada legislatura, en medio de la polémica por los fuertes cambios que hace al sistema, lo que ha sido rechazado por los partidos de oposición (Cambio Radical y el Centro Democrático) e independientes (Partido Conservador y La U), como es la eliminación de las EPS y establecer el giro directo en cabeza de la estatal Adres (Administradora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud) a hospitales y otros prestadores por el pago de los servicios prestados.
El segundo debate de la reforma de salud para inicialmente aprobar la ponencia positiva o la de archivo comenzó en la plenaria de la Cámara en junio pasado, a dos semanas de terminar la primera legislatura, sin embargo, no avanzó porque apenas se resolvió la gran cantidad de impedimentos que se registraron; aunque también era claro que no había ambiente para discutir el proyecto por la disparidad de criterios frente a puntos clave que se aprobaron en la Comisión Séptima.
En esas condiciones, con mal sabor en la boca para los ministros del Interior, Luis Fernando Velasco, y de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, así como de la bancada del oficialismo, el segundo debate de la reforma se aplazó para esta legislatura.
Sin embargo, como se dijo, por cumplirse el primer mes de la segunda legislatura el proyecto no ha sido agendado en plenaria por la nueva mesa directiva de la Cámara de Representantes, encabezada por el liberal Andrés David Calle Aguas, cercano al Gobierno, aparentemente a la espera de lograr un mejor clima para la iniciativa.
No obstante, el panorama no se ve fácil para el Gobierno después de que en abril pasado perdió las mayorías en el Congreso al desinflarse la coalición por la salida de los partidos Conservador y La U.
En tanto que el Partido Liberal sobre el papel se mantiene aún con el gobierno, pero en la realidad está dividido porque una buena parte de sus parlamentarios piden transitar a la independencia, y esta postura la han manifestado votando negativo algunos proyectos de la Casa de Nariño, como la reforma a la salud.
Como se aprecian las cosas, el Gobierno tendrá que ceder mucho en la plenaria de Cámara para lograr consensos y sacar adelante algunos elementos clave de la reforma, como suprimir la ESP y quitarles el manejo de los recursos con los cuales hoy contratan, y que se conviertan en gestoras de salud y vida, según el texto que salió de la Comisión Séptima.
Una estrategia más amable para el Gobierno en su propósito de lograr una reforma a fondo del sistema de salud es alcanzar las mayorías en la plenaria de la Cámara, para lo cual requiere deslizar a su favor apoyos en las bancadas liberales y de La U, lo que no se ve fácil porque estas colectividades son contrarias a la iniciativa y por ley de bancadas sus congresistas están obligados a seguir esta línea.
Igualmente, se ha conocido que algunos ministros han dialogado con parlamentarios de la U y liberales, con la intención de sumar respaldos a la reforma.
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En suma, el Gobierno tiene dos opciones para salvar la reforma en la plenaria de Cámara: construir mayorías o, en su defecto, consensuar con oposición e independientes para lograr la aprobación al menos de unos mínimos de su proyecto.
Si la Casa de Nariño no logra consensos en torno a la reforma, lo que puede pasar es que la hundan y que mejor se discutan las contrarreformas que radicaron el Centro Democrático, como ley estatutaria, o que la plenaria de Cámara apruebe un texto que no recoja nada de los fundamental que propone el Gobierno.
Mientras tanto, el ministro Jaramillo sigue tendiendo puentes con actores, como Acemi, que agrupa a las EPS, que han criticado la reforma, en reuniones en las que ha reafirmado que la iniciativa busca garantizar el derecho a la salud, fortalecer la atención primaria y preventiva, tal y como mejorar el funcionamiento del sistema.
Por lo tanto, también ha señalado que estos encuentros son también para escuchar las inquietudes de los actores del sistema frente a la reforma, por lo que los mismos esperan que sean acogidas algunas de ellas por el Gobierno y sean discutidas, en este caso en la plenaria de Cámara.
Cabe recordar que precisamente el pasado lunes, el ministro Jaramillo; el viceministro de Protección Social, Luis Alberto Martínez; y el director de la Adres, Félix León Martínez, se reunieron con Ana Vesga, nueva directora de Acemi, para “resolver inquietudes y fortalecer espacios de conversación en torno a la reforma a la salud y otros temas importantes del sector”, según explicó el Ministerio.
Este viernes, Acemi dará a conocer en qué van las conversaciones con el Gobierno sobre la reforma, en donde lo principal es que sigue abierta la puerta del diálogo, en el marco del cual este gremio insiste en la necesidad de que se mantengan las EPS con el papel que han cumplido en las últimas tres décadas.
Hablan ponentes
El representante Alfredo Mondragón, del Pacto Histórico, partido de gobierno, uno de los coordinadores ponentes para el segundo debate, dijo a EL NUEVO SIGLO que “el Gobierno nacional y nosotros en el Congreso estamos adelantando un trabajo que es el necesario, y es cómo logramos consolidar unas mayorías para poder avanzar en la reforma. Ha habido una presión muy grande de los dirigentes nacionales de los partidos para atravesarse a la reforma”.
Agregó que “estamos adelantando conversaciones con nuestros colegas y el Gobierno también cumpliendo su papel para que podamos tener estas discusiones de la reforma, no solamente la de la salud, sino el conjunto de reformas que ha venido anunciando el presidente de la República”.
Por su parte, el representante por el Partido Conservador, Gerardo Yepes Caro, también coordinador ponente, dijo a este Diario sobre la reforma de la salud que “eso está muy quieto, no han dicho absolutamente nada”.
Añadió que estaría pasando esto por “los temas de Nicolás Petro, los escándalos que han acontecido en el país. Creo que eso no le ha permitido darle dinámica, y me imagino que el Gobierno tendrá que hacer las relaciones con los diferentes congresistas”.
Finalmente, puntualizó que “el ministro lo he escuchado que la reforma está consensuada. Leí un artículo donde él dijo que la reforma estaba totalmente consensuada, lista, pero yo no veo ahorita el ambiente para eso”.