Perspectivas: Alza vuelo la recuperación del loro orejiamarillo | El Nuevo Siglo
EL LORO orejiamarillo pasó de peligro crítico a en peligro, pero sigue en riesgo de extinción.
/Fundación ProAves
Sábado, 2 de Abril de 2022
Redacción Nacional

Los esfuerzos para salvar al loro orejiamarillo representan la recuperación más exitosa de una especie en peligro crítico en el planeta.

De acuerdo con la bióloga y profesional universitaria de la Subdirección de Gestión Ambiental de la Corporación Autónoma Regional del Quindío (CRQ), ​Diana Carolina Valencia Zapata, “la situación actual de la especie es positiva, ya que se han encontrado nuevas poblaciones en lugares donde no se habían tenido reportes y en sitos en donde por mucho tiempo no se tenían registros”.

Dice que “tal es el caso de Salento en el Quindío, que si bien es un municipio que históricamente se ha reconocido por esta especie, permaneció sin evidencia de su presencia por varios años, pero afortunadamente cada vez son más los reportes en la zona limítrofe con el departamento del Tolima”. 

Sin embargo, existe preocupación pero “aunque su población de individuos maduros es muy pequeña, la acción de conservación intensiva sobre la misma ha logrado generar una estabilidad de su área de distribución y, por tanto, ha dado como resultado una recuperación y un aumento en el tamaño de la población; encontrando registros de individuos en áreas donde ya no presentaban distribución como en Pijao y Salento”.

“La articulación entre los trabajos académicos, el aviturismo y los ejercidos por las autoridades ambientales, ha generado condiciones de conservación propicias para que el loro orejiamarillo aumente sus poblaciones y las áreas de distribución. Según la última edición del Libro rojo de aves de Colombia, esta especie pasó de estar en Peligro crítico (CR) a En peligro (EN), y en estado vulnerable a nivel global según la Unión internacional para la conservación de la naturaleza (IUCN)”, señala.

Explica que la CRQ se encuentra adelantando trabajos de ciencia participativa que buscan conservar las especies de aves frugívoras endémicas o amenazadas que habitan el departamento del Quindío. “En esta iniciativa se priorizaron especies como el loro orejiamarillo, de tal manera que se logre determinar el rol funcional de estas especies de aves en los ecosistemas. En este punto se determinan las semillas de especies vegetales que pueden, incluso, ser dispersadas y son fundamentales para procesos de restauración y conservación ecosistémica. Esta es una iniciativa que parte de un fundamento de ciencia ciudadana, es decir, las personas de las distintas comunidades y los sectores productivos y administrativos son investigadores y replicadores del conocimiento”.

El riesgo

Como ocurre con otras especies, la fragmentación de sus hábitats por el aumento de la frontera agrícola, la expansión urbana y el turismo masivo e indiscriminado, se convierten en amenazas para la conservación del loro orejiamarillo.

Añade que “la falta de apoyo económico a estrategias y trabajos académicos que permitan sumar información sobre la historia natural de la especie y así promover su conservación”, también aumenta el peligro.

“Así mismo, la reducción en la densidad poblacional de la palma de cera amenaza esta especie; excepto por la población del Meta, que anida y depende de la palma de Choapo (Dictyocaryum lamarckianum)”, indica.

Y es que la palma de cera, especialmente por esta época, es cortada para la celebración del Domingo de Ramos.

“Como todas las especies de aves tienen requerimientos de hábitat para lograr la supervivencia de su linaje, en el caso del loro orejiamarillo hay una relación estrecha con la palma de cera, ya que depende de ella en su proceso de nidificación. La celebración del Domingo de Ramos es una fecha que puede incentivar el uso indiscriminado de las hojas de esta palma, y de esta manera se afectarían de forma indirecta los procesos reproductivos del loro orejiamarillo”.

Para Diana Carolina, la especie es importante porque “juega un papel relevante en la dinámica de dispersión de semillas de bosques subandinos y andinos, aportando de manera significativa en los procesos de restauración y conservación ecosistémica. Además, se ha convertido en una especie insignia y sombrilla, generando una identidad y simbolismo a través de la naturaleza”.

La especie se distribuye por los Andes colombianos hasta Ecuador. Su ubicación es discontinua en el país. “Históricamente se han registrado en los departamentos de Antioquia, Norte de Santander, Caldas, Cundinamarca, Risaralda, Quindío, Tolima, Huila, Cauca y Nariño”, expresa, y agrega que “su distribución altitudinal se encuentra entre los 1.600 y los 3.500 msnm, principalmente en bosques altoandinos y páramos”.


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Población

Para la profesional de la CRQ, “se estima que existen unos 1.000 individuos (dato del año 2014). Sin embargo, no hay abundancias absolutas y más sobre esta especie, a la fecha no se sabe con certeza el número de individuos, más aún sabiendo la recuperación poblacional que viene presentando la especie”.

Empero, la Fundación ProAves, que también trabaja por la recuperación y conservación de la especie, estima que la labor desarrollada ha permitido que la población alcance los 2.600 ejemplares a nivel nacional.

En el Quindío, “con propósitos de conservación en la biodiversidad, se han realizado numerosas actividades de sensibilización para la conservación de esta y muchas otras especies de aves. Aunque la comunidad entiende la importancia del mismo, no hay claridad de la integralidad que representa el ecosistema donde habita. Finalmente la dependencia que presenta con individuos vegetales como la palma de cera, para su anidación, representa una vulnerabilidad alta para la conservación de la especie. La comunidad entiende la importancia del loro como individuo; sin embargo, a veces se invisibiliza la importancia del hábitat como tal; este proceso de sensibilización, aprendizaje y apropiación es constante y permanente”, dice la bióloga Diana Carolina Zapata.

Es por esta razón que “desde los diferentes espacios generados en la CRQ, a través de talleres participativos, salidas de campo, talleres de educación ambiental, jornadas de sensibilización, plegables informativos y demás, se enfatiza en la conservación de la biodiversidad, y para este caso específico de un grupo biológico tan diverso como amenazado como el de las aves. No es desconocida para la comunidad del departamento del Quindío, la importancia y conservación de esta especie. El aviturismo como un atractivo turístico o un pasatiempo ha permitido que muchos aficionados, investigadores y comunidad en general realicen reportes y/o registros de la presencia de especies de aves de importancia ecosistémica y, por ende, aportan de manera significativa a la conservación de las mismas. El conocimiento siempre permitirá direccionar de manera efectiva las estrategias de conservación”, indica.

La palma de cera

En cuanto a la palma de cera, ligada al loro orejiamarillo por ser su hábitat natural, señala que “la CRQ siempre ha priorizado en su listado de especies focales la Ceroxylon quindiense. En ese sentido, las acciones de investigación y educación ambiental se encaminan en función de conocer y evaluar el estado actual de las poblaciones de esta especie en el departamento; en ese contexto se han adelantado convenios interadministrativos con la Universidad del Quindío como aliado académico, para evaluar la estructura y estado poblacional de la especie, aunando a ejercicios participativos con la comunidad para la conservación de la misma”.

Agrega que “es de anotar, que anualmente en la época de Semana Santa, desde la entidad, en compañía con los entes territoriales de incidencia de distribución de la especie, se realizan campañas de educación ambiental en puntos estratégicos sobre la afectación del uso de las hojas de esta especie en el domingo de ramos, notando una decreciente tasa de uso en los últimos años”.

“Así mismo, es importante mencionar que las poblaciones de palma de cera del Quindío muestran datos poco alentadores en función del recambio generacional, es decir, que las plántulas no sobreviven en proporción suficiente para garantizar el reclutamiento mínimo para el crecimiento de la población, poniendo en riesgo el paisaje andino colombiano y un atractivo turístico de primer orden. En este sentido, desde la CRQ se han identificado las estrategias más efectivas para direccionar esfuerzos a la conservación de esta especie a través del trabajo mancomunado entre la academia, la comunidad, los entes territoriales y la autoridad ambiental”, afirma la bióloga.

EL LORO orejiamarillo ha ido recuperando su población, aunque persisten sus amenazas./Convenio 007 de 2021 (CRQ-UQ)

LA PALMA de cera, que es el hábitat natural del loro orejiamarillo y su fuente de alimento, corre peligro./(Convenio 007 de 2020 CRQ-UQ)

EL LORO orejiamarillo pasó de “peligro crítico” a “en peligro”, pero sigue en riesgo de extinción./Fundación ProAves