Emisor y autonomía (I) | El Nuevo Siglo
Viernes, 3 de Febrero de 2012

 

El nuevo encontrón entre el Gobierno y la Junta del Banco de la República por el tema de las tasas de interés tendrá repercusiones políticas en las próximas semanas en el Congreso. Según trascendió, una vez más volverá a presentarse un proyecto de reforma constitucional dirigido a modificar el ámbito de autonomía del Emisor en materia de manejo de la política macroeconómica, sobre todo de aquellos aspectos que tienen impacto directo sobre la inflación, el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) y la tasa de consumo de los hogares. 

Emisor y autonomía (II)

Desde que entró en vigencia la Constitución del 91 en varias ocasiones se ha intentado en el Senado y la Cámara de Representantes disminuir la autonomía del Emisor, con fórmulas distintas pero que siempre coinciden en que la capacidad del Ejecutivo para incidir sobre las decisiones del Banco sea mayor, no sólo por la vía de que el Ministro de Hacienda de turno tenga derecho a voz y voto en la Junta, sino, incluso, a que el número de representantes directos del Gobierno en esa instancia sea, por lo menos, paritaria. Sin embargo, todos los proyectos al respecto han terminado hundiéndose, puesto que en los cánones de la economía moderna la independencia del Banco Central frente a las decisiones coyunturales o sobrevinientes del gobierno de turno se considera una garantía de seriedad y conservadurismo en el manejo macroeconómico.

Emisor y autonomía (III)

En la administración Uribe se impulsó la reforma por parte de algunos senadores, en su mayoría liberales, pero la idea no progresó, en gran parte porque la Casa de Nariño no veía la necesidad de un cambio en ese sentido, puesto que por efectos de la reelección presidencial el Ejecutivo contaba con mayoría en la Junta, pues en determinado momento había nombrado a cuatro de sus integrantes. Es más, los enemigos de la reelección siempre tomaron esta circunstancia como ‘caballito de batalla’ para evidenciar los peligros de los segundos períodos de los mandatarios, puesto que en materia macroeconómica se rompía el sistema de pesos y contrapesos institucionales y de separación de poderes fijados por la Carta del 91.

Emisor y autonomía (IV)

No obstante en la actual administración hay dos elementos que podrían marcar una diferencial importante: tanto el presidente de la República, Juan Manuel Santos, como el ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, han sido titulares en su momento de la cartera de finanzas. Y en segundo lugar, cada vez parece ser más claro que en la Casa de Nariño se considera que el Emisor está siendo demasiado tímido en sus políticas de intervención, no sólo de la tasa cambiaria sino de las tasas de interés de referencia. Se afirma, por ejemplo, que debería ser más activo en operaciones de compra de dólares para frenar la devaluación de la divisa y que, paralelamente, tendría que buscar fórmulas distintas al aumento de las tasas de interés para mantener en cintura las metas de inflación, puesto que se pone en peligro el crecimiento del PIB y la tasa de consumo de hogares.

Emisor y autonomía (V)

Sin embargo, de allí a que el Gobierno Santos apoye disminuir la autonomía del Emisor hay mucho trecho, puesto que podría impactar en la evaluación de las firmas calificadoras de riesgo sobre la economía colombiana, más aún después de haber logrado el año pasado el grado de inversión. En segundo lugar, para no pocos analistas es claro que el Emisor apuesta por un blindaje tempranero del país frente al inestable clima económico internacional, sobre todo al aumentar la crisis en la Unión Europea y el riesgo de cesación de pagos en varias naciones miembros.