Según cifras del DANE, en Colombia por cada 100 personas menores de 15 años, hay 40 personas mayores de 60 años, lo que confirma que el país está envejeciendo más rápido de lo que dictaban las proyecciones. Los departamentos con mayor índice de envejecimiento son: Quindío (70,43), Caldas (69,34), Valle del Cauca (60,28), Risaralda (59,54), Tolima (52,08), Nariño (50,82), Bogotá (50,17).
Si bien es un asunto que representa desafíos sociales en materia pensional y de aseguramiento de salud; también es un reto, al interior de cada familia, comprender los cambios sensoriales que se presentan en el adulto mayor y cómo estar preparados para atenderlos y lograr que esta etapa se viva en óptimas condiciones.
La audición: Los oídos sufren un desgaste natural propio de la edad conocido como presbiacusia. Se engrosa la membrana del tímpano, se presenta deterioro del oído interno y se dificulta la capacidad de oír frecuencias altas. “La necesidad de minimizar la pérdida auditiva, se hace esencial no sólo por la importancia de este sentido para conectarnos con el mundo, sino además por los efectos colaterales que genera el no oír bien. El principal de ellos, el aislamiento social progresivo. El abandono de las aficiones y los cambios de hábitos son muy frecuentes en las personas en edad adulta que experimentan pérdida de audición, ya que es común que por miedo, desconocimiento o vergüenza no reconozcan que sufren este problema”, explica Paola Pedraos, audióloga de GAES Centro Clínico Auditivo.
Cuidar la audición del adulto mayor contribuye a una mejor comunicación y a su calidad de vida, por lo cual se hace sumamente importante hacer un examen auditivo al menos una vez al año, buscar soluciones como los audífonos que permiten que escuche perfectamente y y continúe con su independencia y vínculos sociales, y buscar mejores formas de comunicación como: mirarlo al hablar y utilizar gestos para clarificar el mensaje, hablar alto pero sin gritar, vocalizar y evitarle sonidos muy fuertes.
La visión: Estos cambios son quizá los más conocidos. El cristalino (lente natural del ojo) se engrosa y pierde flexibilidad, estos cambios tienen como consecuencia la dificultad para enfocar de cerca, lo cual es conocido como presbicia. En el cuidado del adulto mayor es importante el acompañamiento para el uso de las gafas apropiadas para afrontar esta etapa, así como la iluminación adecuada tanto de día como de noche.