El arbolado urbano es el conjunto de árboles de diversas especies que crecen naturalmente en espacios abiertos e interaccionan con la flora y fauna natural.
Sin embargo, las ciudades también cuentan con sus propios bosques urbanos constituidos por el arbolado de alineación, el de las plazas y parques. La estructura de estos bosques es muy diferente a las naturales, ya que se encuentran atravesados por la arquitectura urbana, las necesidades vecinales y las continuas modificaciones del hábitat donde crecen.
Además de embellecer y dar color a las calles y veredas, aportan oxígeno y desempeñan un papel importante en la mitigación del cambio climático, puesto que un árbol maduro puede absorber hasta 150 kg de gases nocivos al año. También actúan como cortavientos, brindan sombra ayudando a enfriar el aire y contribuyen a crear un ambiente más sustentable y a mejorar la calidad de vida urbana.
Un estudio realizado en Connecticut, Estados Unidos, donde monitorearon alrededor de 1400 árboles plantados e incluyeron las variables de influencia de la comunidad en la supervivencia de dichos árboles, demostró que la tasa de supervivencia alcanzó valores superiores al 76% en aquellos arboles donde la comunidad tenía mayor experiencia y conocimientos de los árboles. Este conocimiento también se vio reflejado positivamente en el crecimiento de lo mismo.
Sin embargo, su poco conocimiento ha causado talas realizadas de forma equivocada en árboles sanos, manejos inadecuados en el tratamiento de los árboles, entre otros. Así mismo, debido a cambios climáticos algunos árboles se han caído generando accidentes automovilísticos y muertes de transeúntes.
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Tecnología
El arbolado urbano tiene la oportunidad de mejorar aplicando nuevas tecnologías y prevenir graves incidentes en comunidades aledañas a esta zona verde. “Trajimos a Colombia la última tecnología para el cuidado de los árboles y ciudadanos. Arbotom es una unidad de tomografía por impulso que permite dar una perspectiva interna del estado de los árboles y la madera sin utilizar métodos invasivos, permitiendo tomar decisiones a los profesionales forestales con argumentos científicos y técnicos. Actualmente, Bogotá, Medellín, Cali e Ibagué están incorporando esta tecnología y nuestra meta es que todas las ciudades principales la implementen a 2025, para disminuir en un 5% accidentes automovilísticos y en un 15% talas de árboles que no debieron ser derribados”, señala Carlos Paz, director de Kasalab, empresa colombiana comprometida con la innovación, la tecnología e investigación en el país.
El método aplicado en esta tecnología es a través de ondas de estrés que viajan por el ancho del tronco. Cuenta con sensores alrededor del árbol que miden el tiempo que tarda un impulso en viajar a través de este, luego cuando atraviesa la madera, llega a los otros sensores que arrojan los resultados correspondientes. Los datos recogidos se envían simultáneamente a una computadora que por medio de un mapa de calor que muestra el estado del árbol.
Es importante realizar revisión del arbolado urbano continuamente ya que es necesario conocer internamente el estado de cada árbol, que puede presentar descomposición oculta, cavidades o grietas invisibles.
Una ciudad con una infraestructura verde bien planificada y bien administrada se vuelve más sostenible, mejora la calidad de vida de las personas, se adapta mejor al cambio climático, reduce el riesgo de desastres y conserva los ecosistemas.