“Lupita”, “Lukas” y sus tres hijos, llevaban una vida plácida en la Granja Maquilam de Barrancominas. Sin embargo, los costos de la alimentación hicieron que se les buscara un nuevo hogar y lo encontraron a 615 kilómetros, en Puerto Triunfo.
Los recuerdos de infancia de estas cinco dantas (Tapirus terrestris), se quedaron en el predio que hace parte de la institución educativa Manuel Quintín Lame y que es administrado por el Vicariato Apostólico de Inírida.
Recuerda el médico veterinario de la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Norte y Oriente Amazónico (CDA), Carlos González, que los primeros ejemplares, “Lupita” y “Lukas”, llegaron a la granja muy pequeños. “Tenían entre dos o tres meses” y formaron familia. De eso hace ya siete años.
“Lupita” llegó procedente de una zona selvática cercana a la comunidad indígena Pueblo Nuevo y “Lukas” de cercanías a la comunidad indígena de Chatere.
“Lupita” tuvo su primer parto en cautiverio a los dos años y medio de vida, dando a luz a una cría hembra a la cual sus cuidadores llamaron “Morita”. Luego llegaron “Fresita” y “Pepe”, este último nació el 1 de agosto de 2022.
Durante estos años la familia de dantas fue alimentada con frutos que se producían en la misma granja y en su edad adulta se les suministró, a voluntad, alimentos concentrados. Sin embargo, cada día era más difícil para sus cuidadores el sostenimiento, pues una danta adulta puede alcanzar un peso de 300 kilogramos, lo que la lleva a consumir al día 30 kilos en promedio de follaje, frutos y cortezas.
Pero la vida de la familia de dantas empezó a cambiar el 19 de abril de este año, luego de que a la CDA llegara un oficio de parte del Vicariato Apostólico de Inírida en el que se manifestaba la intención de entregar los especímenes.
De manera inmediata, y teniendo en cuenta que en el departamento de Guainía no se cuenta con bioparques, zoológicos o centros de atención para la tenencia en cautiverio de este tipo de fauna silvestre, la Corporación inició las gestiones pertinentes con otras instituciones con el fin de reubicarlas, debido que no podían ser devueltas a su hábitat natural por su alto nivel de impronta.
“Como resultado de esta gestión y en cumplimiento de la normatividad ambiental vigente se le solicitó a Cornare el permiso para el ingreso de las dantas en su jurisdicción, así como la verificación de las condiciones del alojamiento en el parque temático Hacienda Nápoles, en donde fueron aceptadas, obteniendo una respuesta favorable para el proceso gracias a las garantías que el Parque le brinda a esta familia”, dice Carlos.
Teniendo en cuenta que el peso total aproximado del grupo de dantas supera los 1.300 kilos, se procedió a gestionar con el Batallón de Infantería de Marina Baflim 50, para que a través de los vuelos de la Fuerza Aérea Colombiana que ingresan al territorio para el abastecimiento de las tropas ubicadas en Barrancominas, se apoyara el transporte aéreo desde el municipio hasta Bogotá.
“Ahora bien, con el fin de garantizar el bienestar animal y procurar el menor estrés posible en los animales durante el traslado, se requirió de un equipo técnico multidisciplinario que involucró al médico veterinario y biólogo de la CDA, así como el zootecnista de la Granja Maquilam para que realizaran, durante cuatro días, un proceso de familiarización con las jaulas, las cuales serían trasladadas vía aérea durante un periodo aproximado de dos horas. Igualmente, se realizó la valoración médica de cada uno de los especímenes a trasladar, en donde se verificaron las condiciones físicas, fisiológicas y comportamentales en aras de garantizar su buen estado de salud para el traslado”, señala González.
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El proceso
“El proceso de traslado de estos animales de Barrancominas a la Hacienda Nápoles comenzó en abril de este año, cuando nos solicitaron que los recibiéramos. Se han venido multiplicando y consumen bastante alimento. En la granja no les daban la dieta balanceada que requiere este tipo de ejemplares”, manifiesta el médico veterinario Carlos González.
Añade que “empezamos a hacer los contactos para trasladarlos. Como toda su vida han estado en cautiverio, no se pueden liberar porque son fácilmente predados por la pantera onca o por las comunidades que se alimentan de su carne. Por eso se decidió llevarlos a la Hacienda Nápoles, porque allí tienen amplios terrenos y van a estar seguros”.
“Lo segundo es porque en el Parque Temático tienen una familia de dantas. Se busca con ello romper la consanguinidad, multiplicar los especímenes para que más adelante se puedan hacer liberaciones”, explica González. “Cuentan con terreno, nutricionista, veterinarios para su cuidado y plan de conservación”, agrega.
Luego vino el proceso para el traslado. “Nos enviaron unas jaulas a Inírida e iniciamos la fase de acostumbramiento de los animales. Las pusimos en los potreros para que las observaran, luego les dejamos comida cerca, posteriormente en la puerta, luego mitad y finalmente al fondo de la jaula, esto incitándolas a que entraran, comieran y no reaccionaran bruscamente. Esto requirió de casi de un mes, ya después de eso comían adentro y hasta hacían la siesta. Cuando las tuvimos que cargar fueron muy tranquilas, y fácil el transporte”.
Cuando llegó el momento de la mudanza, el sábado pasado, “nosotros las encerramos y se trasladaron de Barrancominas a Inírida y de allí a Bogotá en avión. Sobre las 7:00 de la noche las trasbordamos en camión, en un recorrido que duró toda la noche hasta Puerto Triunfo, a donde llegamos sobre las 7:00 de la mañana. Ahora sigue el proceso de adaptación en el parque, a ese hábitat. Luego ahí sí ya se buscará la reproducción con las dantas que hay allí”, señala González.
El médico veterinario de la CDA, que acompañó a la familia de dantas desde que salieron de Barrancominas hasta que llegaron a la Hacienda Nápoles, dice que “el comportamiento fue excelente. Estuvieron muy tranquilas, no fueron sedadas, viajaron naturalmente, sin medicación por el proceso que se hizo. Con el ruido del motor se pusieron en alerta, pero no se estresaron, inclusive comieron raciones de bananos. Un animal estresado no come, ellas sí, si ningún problema”.
De acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) esta especie (Tapirus terrestris), se considera vulnerable (VU), y es clasificada en esta categoría de la Lista Roja tras determinarse que presenta una alta probabilidad de convertirse en “especie en peligro de extinción. Por eso es importante para los programas de reproducción”.
“Las dantas juegan un papel fundamental en la cadena alimenticia, son la base de la comida para otros predadores, de felinos de gran tamaño, como pumas, panteras oncas, diferentes clases de predadores”, indica.
Pide tener en cuenta que “estos animales no son fuente de alimentación por su estado de vulnerabilidad, hay mucha gente que las mata para alimentarse, su existencia en libertad, la idea es que la respeten, comprendan la importancia y ayuden a preservarla”.