Actualmente en la Comisión Primera del Senado de la República se discute el proyecto que busca generar una reforma a la educación, representada por la Ley Estatutaria 224 de 2023, que ha sido aprobada por la plenaria de la Cámara de Representantes en segundo debate con 136 votos a favor.
En días pasados el viceministro de Educación, Óscar Sánchez, en entrevista con EL NUEVO SIGLO, indicó que “la adicción a las pantallas, videojuegos, tabletas, celulares, computadores, relojes digitales, incluso televisión, etc., puede alterar el desarrollo de los niños y entre más temprana la edad, menos aconsejado es que los niños pasen la vida al frente de una pantalla”.
Al respecto de la pregunta principal, Alejandro Vega, senador del Partido Liberal, dijo a EL NUEVO SIGLO que “hoy en la reforma que estamos estudiando, por técnica legislativa no sería hoy competencia de esta ley estatutaria hablar sobre ese aspecto; pero, con el ánimo de generar el debate y hablar sobre este aspecto, creo que en los colegios los docentes deberían tener la autonomía para –en su clase– regular el uso de elementos tecnológicos como celulares, iPad, o computadores”.
“Hay varios estudios que han demostrado el impacto en los niveles de atención de los jóvenes, de los niños, con el uso de elementos tecnológicos, así también como el impacto positivo que tiene poder investigar y acceder a un número de información ilimitada a través de la tecnología. Si el docente decide que en sus clases no se utilizarán teléfonos, deberá tener todo el respaldo de la institución educativa, del Gobierno, del Estado, para poder dictar su clase, siempre y cuando los colegios brinden espacios para que los jóvenes y los niños puedan acceder a tecnología y estar conectados con el mundo. Pero deben ser el docente y el colegio quienes en su clase establezcan las metodologías y deben tener la autonomía para así hacerlo”, añadió el senador Vega.
Paloma Valencia, senadora del Centro Democrático, a su turno expresó a EL NUEVO SIGLO que “esa es una reforma de ley estatutaria, no creo que eso tenga nada que ver ahí, pero sí estoy de acuerdo con la postura de prohibir los dispositivos móviles en los colegios. Porque hoy en día es bastante claro que hay un problema de salud mental con los niños y las redes sociales, un problema de atención, pues se ha venido debilitando y afectando el rendimiento académico por cuenta de los celulares. Por supuesto, la primera reflexión debiera ser que los padres nos le dieran celulares a los niños, pero yo creo que es importante que los colegios actúen”.
“Ahora, uno no puede pretender que los niños no estén inmersos en el mundo en el que estamos, pero sí hay un tema que es preocupante hoy a nivel mundial sobre la salud mental, sobre todo en los adolescentes con los celulares y las redes sociales y yo creo que, viendo las altas tasas de suicidio, los problemas de autoestima, entre otras cosas, sí vale la pena ver cómo la sociedad protege a los niños”, puntualizó la senadora Paloma.
El senador Alfredo Deluque, del Partido de la U, por su parte, afirmó en diálogo con este diario que “es un tema que está en cabeza de los colombianos después de que muchos colegios privados han tomado la decisión de hacerlo. Yo creo que ver cómo podemos evitar que las nuevas tecnologías puedan afectar los procesos de aprendizaje de los jóvenes y de los niños de nuestro país, pero yo creo que es un tema digno de evaluar y creo que un buen escenario para ello puede ser la ley estatutaria a la reforma de la educación”.
En cuanto al proyecto que se debate en el Congreso, es decir, la ley estatutaria, el senador Deluque aseguró que es “muy importante tener en cuenta no solamente a la educación pública, sino la privada, con el fin de que haya unos estándares generales que incluyan la educación privada y la asignación de recursos a quienes, en ese sentido, hagan las cosas bien y, obviamente, tenemos que trabajar mucho en el tema de calidad educativa de formación, no solamente de los jóvenes, sino también de los docentes y de la evaluación que se debe hacer constantemente para que esa calidad educativa tenga los mejores estándares del país”.
Miguel Uribe, senador del Centro Democrático, afirmó que “los teléfonos inteligentes bien utilizados son una herramienta pedagógica y, sin duda, democratizan el acceso a la información. Sin embargo, es evidente que también se han convertido en una distracción para los alumnos; en ese orden de ideas, depende de la edad, la clase, del uso que se les dé, pero es evidente que en una discusión sobre la tecnología no puede buscarse una posición absoluta. Lo que es evidente es que el teléfono como herramienta pedagógica es muy valioso, aunque como distracción es un riesgo".
Sobre el polémico asunto, Claudia Marcela Rozo, experta en niños, niñas y adolescentes, manejo escolar y docente de Terapia Ocupacional de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario, manifiesta que “existen serios indicios de que los niños que acuden a muy temprana edad a pantallas tienen unas alteraciones muy importantes en el comportamiento, como alteraciones en la tensión, la ansiedad, la depresión y el desinterés por socializar. Estudios realizados por la Unicef lo confirman”.
Por lo cual, la docente recomienda revisar los programas y videos que sus hijos ven en los dispositivos móviles, pues “es importante vigilar los contenidos y los recursos a los que los jóvenes acceden, en tiempo y calidad de interacción con las pantallas”.
De otro lado, Luz Karime Abadía, decana de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas, cofundadora del LEE de la Pontificia Universidad Javeriana (PUJ), señaló que el uso de celulares y redes sociales en menores y jóvenes genera “cambios de comportamiento, porque se vuelven mucho más impacientes, creen todo lo que aparece ahí y entonces que creen que es muy fácil convertirse, por ejemplo, en un deportista famoso, en un cantante, ser muy delgado o hacer cosas extraordinarias o ser feliz todo el tiempo y realmente esto es una mentira. Ellos todavía no logran identificar que muchos influencers y lo que aparece en redes sociales, en parte, es para vender una imagen que muchas veces es falsa”.
“Esto, además, los está distrayendo mucho, sobre todo de las actividades escolares. Les coarta la creatividad, son estudiantes o son jóvenes, en general, muy impacientes, que no saben lo que es aburrirse y aburrirse es importante porque, de nuevo, les da resiliencia, les permite desarrollar habilidades de creatividad, de tener paciencia, de saber que las cosas requieren un esfuerzo para desarrollarse y que no ocurren de manera inmediata”, añade la docente de la PUJ.