Crecen a buen ritmo las guarderías de corales | El Nuevo Siglo
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Martes, 4 de Junio de 2019
Redacción Nacional

Un parte positivo entregaron un biólogo y dos voluntarios, uno del programa BanCO2 y una tesista de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, luego de realizar monitoreo y mantenimiento a las estructuras de las guarderías de corales ubicadas en Providencia, ya que se encontraron innumerables corales de gran tamaño y sirviendo de refugio para otras especies marinas.

Las guarderías ubicadas en la zona “The Bluff” que está al este de Providencia albergan colonias de coral de gran tamaño, permitiendo que peces de los arrecifes circundantes tomen este punto de hábitat, especialmente peces cirujanos y roncos.

Los corales sembrados en las guarderías de cuerdas colgantes pertenecientes a las especies: Acropora cervicornis y Acropora palmata, algunos de los cuales ya superan los 30 centímetros de largo. Dentro de las características a resaltar es que, estas especies son de rápido crecimiento y pioneros en la formación de arrecifes coralinos.

En San Andrés se avistaron, además, rayas que llegan constantemente a las guarderías ubicadas al suroeste de la isla en el sector West Point, donde también se le viene realizando mantenimiento.

En poco tiempo las especies de peces, crustáceos y moluscos se vienen beneficiando de las guarderías de corales como sitio de refugio y alimentación, logrando un balance positivo en ambos sitios demostrativos.

En términos generales las guarderías de San Andrés han tenido mejor crecimiento de volumen en comparación a las de Providencia debido a que, en esta última las corrientes a las que están sometidas son más fuertes y en consecuencia han crecido más gruesas y resistentes a fragmentarse. 

El programa de restauración coralina a gran escala que se inició en San Andrés y Providencia, es la continuación de las acciones de restauración que originó la Corporación Coralina y la Reserva de Biosfera Seaflower desde el año 2005.

Las acciones continuaron en los años subsiguientes, cada vez con la participación de más organizaciones locales, operadores de buceo y miembros de la sociedad civil. Todo esto llevó al archipiélago a convertirse en la locación ideal de un piloto de restauración coralina participativa a gran escala, con un gran potencial de éxito debido en gran parte a la proactividad, motivación y participación de las comunidades locales.

La meta del programa piloto es incrementar la complejidad estructural de arrecifes seleccionados dentro del archipiélago para garantizar que sus servicios de pesca, turismo y protección costera se mantengan de cara al cambio climático.

La jardinería de corales consta de dos fases, una de cultivo y otra de trasplante. Nuestro proyecto ya inicio con el cultivo de fragmentos de corales duros en peligro de extinción como los corales cuerno de ciervo y cuerno de venado. Aquí, miembros de CORALINA siembran fragmentos del coral en cuerdas que serán ubicadas en guarderías flotantes.

Los fragmentos de coral están respondiendo bien al cultivo en las guarderías flotantes. Otros organismos encuentran refugio en los corales sembrados y evidencian el rol importante que tienen los corales como proveedores de hábitat para peces y otros organismos arrecifales.

El trabajo de jardinería de corales una vez comienza no para hasta lograr su objetivo final: la recuperación de los arrecifes intervenidos. Aunque las jornadas bajo el agua son largas y pesadas, nuestros colaboradores y voluntarios siempre evidencian su compromiso y disfrute.

Además de la magnitud a gran escala del proyecto, otro aspecto que hace que sea atractivo es su enfoque participativo. Las actividades de campo han sido llevadas a cabo por más de 30 personas que representan a diferentes grupos de interés.

Algunos de los pescadores artesanales del programa BanCO2 que se han comprometido a conservar los arrecifes de coral de San Andrés mediante el cumplimiento de las políticas de conservación del archipiélago y el apoyo al programa de restauración