Modelos educativos de otros países que no son la solución | El Nuevo Siglo
Copiar modelos educativos pierde sentido cuando no se conocen las realidades locales, la diversidad, los contextos sociales.
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Domingo, 13 de Febrero de 2022
Mario F. Hurtado

Los resultados de la Prueba Pisa permiten varias interpretaciones. Una de ellas los cambios históricos en los primeros lugares. En las dos primeras ediciones de la prueba, 2000 y 2003, los países con los mejores puntajes fueron Finlandia y Singapur. Ante ello, surgió la tendencia de ir a esas naciones para ver qué y cómo enseñaban con el objetivo de implementar algunas políticas basadas en ese sistema en las escuelas. Para nuestro caso, las latinoamericanas.

Al área administrativa del sector educación suelen llegar personas que pretender copiar modelos para entregar resultados o indicadores de éxito en un corto tiempo;  entonces al ver los resultados, lo más fácil es ir a buscar los países con los mejores puntajes como Finlandia, Canadá, Corea del Sur o Japón, quienes fueros lo primeros en la prueba de 2000. De esta forma copiaron modelos sin entender el contexto, los procesos de formación docente y el nivel de exigencia.

Entre tanto Finlandia también salió a comentar sus innovaciones, pero para sorpresa de muchos, los estudiantes que presentaron la prueba en el 2000 tuvieron su formación escolar en los noventas, una época donde en el país nórdico primaba la herencia soviética de la exigencia en la escuela, la disciplina, el currículo escolar definido. Pero claro, salir a afirmar que la educación más exitosa era tradicional no quedaba bien visto en una sociedad que considera que la innovación, la tecnología y la libertad de los estudiantes son las herramientas del éxito.

Entonces Finlandia empezó a realizar cambios para justificar que no era la educación tradicional de altos niveles de exigencia, y aparecieron noticias a finales de la primera década del 2000, que el país eliminaba las tareas, que el currículo iba a ser flexible, que lo importante era la felicidad de los niños. Actualmente, seguramente los niños son más felices, pero los resultados en las pruebas cayeron. Ya Finlandia no está en los primeros lugares, salió de los primeros diez países en ciencias y matemáticas, mientras que en lectura, área donde siempre fue primero ahora es sexto.



Entonces ¿dónde quedaron reflejados los cambios innovadores de la educación? La respuesta, parece que la innovación no está evidenciando un aprendizaje efectivo en las áreas básicas.

Hoy los líderes de la prueba son China, y sus dependencias: Macao, Hong Kong, además de Singapur y Taiwán. En estos países no hay demasiadas libertades para los estudiantes, la formación sigue siendo tradicional, la exigencia alta y la demanda de tareas y trabajos rigurosa. Entonces, copiar pierde sentido, cuando no se conocen las realidades locales, la diversidad, los contextos sociales.

Latinoamérica debe trabajar en la calidad de la educación, un tema que se ha quedado rezagado. Las prioridades de la educación en la región se han orientado a las reivindicaciones sociales, a las mejoras salariales de los docentes, se ha invertido en infraestructura, pero muy poco en calidad, en sistemas de evaluación eficientes y que muestren una evolución del proceso. Por ejemplo, sin ir muy lejos, el Icfes eliminó la geografía de la prueba Saber, las Sociales se convirtieron en una prueba de competencias ciudadanas y se abandonaron los contenidos con el argumento que se evalúan son competencias y no saberes. Entonces, cuando se define que no es necesario un currículo o que el mismo es abierto, y evaluamos otras cosas, no sabremos si lo que invertimos en educación se está reflejando en aprendizaje.

En las pruebas más recientes aparecen en los primeros puestos países que nunca han estado en el radar de los exitosos en educación como Polonia, Eslovenia, Irlanda y Portugal. Habrá que indagar cómo funcionan sus modelos y cómo se enfocan en la calidad.

Las políticas educativas deben superar las modas y las tendencias, entender que se requiere de políticas sólidas en formación docente, dotación de materiales educativos de calidad y en la comprensión de la diversidad, con evaluación constante y seguimiento. Solo así será posible comprender los cambios culturales y mejorar los procesos educativos de la región.

*Especialista en Educación