EN COLOMBIA se desperdician más de 9 millones de toneladas de alimentos por año. Una situación que pone en riesgo la meta de “Hambre Cero” que se propone en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030, según con el último informe del Departamento Nacional de Planeación (DNP).
Por eso, especialmente en el marco de la emergencia sanitaria que enfrenta el mundo y particularmente países como Colombia, el llamado de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), es precisamente atender este comportamiento, asegurando una buena gestión, administración y consumo de los alimentos de manera responsable.
Según ReFED, la hoja de ruta para reducir el desperdicio de alimentos en Estados Unidos, el 80% de los sobrantes de comida ocurre en supermercados restaurantes y las cocinas de los hogares. Mientras el 20% restante en granjas y plantas de procesamiento de alimentos.
Por esta razón, Corteva Agriscience, cuyo propósito es enriquecer la vida de los que producen y consumen, enlista cinco recomendaciones para tener en cuenta y contribuir a reducir las cifras, pues hoy la seguridad alimentaria requiere del compromiso de todos los actores de la cadena.
1. Comprar lo necesario y consumir todo: hacer una lista de lo que se necesita antes de ir al mercado, resulta práctico para no comprar demás. La idea es consumir todo lo que se tiene en casa, revisar constantemente el estado de los alimentos en la nevera y donar a otras personas lo que no se va a utilizar, en vez que se dañe.
2. Congelar y deshidratar los alimentos: almacenar la comida a una temperatura entre 1°C y 5°C para una mejor frescura y una vida útil máximas. Congelar aquellos alimentos que no se van a consumir de inmediato. Aplica para frutas y verduras, generalmente.
3. Aplicar las PEPS (Primeras Entradas, Primeras Salidas): gastar primero los productos que se han comprado con anterioridad y después, los que se adquirieron recientemente, así se evita que los alimentos se dañen.
4. Cocinar pequeñas cantidades: al preparar los alimentos, hacerlos en las porciones necesarias para los habitantes del hogar. En el caso que sobre comida y no se vaya a consumir, donarla a amigos, vecinos o personas que la necesiten.
5. Sin prejuicios: que alguna fruta o vegetal haya concluido su ciclo de maduración no quiere decir que esté perdida, aún se puede consumir porque mantiene sus vitaminas y nutrientes. Comprar alimentos madurados y consumirlos de inmediato también es una buena forma de contribuir a que no se desperdicien y de apoyar a nuestros campesinos.
Atender estas sugerencias en tiempos en los que para algunos puede ser difícil acceder a los alimentos, es también un acto de empatía y solidaridad. Por otro lado, también apoya a la economía del hogar. Además, evitar el desperdicio de alimentos es bueno para la salud, el planeta y la agricultura, en general.