LA ECONOMÍA de Bogotá es transversal a todos los sectores de la ciudad y dado su aporte del 25% en el PIB nacional, lo que suceda en la capital del país, tiene afectaciones fuera de sus límites geográficos. Ante un panorama mundial y nacional complejo, con proyección de más afectaciones y del retorno a un crecimiento que tomará años, Probogotá Región junto a tres voces expertas examinó, ¿en qué está la ciudad? Y ¿cómo se pueden enfrentar las problemáticas financieras?
Diagnóstico Fiscal
En el 2023, Bogotá tuvo el presupuesto más grande en toda su historia: 31 billones de pesos. Sin embargo, el recaudo asciende a tan solo a 11,4 billones aproximadamente. La ciudad presenta un déficit entre el recaudo y el gasto.
“De los 31 billones de pesos de gasto de la ciudad, 26 billones son para inversión concentrada en dos rubros: movilidad, asociado a la primera línea del Metro y a las troncales alimentadoras y educación, con programas que dieron respuesta a la pandemia como el Ingreso Mínimo Garantizado y Jóvenes a la U”, sostuvo María Carolina Castillo, presidente de Probogotá Región.
“Un componente importante sobre el cual queremos llamar la atención es la dependencia de impuestos como el ICA y el predial, asociados principalmente a la actividad económica. El 85% de los ingresos de la ciudad de Bogotá, dependen de estos dos impuestos”, explicó Castillo.
También preocupa el déficit del Fondo de Estabilización Tarifaria (FET), que para este año asciende a los 3,1 billones de pesos. Este valor podría incrementarse al incluir las tarifas del sistema metro. Y en el caso de la deuda, Bogotá tiene un cupo de endeudamiento de 6 billones de pesos. Y la deuda aumentó 124%.
“Es un tema desafiante para el nuevo alcalde. Estamos en un contexto muy difícil de la economía, con unas obligaciones fiscales realmente altas e inflexibles, así que tendrá que tener mucha imaginación para sortear este primer año de gobierno en el 2024”, agregó la presidente de Probogotá.
¿Cómo solucionar el déficit del Fondo de Estabilización Tarifario (FET)?
Para la presidente de Probogotá, el déficit del FET está asociado a varias causas, “no hemos logrado recuperar el número de usuarios y validaciones del sistema Transmilenio después de la pandemia, tenemos una electrificación de la flota que como fue estructurado se paga a partir de la tarifa del usuario y eso hace que el hueco sea más alto. Adicional a eso, tenemos obras necesarias para mejorar las condiciones y la calidad de transporte y un recaudo que no supera más o menos el 45 o el 46% vía tarifa”. Ante esta problemática, la exsecretaria de Hacienda de Bogotá, Beatriz Arbeláez, señaló que de acuerdo con los principios de financiación, el transporte público tiene que conseguir sus propias fuentes.
“Hay que generar nuevas fuentes de financiación y esas fuentes también pudieran ser derivadas de las externalidades que produce el mismo transporte. También está el tema de la plusvalía y en general explotar todo el valor de la tierra y generar construcciones alrededor del metro”.
Bogotá debe mejorar la calidad del gasto
El economista Carlos Sandoval considera que se ha discutido muy poco sobre la calidad del gasto en la ciudad, y que se consideran inversiones, gastos que no lo son. “Sabemos que gastamos mucho”.
No solamente es importante qué parte del presupuesto se ejecutó. Es tan o más importante si las metas que se pretendía lograr con esos recursos realmente se cumplieron y creo que hay que reconocer que hay un vacío grande en términos de la eficiencia”, afirmó Sandoval. Por esa razón, argumentó que órganos como el Consejo y entidades como la Contraloría deberían hacer un mejor seguimiento.
Retos para el nuevo alcalde de Bogotá
El primero de enero de 2024 Carlos Fernando Galán asumirá su mandato distrital como alcalde. Ante el complejo panorama económico, es claro que Bogotá necesita nuevas fuentes de financiación. Por ejemplo, lograr utilidades con las empresas del distrito y enfocar los esfuerzos en gerenciar los proyectos que están desarrollándose.
“Para los tributos y recursos adicionales no hay ninguna solución mágica y, por lo tanto, deben atraer al sector privado, al que genera empleo, al que genera el producto, al que hace que la economía se dinamice para que haya más inversión”, agrega Carlos Sandoval, exsecretario de hacienda de Bogotá.
Además, Beatriz Arbeláez, exsecretaria de hacienda de Bogotá insiste en que “hay que ponerse las pilas con los temas de los instrumentos de captura de suelo, porque son la única fuente en este momento, obviamente, también hay que modificar el impuesto de vehículos hacia uno que contribuya a las externalidades relativas a la contaminación que aunque es un tema que se ha venido hablando en esta administración, no se ha generado un cambio”.
De igual manera, enfatizó que se debe tener un diálogo con el Gobierno nacional teniendo en cuenta la fuente de financiación que representa para la ciudad de Bogotá a través de los complementos de los programas de movilidad, a través de los subsidios y a través del Sistema General de Participaciones (SGP).
Finalmente, para Henry Amorocho, economista y especialista en derecho de los negocios, “el nuevo alcalde tiene que ser un gerente real, un gerente visionario, que trabaje mancomunadamente con todas las vertientes de gobierno, comenzando con el Regriotram”.
Agregó que debe tener una visión hacia la reforma tributaria y estructural.
“El SGP, desde luego, tiene una debilidad y es que la nación tiene una debilidad fiscal fuerte y, por ende, está buscando la manera de poder aprovechar todos sus recursos. El nuevo alcalde primero tendrá que colocarle cifras a esas finanzas teniendo en cuenta que ya se radicó el presupuesto para 2024 y por eso deberá pensar sobre todo en el presupuesto de 2025. El Alcalde debe hacer gerencia con el gobernador de Cundinamarca y con el Presidente de la República”, concluyó.
Con este quinto foro, Probogotá Región finaliza la serie de análisis con los que diagnosticó el estado de la ciudad y los retos para el alcalde electo, Carlos Fernando Galán.