Faltan 21 días para el primer pulso en la contienda presidencial. A medida que se agota la cuenta regresiva para la votación de las consultas interpartidistas en que las coaliciones escogerán a su candidato único, el contrapunteo entre los aspirantes aumenta de forma sustancial. Prueba de ello es la semana que termina, en la que la controversia fue la nota predominante, a tal punto que opacó el debate de las ideas y propuestas.
En la Coalición Centro Esperanza, por ejemplo, el cruce de señalamientos más sonoro se dio entre los precandidatos Juan Manuel Galán y Carlos Amaya, luego de que el primero acusara al segundo de estar haciendo presuntos pactos burocráticos con la Alcaldía de Bogotá, en cabeza de Claudia López. El exgobernador de Boyacá le replicó en términos bastante fuertes al líder del Nuevo Liberalismo e incluso sacó a relucir cómo la familia del excandidato presidencial asesinado en 1989 ha tenido cargos en distintos gobiernos desde entonces.
Ese rifirrafe entre Galán y Amaya eclipsó los debates en que los precandidatos de la coalición estuvieron esta semana en varios medios de comunicación y regiones. Esa pelea apenas si salió del radar el jueves pasado por cuenta del impacto de lo que le pasó a Sergio Fajardo en la Universidad Tecnológica de Pereira, en donde no solo explotó una ‘papa-bomba’ cuando el aspirante se encontraba en las instalaciones académicas, sino que un grupo de encapuchados lo obligó a salir del claustro. Un alud de reacciones de rechazo al acto violento y solidaridad con el precandidato se generó de inmediato.
En la coalición del Pacto Histórico también estuvo bastante candente el ambiente, especialmente por la controversia en torno a quién podría ser la fórmula vicepresidencial del seguro ganador de la consulta de ese bloque político el 13 de marzo: Gustavo Petro.
Mientras el senador ex-La U y hoy jefe de campaña petrista Roy Barreras insistió en que no hay ningún acuerdo para que el segundo o la segunda en la consulta sea el tiquete vicepresidencial, el senador Alexánder López, presidente del Polo, le salió al paso a esa afirmación, señalándole que “no joda más” y que “tú no eres el dueño del Pacto”.
La pelea, en el fondo, tiene un solo motivo: ¿qué tanta libertad tendrá Petro para escoger su segundo a bordo después del 13 de marzo y de cara a la primera vuelta? Para un sector, ofrecer la fórmula vicepresidencial a un dirigente fuera del Pacto permite ampliar la alianza política a otros sectores. Pero es claro que el Polo está interesado en que su candidata avalada, Francia Márquez, que también le replicó a Barreras en duros términos y quien en todas las encuestas figura detrás de Petro, pueda ser escogida como la compañera de tiquete.
Pero no pararon allí los problemas para el Pacto esta semana. De un lado, el Tribunal Superior de Cundinamarca admitió una tutela que alega anomalías en la escogencia de la precandidata indígena Arelis Uriana a nombre del partido MAIS.
Y, de otra parte, Petro -que ha mantenido silencio frente a todas estas polémicas-, además de sus constantes controversias con dirigentes de la centroderecha, esta semana recibió una fuerte réplica y desmentido del ministro de Defensa, Diego Molano, luego de que el aspirante denunciara que en una correría por Cauca la Armada Nacional le habría retirado el esquema de protección militar.
La otra orilla
En la tercera coalición en competencia si bien no son comunes los rifirrafes entre sus precandidatos, es claro que, por tercera semana consecutiva, siguen gravitando los señalamientos de Aída Merlano al precandidato Alejandro Char y todo el maremagno de acusaciones y réplicas que ha generado (incluso con señalamientos al actual Presidente y los exmandatarios Santos y Uribe, quienes desmintieron a la prófuga y condenada excongresista). De hecho, hasta el congresista conservador Laureano Acuña terminó dando explicaciones al filtrarse un polémico audio sobre una presunta compra de votos…
Aunque públicamente los precandidatos del bloque han respaldado a Char y pedido que sean las autoridades las que dicten la última palabra al respecto, es claro que en cada rueda de prensa o entrevista la pregunta en torno a si el exalcalde de Barranquilla debe retirar su aspiración se volvió tan recurrente como incómoda para sus compañeros de coalición.
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En el uribismo tampoco fue una semana tranquila. Por el contrario. Ante nuevas peticiones de congresistas como Ernesto Macías para que se revierta la directriz que prohíbe a la bancada, directorios y militancia participar en las consultas interpartidistas del 13 de marzo y en las mismas votar por algún aspirante de Equipo por Colombia, el propio candidato presidencial Óscar Iván Zuluaga replicó duramente a estos sectores.
No solo les recordó que no debería insistirse en entrar en donde el Centro Democrático no “fue invitado”, sino que pidió trabajar “en equipo por todos los colombianos que piden soluciones a los graves problemas. No jugaditas politiqueras”.
Tampoco fue buena semana para otro de los candidatos presidenciales que ha dicho que irá directo a la primera vuelta del 29 de mayo. El lunes el aspirante Rodolfo Hernández, que marcha segundo en varias encuestas, anunció que su fórmula vicepresidencial sería la periodista Paola Ochoa. Sin embargo, si esta escogencia fue sorpresiva y dio para múltiples análisis sobre sus puntos fuertes y débiles, más lo fue que el viernes, a primera hora, la comunicadora anunció que declinaba, debido a que su incursión en la política había llevado a que se especulara sobre su situación familiar y ello afectaba a sus hijos.
Tormenta de Íngrid
La semana que termina fue muy complicada para otros aspirantes a la Casa de Nariño. Por ejemplo, la aspirante Íngrid Betancourt quedó en el ojo del huracán luego de un lapsus en un debate en torno a las circunstancias de las violaciones a las mujeres. Si bien la candidata de Verde Oxígeno corrigió el gazapo y presentó las respectivas excusas, sus contradictores, incluso algunos precandidatos, la criticaron duramente.
Betancourt también abrió fuegos contra la exsenadora y candidata a esa corporación en la lista del Pacto Histórico, Piedad Córdoba, a quien un testigo señala de, presuntamente, haber incidido en las fechas y turnos de liberación de los dirigentes políticos secuestrados por las Farc en la primera década de este siglo.
La candidata presidencial y exsecuestrada por esa guerrilla no solo fue citada a declarar ante la Corte Suprema en un proceso contra Córdoba, sino que se trenzó en una dura polémica con dirigentes del Pacto Histórico que salieron a respaldar a Córdoba, quien, a su turno, también calificó los señalamientos en su contra como una campaña de desprestigio y con móviles electorales contra ella y el propio Petro.
Más difícil estuvo la semana para el candidato presidencial de Colombia Justa y Libres, John Milton Rodríguez, a quien el Consejo Nacional Electoral le declaró inválida su escogencia como aspirante a la Casa de Nariño en la convención partidista del 13 de noviembre.
Se trata de un ‘round’ más de la pelea entre Rodríguez y otro dirigente de origen cristiano, Ricardo Arias, que aspiraba a ser el candidato del partido. De hecho, fue él quien demandó ante el CNE. Así las cosas, por el momento el hoy senador está interponiendo recursos legales para tratar de salvar su campaña.
Como se ve, aunque esta semana hubo varios debates y amplias intervenciones de los precandidatos y candidatos presidenciales, las peleas y rifirrafes continúan tomándose las primeras planas de los medios y las redes sociales, dejando en segundo plano lo más importante: las ideas y las propuestas.