Conocido como “enfant terrible”, o en español el “niño terrible”, del cine francés y figura central de la Nouvelle Vague, un movimiento de directores, François Truffaut fue un maestro de las artes audiovisuales cuya herencia siguen reivindicando muchos cineastas de todo el mundo.

De Truffaut se dice que desde pequeño fue un excelente lector, pero un “mal alumno”, con una infancia difícil de la que todos conocen merced a su ópera prima, la mítica “Los cuatrocientos golpes”, tan solo el inicio de todo un legado que en la actualidad sigue rodando en los proyectores del mundo, mostrando la genialidad del director, que cumpliría 90 años.

Joven rebelde

Nacido en París el 6 de febrero de 1932, Truffaut vivió una juventud agitada, abandonó los estudios a 14 años y pasó incluso una temporada en prisión por haber desertado del Ejército. La literatura, y sobre todo el cine, sirvieron de refugio y tabla de salvación al joven rebelde.

Una historia que él contó en varias de sus películas, a través del personaje Antoine Doinel, reflejo de sí mismo, desde su primera y magistral cinta, que en 1959 le valió el premio al mejor director del Festival de Cannes, hasta “El amor en fuga”, pasando por “El amor a los 20 años” y “Besos robados”.

Figura central de los “Cahiers du Cinéma”, Truffaut forma, junto a Godard, Rivette, Chabrol y Rohmer, la llamada Nouvelle Vague del cine francés, el movimiento que, en los años 50 y 60, dio un impulso vital al cine de autor y renovó el lenguaje cinematográfico.

Un clásico atemporal

Su vida se confunde con sus películas, en las que hablaba a menudo de sí mismo, del amor y del dolor de amar. Una vez se le preguntó para qué sirve el cine. Él respondió con “la definición dada por Cocteau de la poesía: es indispensable, pero no sé exactamente para qué...”.

Murió el 21 de octubre de 1984, con solo 52 años de edad, de un cáncer cerebral, dejando como herencia 24 películas, tres cortometrajes y 21 largometrajes, muchas de las cuales ocupan un lugar esencial en la historia del cine universal, y varios libros, entre ellos el de entrevistas con Hitchcock, que es una obra de referencia.

Sus películas “no han envejecido en absoluto y se han convertido en clásicos por su intemporalidad y su valor”, asegura Arnaud Guigue, autor del libro “François Truffaut, la culture et la vie” (Ed. L'Harmattan) y coautor del “Dictionnaire Truffaut” (Ed. La Martinière), publicado en ocasión del aniversario de la muerte del cineasta.

Como él, muchos directores siguen considerando un clásico a Truffaut, entre ellos Woody Allen. Para el autor de “Manhattan”, el cineasta francés “fue una luz del cine”.

“Inspiró a los directores de mi generación. Para nosotros significaba mucho, como Fellini, De Sica, Antonioni o Kurosawa. Entre esos gigantes que nos dieron ganas de hacer cine, estaba Truffaut”, dijo de él Allen.

Una admiración compartida por otro director norteamericano, Steven Spielberg, quien hizo participar a Truffaut como actor en sus “Encuentros cercanos del tercer tipo”.

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Homenaje en Cartagena

Hoy en día su legado cinematográfico, a pesar de ser creado hace varias décadas, no envejece, como lo indicó Guigue, ya que en conmemoración de los 90 años de su natalicio el mundo, incluyendo Colombia, le rinde homenaje a su obra en pantallas actuales.

Se trata del Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias, Ficci, que para su próxima edición, la cual se va a celebrar del 16 al 21 de este mes, presentará una muestra en homenaje a Truffaut, uno de los hombres más significativos en la historia del cine universal, a través de la proyección de cuatro de las obras más destacadas de su filmografía como:

“Les 400 coupes”

La desprotección de la infancia y la adolescencia, la marginalidad y la crudeza de la vida real, en un cine entendido desde lo autoral y sin artificios, marcaron toda una época y una nueva visión desde y sobre el cine con esta, la ópera prima de Truffaut. La película cuenta la historia del joven Antoine Doinel, quien escapa de casa y se adentra en el mundo de los suburbios de París y el crimen.

“Jules et Jim”

Sin lugar a dudas uno de los grandes clásicos de Truffaut. Jules y Jim, los dos amigos inseparables enamorados de la misma mujer, Catherine, en un papel inolvidable de Jeanne Moreau, protagonizan esta historia de amistad en medio de un triángulo amoroso. Una vez más con París como insustituible telón de fondo, Jules et Jim es una obra maestra que derrocha alegría de vivir a pesar del particular drama de unos personajes que se debaten entre el amor, correspondido o no, y la amistad.

“Le dernier métro”

Es 1942. En plena II Guerra Mundial París está ocupada por los nazis. Lucas Steiner, dramaturgo judío, debe esconderse en los sótanos de su compañía de teatro. Desde allí y a través de su mujer, dará indicaciones a sus actores para que saquen adelante la obra. Un conmovedor homenaje al mundo del arte, protagonizado por Catherine Deneuve y Gérard Depardieu e impregnado de humanidad, amor, guerra y política.

“Vivement Dimanche”

Cuando el jefe de Bárbara, de quien está secretamente enamorada, es acusado del asesinato de su esposa, ella emprende su propia investigación para demostrar su inocencia. Protagonizada por su mujer, Fanny Ardant, la última película de Truffaut es un homenaje a los clásicos del suspense y el thriller, con un trabajo impecable desde la creación de atmósferas bajo la dirección de fotografía de Néstor Almendros.

“Fahrenheit 451”, lanzada en 1966; “La novia vestía de negro”, de 1967; “Las dos inglesas y el amor” de 1971; “La noche americana”, por la que obtuvo en 1972 el Óscar a la mejor película extranjera; “La historia de Adele H”, de 1975; “El último metro” de 1980; y “La mujer de al lado” de 1981 completan el prontuario de este maestro del séptimo arte.