¿Tiene futuro adelantar un diálogo de paz con el Eln? | El Nuevo Siglo
<FOTO>La administración Santos desarrolló conversaciones con el Eln durante 17 meses, con varios ceses el fuego.
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Miércoles, 6 de Julio de 2022
Redacción Política

Todo apunta a que este año se reactivarían las conversaciones con miras a un acuerdo de paz entre el gobierno, esta vez el de Gustavo Petro, y el Eln, pues el electo mandatario anunció esta semana su disposición para ello, incluso lanzó la primera carta al proponer un cese bilateral el fuego. En tanto esta guerrilla, que ha sido esquiva al diálogo en sus 58 años de vida, manifestó su deseo de volver a la mesa.

Así las cosas, aparentemente se dan las condiciones para que después del 7 de agosto que Petro suba al poder se reactive la mesa de conversaciones, partiendo de los protocolos que dejó el gobierno Santos durante los 17 meses que sostuvo diálogos con el Eln, primero en Quito (Ecuador) y luego en La Habana (Cuba), proceso que quedó en suspenso porque finalizó el periodo de esa administración, que previamente se apuntó el logro de firmar la paz con las Farc.

A su turno, el presidente Duque de entrada fue claro en que no seguiría el modelo de Santos de conversar en medio de las hostilidades, y por ello puso como condición al Eln dejar de cometer acciones terroristas y liberar a todos los secuestrados. 

No obstante, la respuesta del Eln, en enero de 2020, fue poner un carro-bomba en las instalaciones de la Escuela General Santander en Bogotá, que les quitó la vida a 22 cadetes de policía. 

Petro revive la posibilidad de nuevas conversaciones con el Eln en el marco de su estrategia de alcanzar una paz integral, que implica, según lo que ha manifestado, negociación política con los grupos subversivos; y otra de tipo judicial con los grupos armados ilegales, como es el caso del Clan del Golfo.



Aterrizando las conversaciones 

El director del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), Camilo González Posso, indicó sobre las eventuales conversaciones con el Eln que “me parece que las posibilidades son amplias de que se reinicien en donde estaban al final del gobierno Santos. Es decir, donde estaban haciendo una exploración y considerando un documento hacia un cese bilateral del fuego y una agenda inicial de conversaciones”.

Añadió que ahora “el paso inicial es definir un tiempo suficiente de ese cese bilateral, que ojalá sea un cese indefinido, pero ahí está la primera dificultad porque el interés para el Gobierno y la sociedad colombiana es que esos ceses sean indefinidos y que las posibles negociaciones se hagan en medio del silencio de fusiles sin situaciones de víctimas en el país”.

Por ello González advirtió que habría que esperar cuáles son los condicionamientos que ponga el Eln para que sea un cese el fuego indefinido. 

En este sentido dijo también el experto que hay que definir para qué el cese el fuego, pues está bien para disminuir daños, “pero lo más importante es que sea para que se transite a una solución negociada efectiva y a un plazo razonable”.

Consideró González igualmente que no se ve una mejor oportunidad al Eln para una solución negociada, pues el entrante gobierno no está poniendo una condición adicional a que se reanuden los diálogos, “pero hay cosas que están por verse porque es que el Eln no ha decidido dejar la lucha armada”.

Mientras que Kenneth Burbano, director del Observatorio Constitucional de la Universidad Libre y conocedor del conflicto armado y paz, dijo que los diálogos tienen sus particularidades con cada grupo armado, y por ello “no se puede lo que ocurrió con las Farc y la negociación que se hizo con el gobierno Santos trasladar de forma automática y contenidos, y demás, en la negociación con el Eln”. 

En cualquier caso, destacó como positivo “la intención que hay de propiciar el diálogo, de restablecer aquello que en este Gobierno no se pudo hacer”.

Burbano consideró fundamental para las eventuales conversaciones con el Eln el cese bilateral al fuego. No obstante, advirtió que “eso solamente funciona si hay cumplimiento del pacto que inicialmente se haga en ese sentido. Ese cese bilateral va a favorecer, no solamente la viabilidad de las conversaciones, sino que también va a amparar a las personas, que son quienes están afectadas por el conflicto armado en las diferentes regiones”. 

Agregó que siempre esto es susceptible de que hayan “algunos incumplimientos o que sencillamente alguna de las partes rompa con lo acordado, pero desde luego la idea es que no sea así”. 

Añadió el académico que, si no se llega a un cese bilateral y se pretende dialogar en medio del fuego, “si la fuerza institucional del Estado observa que hay afectaciones en los diferentes territorios, pues tienen que actuar”.

Por su parte John Marulanda Marín, presidente nacional de Acore (Asociación Colombiana de Oficiales en Retiro de las Fuerzas Militares) y consultor internacional en seguridad, dijo que “el verdadero problema ahí es que el Eln se ha convertido en una narco-organización como es el Clan del Golfo, como son los Caparros, los Pelusos, todas estas organizaciones criminales dedicadas a la delincuencia”.

Añadió que, desde ese punto de vista, “no sé qué vía constitucional podrá abordar el presidente para iniciar un cese el fuego bilateral con el Eln, sabiendo que los militares en servicio activo si no les disparan ellos no disparan”.

Advirtió Marulanda que el problema de violencia en Colombia “no es ideológico, no es problema ni de izquierda ni de derecha, es un problema alimentado por todo el flujo de dinero que produce el narcotráfico y la minería ilegal, en lo cual están incursos el Eln y las Farc. Entonces vemos ahí un óbice para que este presidente pueda tranquilamente, como lo está diciendo, simplemente hacer una mesa de diálogo con el Eln”.