Al tiempo que la Constitución del 91 determinó que Colombia es un Estado laico y hay libertad de cultos, ha ganado importancia la decisión en las urnas de quienes votan pensando en la mejora del país desde el punto de vista de sus creencias religiosas, especialmente los católicos, que son la mayoría, y los cristianos que les siguen en número. Para las elecciones presidenciales del 2022 este sector ya se hace sentir con aspirantes propios o apoyando otros del abanico de candidatos.

El voto religioso, si así se puede llamar, ha sido proclive tradicionalmente a sectores conservadores, como el Partido Conservador, que ante la defensa de la vida se ha mostrado contrario al aborto y la eutanasia; de igual manera, esta colectividad se opuso en su momento a la dosis mínima así como a propuestas que han surgido para legalizar las drogas.

En las elecciones presidenciales del 2018 los sectores organizados por creencias religiosas en su mayoría apoyaron en la primera y, por ende, en segunda vuelta, al candidato que surgió de la coalición de la derecha, Iván Duque, del Centro Democrático.

Incluso dos partidos cristianos hacen parte de la coalición del actual Gobierno: el MIRA, que ya tiene dos décadas de existencia, y Colombia Justa Libres, que logró la personería jurídica apenas en 2018, cuando fue una de las revelaciones de esos comicios al alcanzar tres escaños en el Senado.

En esa oportunidad, estas dos colectividades alcanzaron más de 800 mil votos, lo que solo es una muestra del caudal del sufragio católico y cristiano.

Sin embargo, en esta ocasión sorprendió que un líder cristiano de la costa norte, Alfredo Saade, quien dice representar a cerca de 400 iglesias, buscó ingresar con el movimiento político que lidera Levántate a la coalición del Pacto Histórico, en donde confluyen en su mayoría sectores de izquierda alrededor de las precandidaturas de los senadores Gustavo Petro, Roy Barreras y Alexander López, así como Francia Márquez y Arelis María Uriana.

El propósito de Saade era participar a nombre de Levántate en la consulta interpartidista del Pacto Histórico, de la cual saldrá en marzo venidero el candidato de la izquierda a las elecciones de Presidencia.

No obstante, esta semana Saade manifestó su descontento porque en el Pacto Histórico no tuvo respuesta a su ofrecimiento, por lo que anunció que no apoyará esta coalición.

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“Sin los cristianos, Petro no es Presidente”, escribió Saade en Twitter. Agregó que aunque Petro "es un hombre centrado, estructurado e inteligente, en el Pacto Histórico hay gente que le hace mucho daño. No saben construir en medio de las diferencias y eso no le sirve a Petro". Añadió que el "Pacto Histórico no quiere a los cristianos", y que por ello se pierde cerca de cinco millones de votos que consideró tienen.

En tanto que durante un acto de precampaña hace algunos días en Barranquilla, Petro dijo que no se declaraba ateo y que tiene sus creencias. Agregó que quienes han “hecho un pacto con el diablo son quienes nos gobiernan” y que él busca un pacto con "el Jesús que prefiere a los pobres".

¿Por qué el Pacto Histórico no abrió la puerta a este sector cristiano?, ¿acaso consideró que hacerlo podría ser de mal recibo en una izquierda que desde la política por lo general se ha mantenido distanciada de la religión? Es una pregunta que por ahora no tiene respuesta. 

Gaviria

En días pasados, el aspirante presidencial por firmas Alejandro Gaviria se pronunció en un video acerca de la espiritualidad y las creencias religiosas, después de que un columnista se preguntara cómo se relacionaría con los creyentes, teniendo en cuenta que públicamente se ha reconocido ateo.

"Esta es una oportunidad para reafirmar el espíritu de nuestra Constitución Política, que consagra la libertad de pensamiento y la libertad de culto como derechos fundamentales", dijo el exministro.

Destacó que "hace un año, durante los cierres por la pandemia, hubo una discusión en el país sobre la reapertura de templos y de lugares de culto. Muchos se opusieron argumentando que no era prioritario, que había otros asuntos más urgentes. Yo opiné entonces que las necesidades espirituales son importantes, tal vez las más importantes. Opiné que no podemos despreciarlas. Al contrario, debemos respetarlas y facilitarlas, incluso, en circunstancias excepcionales".

Recordó Gaviria con emoción que "cuando yo tenía cáncer, siendo ministro de Salud, sin pelo, sin mucha energía, me ocurría algo conmovedor: al terminar un evento público las personas se acercaban a entregarme la imagen de la Virgen, una oración, un escapulario. A veces se disculpaban y me decían 'Yo sé que usted no es católico'. Yo las escuchaba, les daba las gracias y guardaba las imágenes y oraciones como un testimonio de afecto. Todavía las guardo".

Agregó que "no soy católico, pero creo en un mandamiento fundamental,  uno que resume y contiene a todos los mandamientos: el amor al prójimo, he tratado de practicarlo. No siempre lo he logrado, lo reconozco, por eso me inquieta cuando alguien se sirve de la religión para odiar".

¿Ser no creyente podría significarle a Gaviria no contar con el voto de católicos y cristianos en mayo próximo? O ¿sus postulados de país, sociedad y familia podrían pesar más a su favor?

La derecha

Esta semana el presidente del Directorio Nacional Conservador, Omar Yepes, dijo que avanzan en los diálogos con diferentes sectores, entre estos religiosos, de cara al propósito de la colectividad de participar con el candidato presidencial que escojan en la consulta interpartidista de la centroderecha, programada para marzo próximo.

Yepes dijo que en las últimas semanas se ha reunido con el expresidente Álvaro Uribe; con Dilian Francisca Toro, presidenta de La U; "y estamos próximos a buscar unas reuniones con el expresidente Gaviria (Partido Liberal) y con los grupos religiosos que acompañaron al gobernante actual, y con Germán Vargas. Con todos los que hacen parte de lo que se puede llamar la centroderecha del país”, explicó.

Por su parte, es previsible que a la candidatura del aspirante del Centro Democrático que sea escogido en las próximas semanas se sumen distintos grupos de raíz religiosa, como sucedió para el 2018. Uno de ellos es el Partido MIRA, que como se dijo hace parte en la actualidad de la coalición de gobierno y que por el momento no ha mostrado intención de un candidato propio.

De otro lado, en el Partido Colombia Justa Libres se tiene el propósito de presentar un candidato propio con la intención de alcanzar el voto cristiano del país. El senador de esta colectividad, John Milton Rodríguez, avanza en su precampaña en distintas regiones.

Precisamente, ayer Rodríguez recibió la adhesión de líderes representativos de la iglesia cristiana en el departamento del Magdalena.