Bogotazo (I) | El Nuevo Siglo
Miércoles, 10 de Abril de 2013

Bogotazo (I)

La conmemoración del 9 de abril volvió a prender el avispero de hipótesis sobre el crimen de Jorge Eliécer Gaitán. Por ejemplo, históricamente se considera que el atentado fue uno de los primeros episodios de la Guerra Fría y que Roa Sierra fue un desarraigado utilizado para cumplir el crimen. Stalin aupaba el conflicto con E.U. al mismo tiempo que trataba de obtener la fórmula de la bomba atómica. Y, en ese marco, sabotear la Novena Conferencia Panamericana, que se realizaba en Bogotá en abril de 1948, era un objetivo primordial que explica la llegada al país de numerosos agentes de la izquierda internacional, entre otros de Fidel Castro y el cubano Del Pino, a quienes, según contaba Álvaro Gómez, les habían negado la visa para ingresar a Colombia y por intervención del embajador ruso la obtuvieron.

Bogotazo (II)

No faltan las consejas de los que afirman que la muerte de Gaitán no tuvo que ver con nada político sino que fue la respuesta de un enamorado que se había enterado de que su querida era cercana al prestigioso político. Ese personaje sería el dueño del café El Gato Negro, que quedaba a unos metros de la puerta de entrada del edificio en donde tenía Gaitán su oficina. Lo curioso es que ese café ha sido citado varias veces por elementos que en su época decían que allí Roa Sierra estuvo con Castro y Del Pino minutos antes del crimen.

Bogotazo (III)

Ahora el conocido periodista y novelista Plinio Apuleyo Mendoza sale a decir que él sabía quién era el asesino de Gaitán casi desde el momento en que se cometió el horrible crimen. En otras versiones del escritor sobre el asesinato no había dicho nada sobre ese secreto que guardó durante más de medio siglo. Al parecer, todo se basa en un correo electrónico que recibió Plinio de un supuesto oficial que, a su vez, resolvió tras varios años de estar perturbado con la confesión de un detective de apellido Potes contarle que este último, en sus postreros minutos de agonía en una pocilga de la calle 63 de Bogotá, le había confesado que había cargado sobre su conciencia la culpa de haber sido el hombre que disparó contra el tribuno popular.

Bogotazo (IV)

También está la versión de Mariano Ospina Hernández, el hijo mayor del presidente Mariano Ospina Pérez, quien en un texto que escribió sobre la conmemoración del 9 de abril y la marcha por la paz que se cumplió el martes pasado, dijo que hace 65 años “se movilizaron todos los recursos disponibles por el comunismo internacional para sabotear la Conferencia que creó la OEA”, que contaba con la presencia de importantes delegados de Estados Unidos.

Bogotazo (V)

Según Ospina, el objeto de la conjura era generar una explosión popular en Bogotá que impidiera la creación de la organización interamericana que buscaba hacerle frente a la “campaña expansionista del marxismo soviético en América Latina”. Según Ospina Hernández, “se escogió como detonante para dicha explosión el asesinato” de Gaitán “que generaría indudablemente la reacción de las masas gaitanistas y se calculó que ante tal reacción el presidente Ospina Pérez se vería obligado a renunciar a favor de la Junta de Jefes Comunistas”. Precisó que la “ejecución de la tarea estuvo a cargo de un equipo de expertos terroristas enviados por Moscú y acompañado por el cubano Fidel Castro y el venezolano Rómulo Betancourt”.