Poner de manifiesto que los camélidos son un recurso de subsistencia clave para millones de familias que habitan entornos hostiles, en más de 90 países, en particular entre los pueblos indígenas y las comunidades locales, es el objetivo de la celebración del Año Internacional de estos animales.
Explican las Naciones Unidas que “los camélidos, que comprenden desde las alpacas hasta los camellos bactrianos, dromedarios, guanacos, llamas y vicuñas, contribuyen a la seguridad alimentaria, a la nutrición y al crecimiento económico, además de poseer una gran relevancia social y cultural para muchas comunidades de todo el mundo”.
Agrega que desempeñan una función importante en el progreso hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) relacionados con la lucha contra el hambre, la erradicación de la pobreza extrema, el empoderamiento de las mujeres y la utilización sostenible de los ecosistemas terrestres. Proporcionan leche, carne y fibra para las comunidades, sirven como medio de transporte de bienes y personas, aportan fertilizante biológico y se adaptan muy bien a lugares donde otras especies de ganado no sobrevivirían.
“Los camélidos ocupan un lugar primordial en la cultura, la economía, la seguridad alimentaria y los medios de subsistencia de las comunidades que habitan los altiplanos andinos y las tierras áridas y semiáridas de África y Asia, en particular entre los pueblos indígenas. Aun en condiciones climáticas extremas, siguen produciendo fibra y alimentos nutritivos. En este sentido, el Año Internacional de los Camélidos representa una oportunidad sin igual de concienciar sobre la función que tienen los camélidos para generar resiliencia ante el cambio climático, especialmente en las montañas y las tierras áridas y semiáridas”, señala la ONU.
Durante el Año Internacional de los Camélidos, se promoverán iniciativas globales para resaltar su contribución a la biodiversidad y los sistemas alimentarios resilientes. Se alentará la adopción de prácticas sostenibles en la crianza y gestión de estos animales, así como la educación y la investigación para aumentar la conciencia sobre su rol ecológico y cultural.
La creación de este año internacional surgió por una petición de Bolivia ante la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), debido a la contribución significativa de los camélidos en la supervivencia de poblaciones que habitan en entornos hostiles del planeta caracterizados por altas y bajas temperaturas, así como condiciones de aridez y sequía.
En tal sentido, durante la 40° conferencia de la FAO celebrada en Roma en el año 2017 la Asamblea General aprobó esta petición, mediante una Resolución.
Los objetivos del Año Internacional de los Camélidos son los siguientes:
Contribuir al logro de la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030 y de los Objetivos Estratégicos planteados por este organismo internacional.
Promover entre todos los Estados Miembros, el sistema de las Naciones Unidas y demás agentes la importancia económica y cultural de los camélidos, así como fomentar el consumo de productos que se obtienen de estos mamíferos.
Contribuir a la inclusión de las poblaciones más vulnerables de las sociedades rurales, mediante la generación de empleos sostenibles y la promoción de la igualdad.
Fomentar la concienciación pública sobre la importancia de los camélidos, para la seguridad alimentaria y las funciones ecosistémicas.
¿Qué son los camélidos? Los camélidos son mamíferos herbívoros pertenecientes a la familia Camelidae, que aparecieron por primera vez en la época del Eoceno Tardío, hace unos 40 millones de años.
Entre sus características físicas se destacan las siguientes: poseen largos cuellos y patas, dientes caninos de grandes proporciones, son ungulados (cuyas patas terminan en pezuñas) y artiodáctilos (con un número par de dedos en cada pata que soportan su peso).
Se alimentan de la escasa vegetación localizada en las praderas semi áridas y áridas. En la actualidad constituyen el único medio de subsistencia de millones de familias asentadas en las regiones más inhóspitas del planeta.
Las especies de camélidos existentes son las siguientes, localizadas en África Septentrional, Asia Sudoccidental y Central, Oceanía y América del Sur (Cordillera Alto Andina de Suramérica): dromedarios, camellos bactrianos, llamas, alpacas, vicuñas y guanacos.
La carne de los camélidos es una alta fuente de proteína cárnica y láctea para la subsistencia de miles de pobladores locales, contribuyendo a su seguridad alimentaria. Su pelaje se utiliza para el abrigo; además constituyen el único medio de transporte de personas y productos de poblaciones y asentamientos ubicados en lugares remotos. Generan fertilizante orgánico que beneficia la producción agrícola de cultivos de subsistencia.
Los camélidos son conocidos como el “barco del desierto”, debido a su capacidad de sobrevivencia en circunstancias ambientales y climáticas adversas, atravesando grandes distancias y durante largos periodos sin agua.