Si bien entre las principales atenciones por estos días en los hogares están aplicar las medidas de protección contra la covid-19, el teletrabajo, las clases virtuales y los oficios de la casa, entre otras, es importante no olvidar a los niños que tienen implantes auditivos.
Ellos, en medio de la emergencia sanitaria, pueden continuar el proceso de rehabilitación que llevan habitualmente de manera externa.
Al respecto, cabe recordar que de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), existen 466 millones de personas con pérdida auditiva, pero para cerca de 360 millones representa incapacidad. En países como Colombia, por ejemplo, el impacto es de medio millón de personas y afecta también a la población infantil. En España, la patología afecta a cerca de un millón de personas
Romina Piccione, licenciada en Educación y Lenguaje y Directora Clínica para la Región Norte y Central de América Latina de la compañía Medel, entrega las siguientes recomendaciones dirigidas a pacientes implantados:
1. Hablar más en casa. Es una estrategia fundamental para que puedan adquirir un mayor vocabulario. Cada palabra que se dice construye el cerebro de los pequeños, les da la posibilidad de escuchar más y evoluciona el lenguaje comprensivo y expresivo de manera adecuada. Se debe tener en cuenta el tiempo de adaptación, edad cronológica y el tiempo de acceso auditivo adecuado, entre los principales factores.
2. Usar palabras ‘poderosas’ de manera repetida para que transmitan las necesidades. Cuanto más el niño las escuche y las asocie a situaciones de la vida diaria más rápido las comprenderá y repetirá. Algunas de esas palabras pueden ser hola , chao, gracias, por favor, sí y no.
Según cada familia, se sumarán palabras frecuentes teniendo en cuenta las actividades diarias, gustos, preferencias, cultura y demás factores.
3. Involucrarlos en una actividad divertida en la terapia. Por ejemplo, en la cocina elaborando una ensalada de frutas y guardando diferentes alimentos en varios lugares, regando las plantas u organizando el ’clóset’. Es así como los padres pueden utilizar un vocabulario referente a las prendas, asociadas a los colores o características del vestuario y lavado de la ropa (por ejemplo, interactuando con el jabón, sintiendo el aroma del mismo e involucrando palabras como lavar, sucio, limpio y olor).
4. Realizar el chequeo de los sonidos de ‘Ling’ para conocer y controlar el acceso auditivo del paciente con su dispositivo y el funcionamiento. Debe realizarse en un ambiente silencioso, sin información visual y preferiblemente en la mañana, cuando los niños comienzan a escuchar. Los sonidos a utilizar son a, u, sh, u, i, s y m, a una distancia no mayor de un metro, inicialmente, para luego ir incrementándola de acuerdo a las habilidades.
En niños pequeños se deben buscar respuestas motrices frente a estímulos auditivos como fruncir el ceño, detener la actividad o buscar ocularmente el sonido. A medida que son niños más grandes girarán en búsqueda del sonido o lo podrán imitar.