La otra baraja: los que no quieren ser candidatos presidenciales | El Nuevo Siglo
ALEJANDRO GAVIRIA, Tomás Uribe, Germán Vargas Lleras y Luis Alberto Moreno. A todos les insisten en que sean candidatos pero se niegan
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Domingo, 14 de Febrero de 2021
Redacción Política

A menos de quince meses de la votación en primera vuelta presidencial, sorprende que mientras el partidor de las precandidaturas tiene ya más de treinta nombres, hay otra baraja: la de aquellos a quienes les insisten que se postulen a la Jefatura del Estado pero no quieren hacerlo.  

Si bien en política todo puede pasar y no sería la primera vez que un dirigente que ha negado querer lanzarse termine cambiando de opinión ante el clamor de sus parciales para que “deje a un lado sus criterios personales y preste un nuevo servicio a la patria”, no deja de llamar la atención que pese a las negativas de varias personalidades a pelear por la sucesión de Iván Duque, siga poniéndose sobre la mesa la posibilidad de que más temprano que tarde acepten entrar en la competencia.

Por ejemplo, el exministro de Salud y actual rector de la Universidad de los Andes, Alejandro Gaviria, ha reiterado que no está interesado en ser candidato presidencial y que está enfocado en su labor en el principal claustro de educación superior en el país.

Días atrás en una entrevista a Caracol radio le volvieron a preguntar sobre el tema y Gaviria respondió que no se sentía preparado para lanzarse a la Presidencia y que no estaba dispuesto a que “…empiecen a decir mentiras y hablar mal de la familia, y pasar a una arena donde la mentira es más que un principio…". Puntualizó que "por ahora estoy cómodo y contento en la Universidad”.

Para despejar más dudas Gaviria fue enfático en que “… crecí en un mundo con economistas y mis colegas tenían cierto apetito por el poder y yo los miraba un poquito por encima del hombro porque los veía metidos en el cuento. Muchos de ellos habían crecido queriendo ser presidentes, yo no. Siempre miré el poder con cierta distancia séptica y me sigue ocurriendo".



Es más, fuentes de los Andes le dijeron a EL NUEVO SIGLO que Gaviria aseguró a las directivas que no está interesado en ingresar en política y su prioridad son los desafíos educativos en medio de la coyuntura sanitaria y de pospandemia.

Sin embargo, sectores del partido Liberal así como del llamado “centro” político (por ejemplo el ex vicepresidente y excandidato presidencial Humberto de la Calle) insisten en que Gaviria sería un buen candidato presidencial. Es más, un grupo de universitarios y dirigentes lanzaron recientemente en redes sociales una campaña bajo el nombre “Alejandro Gaviria, Presidente”. Incluso, algunos analistas y medios lo ven como un candidato fuerte para competir con Sergio Fajardo, Juan Manuel Galán y otros nombres por ser el aspirante único de la coalición de “centro” que se mida en las urnas contra Gustavo Petro y las cartas de la centroderecha.

Ruego a Tomás

Pero Gaviria no es el único nombre en la casilla de quienes no quieren lanzarse a buscar la Casa de Nariño pero les insisten. En igual situación se encuentra Tomás Uribe, el hijo del expresidente y líder del Centro Democrático, Álvaro Uribe.

Si bien desde hace años se rumora que los hijos del exmandatario ingresarán a la política e incluso en las elecciones parlamentarias de 2018 y las regionales y locales de 2019 algunas versiones los ubicaban como eventuales candidatos al Congreso, alcaldías y hasta los concejos de Medellín o Bogotá, nada se concretó. De hecho, el propio Uribe Vélez en algunas ocasiones reiteró que ellos eran empresarios y no políticos.

Sin embargo, desde mediados del año pasado el nombre de Tomás Uribe volvió a sonar, especialmente por el proceso penal al expresidente en la Corte Suprema de Justicia que luego, en agosto, no solo lo llevó a detención domiciliaria sino a renunciar al Senado para que la investigación pasara a la Fiscalía.

Desde entonces, ante la posibilidad de que Uribe Vélez no pueda encabezar de nuevo, como en 2014 y 2018, la lista al Senado del Centro Democrático, el nombre de su hijo se plantea como alternativa. Inicialmente se mencionó como un posible reemplazo en la plancha a la cámara alta y, después, como eventual precandidato presidencial, bajo la tesis de que el nombre “Uribe” es un fuerte gancho político y electoral para competir con posibilidad ante rivales como Sergio Fajardo y Gustavo Petro.

Tomás Uribe ha reiterado que no está interesado en ningún cargo de elección popular como tampoco en ser designado en el gobierno Duque (ha sonado para varias opciones en el Ejecutivo). Sin embargo, cada vez más congresistas le insisten en que debería repensar su negativa. Incluso, cuando fue nombrado en el Comité Programático del partido, algunos dirigentes uribistas leyeron esa movida como una ‘cuota inicial’ de su posible cambio de opinión.

Tras la muerte en enero del ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, uno de los más fuertes precandidatos uribistas, y la incertidumbre sobre si el excandidato presidencial Óscar Iván Zuluaga piensa postularse otra vez, los llamados a Tomás Uribe para que ingrese a la política se han multiplicado en su colectividad. Es más, ya hay debate entre algunos sectores partidarios de impulsar a Zuluaga y los que consideran que el hijo del exmandatario es la mejor opción política y electoral para encabezar la coalición de centroderecha que enfrente a Fajardo y Petro.

Como se ve, el tema sigue vivo. Incluso una reciente asistencia del hijo del exmandatario a una reunión con políticos uribistas en Risaralda volvió a prender rumores sobre si ya cambió de parecer y se lanzará al Congreso o las presidenciales.



Los experimentados

Aunque en los casos de Alejandro Gaviria y Tomás Uribe se trata de personas con poca experiencia política y electoral, hay otros dirigentes que sí tienen una trayectoria muy amplia para aspirar a la Casa de Nariño pero que no quieren volver a postularse.

Uno de estos últimos es el ex vicepresidente y excandidato presidencial en 2018 Germán Vargas Lleras, jefe natural de Cambio Radical y quien desde hace dos años y medio está dedicado a su oficina de abogados y actividades privadas. Obviamente continúa manejando las principales decisiones políticas de su colectividad (su guiño fue determinante para que Cambio Radical recibiera dos cuotas en el gabinete ministerial en el primer semestre del año pasado) y el accionar de la bancada.

Aunque en privado, según conoció EL NUEVO SIGLO, Vargas Lleras ha insistido en que por el momento no está interesado en volver a la actividad electoral, en muchos corrillos políticos y sectores de su partido creen que debería volver a lanzarse ¿La razón? Es un peso pesado para competir por liderar la coalición de centroderecha en 2022, más aún porque el uribismo no sabe a quién postulará y se desconoce si la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez renunciará en marzo para postularse otra vez. Es más, no faltan los dirigentes que sostienen que Vargas debería encabezar la lista al Senado de su partido, ya que ello garantizaría a esa colectividad mantener o aumentar su bancada, pese a varias bajas anunciadas en su nómina actual de senadores.

Otro nombre que se pone sobre la mesa es el del expresidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Luis Alberto Moreno. Aunque le han insistido en que sea candidato para 2022 a nombre del conservatismo o el propio uribismo, el también exministro y exembajador responde negativamente. “Lo he dicho muchas veces, yo ni soy candidato ni he sido candidato. Hay muchas maneras de servirle a Colombia sin necesariamente estar desde la política”, sostuvo.

Como se ve, a quince meses de las urnas (13 en el caso de las consultas populares de las coaliciones interpartidistas), la casilla con nombres de quienes no quieren ser candidatos presidenciales pero les insisten, sigue llenándose.