Gaitas de “El árbol rojo” en Festival de Cine de Cartagena | El Nuevo Siglo
El filme narra la historia de un gaitero retirado que ante la muerte de su padre se hace cargo de Esperanza, su pequeña hermanastra.
Foto cortesía
Sábado, 19 de Marzo de 2022
Redacción Cultura

Después de su estreno mundial en el Black Nights International Film Festival, en Estonia, y de ser acogida por la crítica como una de las mejores películas del Festival Internacional de Cine de la India, en Goa, la película “El árbol rojo”, inspirada y filmada en el Caribe colombiano, regresa a sus orígenes como uno de los estrenos del Festival Internacional de Cartagena de Indias (Ficci), el cual irá hasta el 21 de este mes.

Las proyecciones de la película, que iniciaron este viernes, continuarán este sábado a las 6:40 p.m. en la Plaza de la Proclamación. Así mismo, la cinta continuará su recorrido por eventos cinematográficos a nivel internacional a lo largo de este mes.

Joan Gómez Endara, director de la cinta, habló con EL NUEVO SIGLO sobre el estreno en el Ficci de su largometraje, el origen de su historia y los próximos escenarios a los que llegará.

EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo nace la historia de “El árbol rojo”?

JOAN GÓMEZ ENDARA: Esta historia fue pensada en dos orígenes. Uno que tiene que ver con el universo de la película, que es el Caribe y la herencia ancestral de la música de gaita que normalmente, además, es una tradición oral que va de padres a hijos. Ese era el punto de partida en un documental que intentamos hacer, pero que nunca se terminó de realizar, pero sí generó esta idea de arrancar este proyecto y escribir este guion.

Y, por otro lado, es un marcado interés de mi parte como director y realizador visual en abordar los temas de las relaciones familiares y las complejidades que tienen. De hecho, en mi anterior corto, “Asunto de gallos”, hablaba de la relación de un padre e hijo del gallero, una relación disfuncional, y ahora vuelvo a abordar el tema en la película. Esa malgama de estos dos puntos de partida fue lo que me llevó a escribir e iniciar este proyecto.

ENS: ¿Cómo el sonido de las gaitas se convierte en el hilo conductor de la cinta?

JGE: Cuando decimos que es el hilo conductor es porque la gaita como instrumento representa esa relación que hablo de padres e hijos, que es lo habitual en la música de gaita cuando los padres les enseñan a sus hijos y les dejan la herencia de la gaita. Entonces de esa manera fue que se generó la idea de que la gaita siempre fuera ese elemento de punto de partida que genera en una parte la discordia entre dos medios hermanos que se encuentran en la historia. Tanto el instrumento como la música se convierten en un hilo conductor que aparece y desaparece y que así esté invisible está por debajo siempre.

ENS: La película es una coproducción entre Colombia, Panamá y Francia, ¿cómo fue la experiencia al trabajar con esta alianza?

JGE: Creo que para nuestro cine y para este tipo de películas independientes abre toda una posibilidad de que sea realizada. El hecho de tener un coproductor iberoamericano, como en nuestro caso que es Panamá, pues nos permitió por ejemplo aplicar al fondo de Ibermedia, y de esa manera obtener los recursos para poder rodar y realizar la película. Eso lo permitió el hecho de esta alianza.

Y Francia, que es un coproductor asociado, estuvo haciendo un acompañamiento de todo el proceso de la película, también en búsqueda de fondos en Francia, y aunque no se logró lo que esperábamos siempre fueron nuestros aliados de cara a hacer la película. Creo que esto le permitió también a la película una visibilidad internacional.

Aunque tiene algunos bemoles, como cualquier alianza que se haga, que implica triplicar el esfuerzo en cuanto a trabajo porque cada socio es un aliado más, de trabajar en otra dirección la película. Hay que tener en cuenta que las decisiones mayoritarias son de Viso Producciones, que somos nosotros, la parte de Colombia es mayoría; de todos modos hay que concertar de una manera y estar de acuerdo a dónde llevar la película con nuestros socios. Pero generalmente la experiencia nos ha aportado mucho sin duda a la posibilidad de enriquecer y hacer la película.

ENS: Después de un recorrido en algunos escenarios internacionales, ¿qué representa que “El árbol rojo” regrese a sus orígenes para estrenarse en el Ficci?

JGE: Es emocionante. Siendo una película que está generada en el universo cultural del Caribe, venir a Cartagena es justamente como devolverla a su hogar, a su lugar de origen, entendiendo al Caribe como algo más grande que solo Cartagena. Pero justo en el festival más relevante del país y del Caribe colombiano, poder estrenar la película resulta casi que un objetivo primordial que teníamos desde el comienzo, desde que la estábamos finalizando y hoy lo estamos logrando, así que es maravilloso.



ENS: Luego de su estreno en Cartagena, “El árbol rojo” seguirá haciendo su viaje por otros proyectores de diferentes países durante este mes. ¿Qué expectativas tiene de esta próxima experiencia?

JGE: En este momento estamos haciendo una mezcla entre el recorrido en Colombia y el recorrido internacional que continúa, entonces hay una gran expectativa en torno al vuelo de la película, a las posibilidades de distribución internacional. Llevarla además a lugares tan diversos como Francia, que es lo que sigue, el Festival de Cine Latino de Tolouse, donde van los directores que tienen las carreras más relevantes del cine latinoamericano, representa una entrada al mercado de distribución en Francia. Entonces eso ya de por sí es maravilloso para la película.

De otro lado, hay unos festivales que tenemos en Estados Unidos, como el Festival de Cine Latinoamericano de Chicago y también el Festival de Cine Colombiano en Nueva York. Tenemos una expectativa alta porque son diversidades de culturas ante las que se va a presentar la película, una diversidad de espectadores, de maneras de ver el cine seguramente y eso es muy positivo para la película y para uno como realizador.

ENS: ¿Cómo ve el escenario actual para el mercado audiovisual en Colombia?

JGE: Es interesante lo que está pasando. En el cine siento que hay dos corrientes diferentes. Una es que todos los servicios de producción están viniendo al país, generando una fuente de empleo y que luego pueden generar algunas discusiones en torno a ello y cómo están viniendo grandes producciones a trabajar a Colombia. Pero en términos generales es algo positivo para la industria que esto ocurra.

Lo otro es el desarrollo de nuestro cine, que continúa dando pasos básicamente con mayor o menor dificultad. Evidentemente siempre para la cantidad de proyectos y cineastas que hay los fondos muchas veces son insuficientes, pero en general la Ley de Fondos y cine, y alguna posibilidad que tiene el realizador de buscar los fondos, posibilita hacer las películas, así que creo que hay un gran hervidero en torno a hacer más cine.

Como siempre, lo que pasa es que estamos produciendo demasiado, como ha ocurrido algunos años y hay el cuello de botella, porque no se está haciendo la distribución y se necesita que los espectadores colombianos vengan a ver nuestras películas. Ahí hay un inconveniente. De resto, el momento que está viviendo el cine colombiano es muy sano, porque además hay una diversidad de películas. Hay una multitud de tipos de cine y de maneras de hacer cine que creo que eso habla muy bien de lo vital que está la industria en cuanto a realizadores y la potencia con la que se cuentan las historias.