Quedó claro que la llamada Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA), de la cual hacen parte Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, Cuba, Antigua y Barbuda y San Vicente y Granadinas, jugó un papel determinante para bloquear los resultados de la Cumbre de las Américas, a tal punto que entre algunas delegaciones se llegó a pensar que todo lo que pasó no fue gratuito ni producto de la coyuntura, sino que hacía parte de un plan muy bien pensado y que se desarrolló en distintas etapas. Y es que la ALBA se robó el foco mediático a lo largo de todo el proceso de la Cumbre.
Primer acto
Primero, el 4 de febrero, el presidente ecuatoriano Rafael Correa pidió, en una reunión del grupo en Caracas, que ninguno de los países asistiera a Cartagena si Cuba no era invitada oficialmente, pero no hubo una decisión final, dejando todo en un halo de incertidumbre. Ese fue el primer gran obstáculo que se le presentó al evento hemisférico.
Segundo acto
Mientras toda la atención se centraba en si la ALBA aceptaba o no la posición de Correa, fue, paradójicamente, el propio Hugo Chávez el que pidió algo de tiempo para ver qué podía hacer Colombia al respecto. Le tocó, entonces, al presidente Santos y la cancillera María Ángela Holguín moverse rápidamente. En cuatro semanas no se encontró consenso, pese a que acudió a la OEA, Washington y, al final, tuvo que viajar, el 4 de marzo, directamente a La Habana para comunicarle a Raúl Castro por qué no podía invitarlo a la Cumbre.
El de marzo
Sin embargo, la ALBA, que pudo haber dicho en esa fecha que no vendría a Cartagena al descartarse la presencia de Cuba, siguió sin sentar una posición definitiva, mientras que Colombia urgía a los países confirmar si vendrían a la Cumbre. Es más, el propio Correa, que había propuesto que no se asistiera, tampoco reaccionó inmediatamente, sino que dejó que las semanas pasaran dando siempre respuestas evasivas al respecto y, obviamente, manteniendo la atención a su alrededor.
Ya en abril
Y llegó abril, y sólo el día 3 Correa, por fin confirmó lo que siempre había pensado pero dilató conscientemente: que no vendría a Cartagena. De inmediato los ojos se dirigieron hacia el resto de la ALBA, en espera de que el grupo se pronunciara. Pero nada de ello pasó y sólo día tras día el Gobierno colombiano fue recibiendo las confirmaciones sobre la presencia de Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Antigua y Barbuda y San Vicente y Granadinas…
Y en la Cumbre
Y llegó la Cumbre. Y de nuevo ALBA fue noticia. El Presidente de Nicaragua no asistió, pidió que su silla quedara vacía y apenas se excusó por intermedio de otro mandatario. Chávez también puso en duda su asistencia hasta último minuto y, al final, tampoco vino. Todo el peso recayó, entonces, en Evo Morales de Bolivia, que habló duro contra Estados Unidos por el tema Cuba y se solidarizó con Argentina por el caso Malvinas… Y luego se retiró antes del evento final de la Cumbre. Como se ve la ALBA se robó el eco mediático y político en la antesala de la Cumbre, durante y en el cierre de la misma. ¿Casualidad?