Prisión militar (I) | El Nuevo Siglo
Sábado, 4 de Febrero de 2012

Meses atrás el vicepresidente Angelino Garzón dijo que debía buscarse un marco legal para la paz que permitiera dar algún tipo de flexibilidad o beneficio penal a los militares y policías que hayan cometido delitos en el marco del conflicto armado. Aunque la idea cayó en ese entonces en tierra infértil, e incluso no se le hizo mayor eco en el proyecto de marco legal para la paz que está discutiendo el Congreso, parece que en el arranque de la próxima legislatura se podría aterrizar una iniciativa no necesariamente en ese sentido pero que sí contemplaría algunos beneficios.

Prisión militar (II)

Según fuentes consultadas por EL NUEVO SIGLO, se analiza un proyecto que podría tener dos premisas básicas. En primer lugar, la institucionalización de una cárcel especial para militares condenados o investigados, que sería custodiada y administrada por las Fuerzas Militares pero estaría bajo la tutoría y veeduría del Inpec. La prisión no quedaría dentro de una brigada ni instalación típicamente militar, ya que los fallos judiciales han restringido al máximo este tipo de reclusiones para los uniformados encontrados culpables. Además, tras el escándalo de la cárcel castrense en Tolemaida, no habría margen de acción para aprobar una prisión militar en medio de una brigada.
 

Prisión militar (III)

La segunda premisa se basaría en que a esa cárcel no irían todos los uniformados condenados, sino que habría una especie de filtro en el que se distinguiría a quienes hayan cometido delitos en relación y con ocasión del servicio (por más graves que éstos sean) y aquellos condenados por delitos absolutamente ajenos a la actividad o servicio castrense. Por ejemplo, podrían ser internados allí los militares sentenciados por falsos positivos pero no aquellos penados por violación o atracos a particulares. Los impulsores de la idea recaudan experiencias vigentes en otros países en donde se han presentado conflictos armados internos.

Susto municipal

El anuncio del ministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry, de que presentará en la próxima reforma tributaria una fórmula para disminuir los impuestos sobre los combustibles, ya despertó alertas tempranas en algunas alcaldías en donde se considera que después de haber visto disminuidos sus ingresos anuales por cuenta del revolcón en el sistema de regalías, ahora los presupuestos municipales no pueden aguantar un recorte en los recursos que captan por concepto de sobretasa a la gasolina y el diesel, puesto que estos son la caja menor para financiar el arreglo de la malla vial terciaria, que está a cargo de las alcaldías.

¿Lobby eficaz?

En altas fuentes gubernamentales se insiste en que el lobby que voceros sindicales y de la izquierda colombiana están realizando en Estados Unidos, Europa y otros países para atravesársele a la candidatura de Angelino Garzón a la dirección de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) no ha tenido mayor eco entre los gobiernos de esas naciones, algunas de las cuales ya han comprometido con Bogotá su voto a favor del Vicepresidente de nuestro país. En las toldas sindicales se tiene una percepción distinta e incluso se afirma que los resultados de su campaña internacional no son inmediatos pero se verán a mediano plazo, cuando las centrales obreras de esos países empiecen a presionar con fuerza a sus respectivos gobiernos. ¿A quién creerle?