Luego de 39 días del atentado en el que estuvo a punto de ser asesinado, el pasado 13 de julio en un evento de campaña en Pensilvania (Estados Unidos), en donde un francotirador lo alcanzó a herir en una oreja, el expresidente y candidato republicano a la Casa Blanca volvió ayer a realizar actos proselitistas al aire libre. Lo hizo, precisamente, en Carolina del Norte, en las instalaciones del museo de la aviación de Asheboro. Para la ocasión, la reforzada seguridad del aspirante ubicó una pantalla de vidrio blindada alrededor del estrado. El Servicio Secreto, encargado de proteger al exmandatario, redobló todas las medidas de prevención en varias cuadras a la redonda de este primer mitin político de Trump en un sitio abierto. Si bien desde el ataque todos los actos de campaña se hicieron en recintos cerrados, el propio candidato dijo que "no renunciaría a los mítines al aire libre", sobre todo ahora que quedan un poco más de dos meses de campaña, de cara a los comicios del martes 5 de noviembre.