Las imágenes documentadas de polluelos de albatros y de crías de tortugas marinas muriendo lentamente tras comer trozos de bolsas de plástico y otros residuos han conmovido a mucha gente. Pero la masiva contaminación de los mares y océanos, alimentada por los plásticos de un solo uso y el consumismo de usar y tirar, sigue empeorando.
Se calcula que los desechos plásticos matan cada año a más de un millón de aves marinas, 100.000 mamíferos marinos e innumerables tortugas marinas. Los plásticos, con todos sus beneficios y promesas, han revolucionado las sociedades y las economías desde su desarrollo en la década de los años 50 del siglo pasado, pero ahora unos ocho millones de toneladas acaban en los océanos cada año.
La basura plástica, que constituye 80% de todos los desechos marinos, desde las aguas superficiales hasta los sedimentos de las grandes profundidades, se descomponen en microplásticos que entran en los sistemas digestivos de los animales marinos y terrestres y de los seres humanos.
El plástico invisible está en el agua que bebemos, la sal que comemos y el aire que respiramos. Los expertos aún investigan los impactos a largo plazo, como el cáncer y la alteración de los sistemas reproductivos.
La industria pesquera, las actividades náuticas y la acuicultura también dejan un enorme legado en términos de residuos oceánicos, envenenando y atrapando la vida marina.
Resolución
Entre tanto, el borrador de una resolución para frenar el uso de plásticos va al corazón del problema. Señala que la producción mundial aumentará 40 % en los próximos 15 años desde los niveles actuales de alrededor de 300 millones de toneladas y que el “modelo predominante de usar y tirar” significa que más de 75% de los plásticos producidos hasta la fecha son residuos, “especialmente porque el precio del plástico en el mercado no representa todos los costes de su ciclo de vida para la naturaleza o la sociedad”.
Recordando los anteriores esfuerzos internacionales por establecer objetivos para acabar con los desechos plásticos marinos, la moción insta a la comunidad internacional a alcanzar un acuerdo global de gran alcance para combatir la contaminación por plásticos marinos.
Esto implicaría, entre otras medidas, la eliminación de la producción innecesaria de plástico, en particular de los residuos de plástico de un solo uso; el reciclaje y la prevención adecuada de las fugas a los ecosistemas, así como campañas de sensibilización pública.
- Le puede interesar: ¿Cuál es importancia de Áreas Más Allá de la Jurisdicción Nacional?
Los activistas afirman que los anteriores esfuerzos internacionales para frenar la contaminación por plásticos han sido inútiles.
Steve Trott, director de proyectos de la Asociación Marina de Watamu, integrante de la UICN y que lucha contra la contaminación por plásticos en su área marina protegida en Kenia, afirma que la Moción 022 expone claramente las amenazas que suponen los residuos plásticos para los entornos marinos y costeros, las economías y la salud y el bienestar humano.
En ese sentido, Trott explicó que tanto su organización como otras involucradas en la conservación de las costas de Kenia han decidido sumarse al llamado a la acción de la UICN.
Impulsando iniciativas de economía circular, su ONG ha creado dinámicas cadenas de valor de plástico mediante asociaciones entre la industria hotelera y las comunidades locales, patrocinando limpiezas de playas y recogiendo residuos de plástico para su reciclaje. Esto proporciona una segunda fuente de ingresos para los recolectores de desechos de la comunidad, mientras que los artistas locales también están reciclando los residuos plásticos.
El índice de Mercado de Residuos Plásticos, un estudio de la Fundación Minderoo de Australia, identifica 20 empresas que producen más de la mitad de los residuos de plástico de un solo uso en el mundo. Algunas son empresas estatales y otras transnacionales, cuya producción de plástico está financiada por grandes bancos.
El informe señala que casi 98 % del plástico de un solo uso se fabrica a partir de lo que se denomina combustibles fósiles vírgenes, es decir, plástico creado sin ningún material reciclado.
Plásticos de un solo uso
Los plásticos de un solo uso explican la paradoja de por qué las empresas de combustibles fósiles aumentan su producción cuando sus dos principales mercados, el transporte y la generación de electricidad están descarbonizando sus fuentes.
Se prevé que en 2050 el plástico represente entre 5% y 10% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.
La humanidad posee niveles de conocimiento sin precedentes, pero también la responsabilidad que los acompaña, al saber que los océanos se encuentran en el peor estado de salud desde que el ser humano comenzó a explotarlos.
Los plásticos de un solo uso y los 130 millones de toneladas que se calcula que se vierten cada año a las aguas de todo el mundo han dominado los estudios y debates sobre los residuos. Las botellas de plástico, los envases y envoltorios de alimentos y las bolsas de un solo uso son los cuatro elementos más extendidos que contaminan los mares.
A la hora de debatir cómo abordar los problemas medioambientales más candentes del mundo, como las emisiones de carbono, la pérdida de especies y los mismos residuos plásticos, la tecnología aparece como una posible solución.