Sorprendió en las últimas horas la reunión que sostuvo Nicolás Maduro con funcionarios de Joe Biden para abordar distintos asuntos, entre otros la seguridad energética, según la Casa Blanca. 

La reunión tomó por sorpresa incluso al gobierno Duque, que ha calificado junto con Estados Unidos como dictadura violadora de los derechos humanos lo que hay en Venezuela, pero ahora Colombia podría quedar en una situación incómoda si esta potencia afloja en su postura.

Desde el primer día de su gobierno, el presidente Duque desconoció la reelección de Maduro en 2018 porque la consideró un fraude. Al tiempo en estos años de su mandato lo ha fustigado por violación de derechos humanos y la aguda crisis social y política, que tiene a cerca de dos millones de migrantes venezolanos en nuestro país.

También Colombia se alineó con Estados Unidos, del cual es el principal socio en la región, y otros países aglutinados en el Grupo de Lima para una estrategia de presión diplomática buscando debilitar al régimen venezolano.

Por su parte, Estados Unidos en el gobierno de Donald Trump aplicó fuertes sanciones a Venezuela, entre otras desde 2019 le dejó de comprar petróleo, así como congeló bienes de Maduro y otros integrantes de su régimen.

Sin embargo ahora esta posición que han compartido Colombia y Estados Unidos, podría verse afectada por el sorpresivo acercamiento de Biden con el gobierno Maduro, que eventualmente lleve a que vuelva a comprarle petróleo y, por esa vía, ablande su postura crítica.

Estados Unidos anunció ayer que suspende la compra de petróleo y gas a Rusia, una nueva sanción por la invasión a Ucrania, por lo que los diálogos con Maduro para algunos podrían explicarse porque está buscando nuevos proveedores de crudo para abastecer su mercado interno.

La vicepresidenta y canciller, Marta Lucía Ramírez, dijo sobre el encuentro de Maduro con funcionarios de Biden que “no lo conocía, no sé si la conocía el Presidente. Lo importante es escuchar a Estados Unidos porque creo que la geopolítica mundial ha cambiado en los últimos 15 días y eso tiene unos contrapesos que hay que sopesar”.

En tanto la portavoz del gobierno de Joe Biden, Jen Psaki, dijo que "el propósito del viaje que realizaron los funcionarios de la administración fue discutir una variedad de temas que incluyen ciertamente energía, seguridad energética".

Por su parte, Maduro dijo que "tuvimos casi dos horas conversando. Me pareció muy importante poder, cara a cara, conversar temas de máximo interés de Venezuela".

En tanto que mañana el presidente Duque se reunirá con su homólogo Biden en Washington, por invitación de este, donde los temas anunciados serán la invasión de Rusia a Ucrania, la promoción de la democracia, la seguridad y la prosperidad en el hemisferio.

Empero es previsible que Biden explique a Duque los acercamientos de los últimos días con Maduro.

EL NUEVO SIGLO consultó la opinión de expertos sobre cómo queda Colombia por el inicio de diálogos de Estados Unidos y Maduro.

Las lecturas

La excanciller María Emma Mejía dijo: “Es evidente que aunque incipiente, Estados Unidos necesita acercarse a las potencias petroleras, inclusive a aquellas a las cuales ha aplicado sanciones como Irán o Venezuela. Y el presidente Maduro por la declaración que dio reconociendo esa reunión, igualmente necesita abrir Pdvsa y sus refinerías. Así que lo veo como una realidad, así no sea inmediata”.

Agregó Mejía que “es una realidad que va a ser difícil asumir para el Gobierno colombiano que ha estado tan radical, que no ha creído mucho en la diplomacia o que no ha buscado otros canales, y creo que de pronto ya es hora. Lo que pasa es que estamos en medio de una campaña electoral y el Presidente está a dos meses de que se elija un nuevo gobernante para nuestro país, entonces no creo que haya ese cambio”.

Añadió que hay la oportunidad con la reunión de los presidentes Duque y Biden, que “puede ayudar ojalá a abrir un espacio para empezar después de tres años a mejorar esas relaciones” con Venezuela.

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Mientras que Ronal Rodríguez, investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, explicó que Venezuela fue uno de los proveedores de petróleo más importante para Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. “De hecho parte de la industria de refinación de petróleo de Estados Unidos está diseñada para procesar el petróleo extrapesado venezolano”.

Agregó que la circunstancia que llevó a Estados Unidos a mantener una postura hostil hacia Venezuela, “hizo que parte de esa industria se viera afectada, y lo que está pasando es que hay una reacomodación de intereses de Estados Unidos. Hay que recordar que, a diferencia de Colombia, Estados Unidos mantenía un embajador para el territorio venezolano, que estaba asentado en Colombia pero era una persona que está pendiente de lo que sucedía en Venezuela”.

Rodríguez consideró que lo que pasa en este momento es que Estados Unidos empieza un cambio de estrategia, y eso sucede en política exterior, que “uno tiene una serie de estrategias y cuando una estrategia funciona la mantiene, pero cuando no, la replantea”. 

Agregó el académico que si hay factores exógenos “como la crisis de Ucrania que llevan al Estado norteamericano a replantear la estrategia hacia Venezuela, pues se abre una ventana de oportunidad para el régimen venezolano”. Dijo que esto no quiere decir que se vaya a pasar por alto los abusos de la dictadura, “sino que llegó un momento de convivencia Estados Unidos y Venezuela”.

Frente a la pregunta de cómo queda Colombia ante los acercamientos de Estados Unidos y Venezuela, Rodríguez dijo que “creo que esto ya no le corresponderá al presidente Iván Duque, es un presidente que tiene el sol en la espalda. Va a ser un tema muy seguramente del próximo presidente”.

Consideró que independientemente de ello Colombia tiene que “replantear la relación con Venezuela, entendiendo que le va a tocar convivir con una dictadura violadora de derechos humanos, pero que es la que nos ha tocado en suerte como vecino”.

Colombia queda relegada

El internacionalista Vicente Torrijos consideró que “Colombia queda relegada y en una posición sumamente comprometedora por cuanto esta maniobra diplomática cambia el rumbo de las relaciones estratégicas en el área”.

Para explicar esta afirmación señaló tres elementos: “El primero, que tiene que ver con la improvisación en el manejo de la política exterior norteamericana”, pues 24 horas antes de que se diera la reunión de los funcionarios estadounidenses con Maduro, “el presidente Biden firmó la prolongación de un decreto mediante el que queda consagrado que el régimen dictatorial de Maduro es una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos”.

El segundo punto es lo que tiene que ver con el manejo del interés nacional norteamericano. “Está claro que, de acuerdo con las circunstancias y en el marco de una guerra como la que se está librando en Europa del este, Estados Unidos considera que sea necesario buscar fuentes energéticas alternativas y que piensa encontrarlas en Venezuela”, dijo Torrijos.

Agregó que es paradójico “porque Arabia Saudí o Canadá podrían proveer a Estados Unidos todo el petróleo que requiera”.

En tercer lugar, explicó, que “al haber dejado a Crimea y al presidente Zelenski solo luchando contra el gran imperio ruso, Colombia podría pensar que eventualmente podría encontrarse en las mismas circunstancias. Es decir, sabemos perfectamente que todo lo que se haga a favor del régimen de Maduro, en este caso Biden lo favorecería comprándole petróleo, mejorando la infraestructura energética petrolera para que pueda producir más barriles al día, y como si fuera poco levantándole las sanciones que por supuesto le darían un margen de maniobra enorme a Maduro”.

En ese escenario, dijo el internacionalista, que al “fortalecerse el régimen de Maduro tendría la capacidad mejorada para seguir impulsando la inestabilidad en Colombia. Léase operaciones de información mediante noticias falsas, en lo que es maestro, distorsionando la realidad colombiana”.

Agregó que también podría seguir el apoyo a los grupos terroristas “que urden los ataques contra Colombia desde territorio venezolano y, como si fuera poco, mejorando la capacidad  para reforzar sus relaciones con Rusia en materia de armamento. Armamento que, de algún modo, directo o indirecto, podría caer o está cayendo en manos de esas organizaciones terroristas”.