Hasta ahora, algunos grupos icónicos de organismos como mamíferos y aves tienen varias listas que compiten entre sí, mientras que otros grupos menos conocidos no tienen ninguna.
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Una tarea que puede parecer una rutina, pero en realidad es “difícil y compleja”, abre la puerta para crear, por primera vez, una lista acordada de todas las especies del mundo, desde mamíferos y aves hasta plantas, hongos y microbios, lo que facilitará su registro y protección.
“Enumerar todas las especies puede parecer una rutina, pero es una tarea difícil y compleja”, aseguró el profesor Stephen Garnett, de la Universidad Charles Darwin, en Australia, y autor principal del artículo publicado ayer en la revista de acceso abierto ‘PLOS Biology’.
“Actualmente no hay disponible una lista única de especies acordadas”, recordó. En cambio, algunos grupos icónicos de organismos como mamíferos y aves tienen varias listas que compiten entre sí, mientras que otros menos conocidos no tienen ninguna.
Esto causa problemas a las organizaciones y gobiernos que necesitan listas fiables, acordadas, científicamente defendibles y precisas para fines de conservación, tratados internacionales, bioseguridad y regulación del comercio de especies en peligro de extinción.
La falta de una lista acordada de todas las especies también obstaculiza a los investigadores que estudian la biodiversidad de la tierra.
El nuevo documento describe una solución potencial: un conjunto de diez principios para crear y gobernar listas de especies del mundo, y un mecanismo de gobernanza propuesto para garantizar que las listas estén bien administradas y sean ampliamente aceptables.
“Es importante destacar que define claramente los roles de los taxonomistas (los científicos que descubren, nombran y clasifican especies) y las partes interesadas, como los conservacionistas y las agencias gubernamentales e internacionales”, dijo Kevin Thiele, director de Taxonomía Australia y coautor del artículo.
“Si bien los taxonomistas tendrían la última palabra sobre cómo reconocer y nombrar especies, el proceso garantiza que se tengan en cuenta las necesidades de las partes interesadas al decidir entre diferentes opiniones taxonómicas”, añadió.
Las especies de la tierra se enfrentan a amenazas sin precedentes, debido al calentamiento global, la contaminación, la limpieza de tierras, las enfermedades y la sobreutilización, que en conjunto están impulsando una crisis de extinción sin precedentes y acelerada.
“El desarrollo de una lista única y acordada de especies no detendrá la extinción -dice Garnett-, pero es un paso importante en el manejo y conservación de todas las especies del mundo, grandes y pequeñas, para esta y futuras generaciones”.
Campos
De acuerdo con el estudio publicado por ‘PLOS Biology’, las listas de especies apuntalan muchos campos del esfuerzo humano, pero actualmente no existen principios universalmente aceptados para decidir qué especies biológicas deberían aceptarse cuando existen tratamientos taxonómicos alternativos (y, por extensión, qué nombres científicos deberían aplicarse a esas especies).
“A medida que las mejoras en la tecnología de la información facilitan la comunicación, el acceso y la agregación de información sobre la biodiversidad, existe la necesidad de un marco que ayude a los taxonomistas y a los usuarios de la taxonomía a decidir qué taxones y nombres deben ser utilizados por la sociedad, mientras continúa alentando la investigación taxonómica conduce a nuevos descubrimientos de especies, nuevo conocimiento de las relaciones de especies y el refinamiento de los conceptos de especies existentes”, señalan los científicos en ‘PLOS Biology’.
Sin embargo, se afirma en el documento que “una de las dificultades de crear una lista global unificada de especies aceptadas es que la circunscripción de un taxón no es una decisión totalmente objetiva. Incluye un juicio sobre si un conjunto de especímenes o poblaciones se considera mejor como una o más de una especie. Diferentes taxonomistas pueden juzgar legítimamente los límites de los taxones de manera diferente, incluso cuando se usan los mismos datos, y hay muchas fuentes alternativas de datos y métodos para delimitar los taxones (por ejemplo, usando filogenética molecular o morfológica, morfometría o rasgos ecológicos o fisiológicos)”.
Además, resalta que “tradicionalmente, las listas de especies consolidadas consistían en publicaciones formales que se producían a intervalos irregulares y no se actualizaban durante décadas. Cada vez más, se seleccionan activamente en línea con actualizaciones más frecuentes. Al más alto nivel, varias organizaciones agregan listas en múltiples grupos. Dichas listas multigrupo son relativamente comunes a nivel nacional e infranacional, al menos para plantas y vertebrados, particularmente cuando la inclusión tiene legitimación legal”.
Principios
Los diez principios que estipula el documento para la creación de la lista, son:
La lista de especies debe estar basada en la ciencia y libre de consideraciones e interferencias no taxonómicas.
La gobernanza de la lista de especies debe apuntar al apoyo y uso de la comunidad.
Todas las decisiones sobre la composición de la lista deben ser transparentes.
La gobernanza de las listas validadas de especies es independiente de la gobernanza de los nombres de taxones.
La gobernanza de las listas de especies aceptadas no debe restringir la libertad académica.
El conjunto de criterios considerados suficientes para reconocer los límites de las especies puede variar adecuadamente entre los diferentes grupos taxonómicos, pero debe ser coherente cuando sea posible.
Una lista global debe equilibrar las necesidades conflictivas de moneda y estabilidad al tener versiones archivadas.
Los contribuyentes deben ser apropiados reconocimiento.
El contenido de la lista debe ser rastreable.
Un proceso de listado global necesita tanto, abarcar la diversidad global como, acomodar el conocimiento local de esa diversidad. Concluimos resumiendo los problemas que deben resolverse si dicho sistema de gobernanza de listas taxonómicas y una lista unificada de nombres científicos aceptados generados se adoptan universalmente.
Finalmente, se destaca que “la consolidación requiere decisiones sobre qué taxones aceptar y cuáles rechazar. En muchas áreas de la ciencia más allá de la taxonomía, las organizaciones han tomado decisiones, incluso controvertidas, sobre temas que trascienden las fronteras nacionales”.