Testimonio. “Las drogas te roban todo y más” | El Nuevo Siglo
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Domingo, 6 de Noviembre de 2022
Redacción Nacional

“Entrar a ese infierno es fácil, pero salir muy difícil por más que tengas fuerza de voluntad, apoyo familiar y tratamiento médico y psicológico”. Esas son las palabras de una joven de 21 años que empezó a fumar marihuana a los 15 por invitación de sus compañeras de décimo grado y después, impulsada por su novio, ya en la universidad, pasó a las drogas sintéticas o de laboratorio.

‘Antonia’ (nombre cambiado por razones de privacidad) reveló que todo empezó por un “reto” entre amigas. En principio, dice, era divertido. Sin embargo, “… mi novio (en la universidad) nos regaló drogas más pesadas”: ‘fantasma azul’, ‘criptonita’, ‘supermán’, la ‘droga del amor’, ‘nexus’, ‘naranja’ y otras, dizque que para pasar un rato agradable”.

“Lo que no sabíamos era que esas drogas eran tan adictivas desde el primer momento en que las pruebas… Recuerdo que reuníamos el dinero que podíamos entre varios y mi novio nos traía pepas y más pepas… Uno cree al principio que todo lo tiene controlado hasta que la ansiedad por drogarse se hace cosa de todos los días, y ahí ya perdiste”, expresó.

Incluso ‘Antonia’ señala que en determinado momento “la situación era tan difícil que una de mis compañeras se acostaba con tipos para conseguir la plata para comprar esas malditas pastillas”.

“… Con el correr de las semanas y meses mi adición era más fuerte y no pude seguir en la universidad… Tuve que abandonarla y mis papás se dieron cuenta… Ellos trataron de ayudarme a salir del infierno… Me cuidaban y vigilaban a todo momento… Era necesario porque empecé a vender cosas de valor mías y luego de la casa… Mi autoestima estaba por el piso, perdí mucho peso y me aviejé de forma alarmante, aparentaba más edad y estaba deteriorada en todos los aspectos”, indica la joven.

Aunque sus padres lograron ingresarla a “… varios centros de rehabilitación, siempre recaía. Mis papás gastaron mucho dinero para rescatarme de las drogas y casi quedan en la ruina. Mis esperanzas de hacer muchas cosas, desde candidata a un reinado hasta viajar y aprender idiomas, quedaron en nada… Mi futuro era incierto… Las drogas te roban todo y más”, relató ‘Antonia’.

Afortunadamente la joven poco a poco empezó a salir adelante. Dice que fueron clave “unos sacerdotes jesuitas, amigos de mis padres… Me ayudaron a sacar esos demonios de mi cabeza y poco a poco fui saliendo de ese espantoso mundo… Con el tiempo descubrí que mi novio era realmente un distribuidor de esas drogas sintéticas y que las primeras dosis las regalaba para enviciarnos, como en efecto ocurrió… Al final, lo terminé denunciando”.

La “ruleta rusa”

Casos como el de ‘Victoria’ se multiplican, lamentablemente, día tras día. Las drogas sintéticas hace muchos años dejaron de ser exclusivas de las fiestas en las altas esferas y ahora se ven hasta en las escuelas y colegios públicos así como en las calles, discotecas y otros espacios frecuentados por jóvenes.

El docente de la Escuela Regional de la Comunidad Interamericana de Inteligencia Antidrogas de la Cicad OEA, e Intendente de la Policía (RA), José Darío Díaz Cárdenas, advirtió que, de acuerdo con el Ministerio de Justicia y el Instituto Nacional de Medicina Legal, entre 2013 y 2020 se registraron 28.541 muertes asociadas al consumo de sustancias psicoactivas en todo el país.

De hecho, los médicos forenses encontraron que las muertes estuvieron asociadas al consumo de alcohol, marihuana, cocaína, morfina, tramadol y fentanilo, entre otras drogas “duras” y “blandas”.

Díaz explicó que el fentanilo, por ejemplo, es un analgésico opioide sintético similar a la morfina, pero entre 50 y 100 veces más potente. Es recetado para calmar el dolor, pero los delincuentes lo producen ilegalmente, lo mezclan y lo distribuyen en las calles como droga, generando una gran adicción. Hoy por hoy causa miles de muertes en Estados Unidos.

“Las nuevas sustancias psicoactivas son la amenaza a la salud pública más grande que tiene en este momento el mundo, de acuerdo con la ONU. Muchas naciones son afectadas por este flagelo, entre ellas Estados Unidos, Canadá, Australia, Rusia, México, Brasil, Perú y Colombia, entre otras”, agregó el experto.

El profesor advirtió que los narcotraficantes colombianos se volvieron expertos en la manufactura de este tipo de sustancias químicas que, además de ser adulteradas, sus principios activos son mezclados de una forma irresponsable. “Esas mezclas se producen con medicamentos controlados, de uso veterinario y con otras sustancias químicas fuertes”, sostuvo.

Advirtió que “el producto final que llega a los consumidores los somete al juego de la llamada ‘ruleta rusa’, porque al momento de consumir esas drogas sintéticas pueden morir, quedar en coma o sufrir un daño neuronal que es irreversible, entre otras afectaciones, o simplemente puede no pasarles nada”.

El catedrático precisó que los delincuentes “ni siquiera en pandemia del covid-19 descansaron, pues en Colombia fueron detectadas seis nuevas sustancias psicoactivas, de la familia de las catinonas sintéticas, por supuesto, distintas a las tradicionales. Sus consumidores no solo en Colombia sino en el mundo, están expuestos a la muerte y las sobredosis”.

Explicó que han sido detectadas otras 41 sustancias psicoactivas por el Sistema de Alertas Tempranas del Ministerio de Justicia y del que también hacen parte la cartera de Salud así como la Fiscalía y Policía, entre otras autoridades.

Díaz denunció que “los criminales también emplean medicamentos para dormir elefantes cuando son intervenidos quirúrgicamente, con el fin de mezclarlos con otras sustancias que desarrollan una adición impresionante en el ser humano. Estas mezclan producen muchas muertes en el mundo”.



Marketing criminal

El experto también alertó sobre las estrategias de los traficantes para enviciar a sus víctimas. Dijo que hay un “marketing criminal que va ligado a generar imágenes y emoticones de moda. Cuando sale una película de Batman, por ejemplo, crean la pastilla de éxtasis ‘Black Night’ (noche negra), con la imagen de Batman, y la venden o la regalan para que los chicos lleguen al consumo y crean que están involucrados con el estilo de vida del momento”.

“He conocido casos de niñas de colegio con edades de 14 y 15 años que han perdido la vida, otras quedaron con trastornos mentales o fallas en su cerebro a causa de este tipo de sustancias”, acotó.

Reveló que “las ventas no solo se hacen a través de las redes digitales, sino que los traficantes llevan las drogas a las casas, colegios, utilizan domicilios…”.

En materia de precios, explicó Díaz que “varían según la época del año, la hora, la película, la moda, el emoticón, el color, el nombre de la pastilla, el nombre del polvo y hasta la calidad. Es decir, hablamos de un fenómeno impresionante por los miles de millones que mueven las redes criminales”.

“Si un adicto ingresa a una discoteca o sitio de consumo a las ocho de la noche la dosis se la venden a 45 mil pesos; a las doce la noche, ya cuesta 90 mil, pero a las tres de la madrugada su precio se incrementa a 150 mil. En consecuencia, es un marketing criminal que percibe millones y millones de pesos”.

En cuanto a las ganancias que generan las drogas de laboratorio, Díaz Cárdenas aseguró “que con un gramo de cocaína que se venda en el mercado negro, se gana diez veces lo que invirtió un criminal para su producción. Pero con un gramo de estas sustancias químicas se gana mil veces más de lo que ganaría con el alcaloide. Imagínese, las rentas son multimillonarias en pesos o en dólares”.