Son varias las organizaciones y los indicadores que muestran un repunte de la violencia en Colombia. Regiones como el Cauca, Antioquia, Arauca y Chocó son afectadas constantemente por hechos que alteran el orden público, situación que, al parecer, por lo sucedido en Bogotá, donde un CAI fue atacado, está llegando a las zonas urbanas. ¿Qué señalan los expertos?
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) hizo un llamado a la acción para este año, ante una situación considerada como "preocupante". Según el reporte de esta organización, el número de desplazados internos, heridos o muertos a causa de la violencia y del persistente conflicto armado, ha alcanzado su nivel más alto en cinco años, mientras el país se prepara para elegir a su próximo presidente.
Una de las cifras que se destacan es que con 486 víctimas de artefactos explosivos, se ha superado el triste récord de 2020, que era de 392. Más de la mitad de estas personas atacadas, 50 de las cuales han muerto, son civiles y algunas menores de edad. Se trata de la "cifra más alta de los últimos cinco años", dijo Lorenzo Caraffi, jefe de la delegación del CICR en Colombia.
Mientras que la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) reportó que durante enero y febrero del 2022 se agravó la situación humanitaria en Colombia, específicamente en las regiones del Pacífico y de la frontera con Venezuela, por las peleas que sostienen grupos armados no estatales (GANE) por controlar los territorios.
Los datos de la Oficina indican que al menos 274 mil personas fueron afectadas por hechos de violencia armada (un 621% más que en el mismo periodo durante el 2021) como desplazamientos, confinamientos, homicidios selectivos, minas antipersona y paros armados, y unas 64.600 personas fueron afectadas por desastres naturales.
De igual manera, la ONU indicó que durante este año ya se reportan 48 mil personas en situación de confinamiento, de las cuales el 87% están en el Chocó, registrando un incremento del 394% en esta cifra, frente al mismo periodo del año anterior.
En este sentido, la OCHA advirtió que, con este primer balance, se espera que para este año, “la situación humanitaria del país continuará siendo compleja y afectará a las poblaciones más vulnerables, de cara al periodo electoral, a la fragmentación y/o multiplicación de los GANE y a los rezagos socioeconómicos de la pandemia. No hay que perder de vista las emergencias de menor magnitud que hay en el centro-sur del país, dado que son zonas utilizadas como rutas de cultivos ilícitos”, complementó
¿Por qué se presenta esta situación?
Camilo González Posso, presidente del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), le dijo a EL NUEVO SIGLO que las disputas de grupos armados por territorios son una de las causas. “Esa es la situación en la frontera sur con Ecuador, en Putumayo y Nariño; también en la frontera con Venezuela. Entonces hay zonas en disputa entre grupos armados, aunque también hay una mayor iniciativa de la Fuerza Pública en Arauca y en el Catatumbo. Se han sumado muchos actores y la estrategia del Gobierno y los planes de mediano plazo no han mostrado la eficiencia que se esperaba, como los planes de sustitución de cultivos. Tenemos un déficit de presencia estatal en los temas que son cruciales para reducir la violencia”.
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De acuerdo con González las cifras del primer trimestre de este año superan a las de 2021. “En lo que tiene que ver con masacres, desplazamiento y asesinato de líderes, las cifras están por encima del primer trimestre del año pasado, y de mantenerse la tendencia así tendríamos un año con indicadores de violencia muy graves”. Indicó que también la tasa de homicidio en los municipios considerados críticos, los de desarrollo territorial, presenta un incremento. “Ese panorama demuestra que sí estamos en una situación muy crítica y a esto se suma la alerta de la Defensoría y de la Cruz Roja”, agregó.
González subrayó que la situación de violencia en épocas electorales ha sido más anormal que en otros periodos, “se tensionan muchas fuerzas e intereses y se suman a los problemas que son estructurales con los problemas de la coyuntura electoral”.
“A esto se suma la situación grave que se presentó en la vereda El Remanso en Puerto Leguízamo (Putumayo), donde la gente puede empezar a no confiar en la Fuerza Pública y sentirse desamparada”, añadió.
El director de Indepaz informó cuál es el departamento con mayor incremento de hechos violentos. “Si miramos el conjunto de problemáticas, la situación más crítica es en el Cauca y después se han presentado hechos graves en Antioquia y en Nariño. Pero ahora la situación se volvió muy delicada en otras regiones como el Putumayo”.
“Todos esos grupos en las ciudades tienen retaguardias para economías, de modo que no podemos pensar que es un fenómeno solo de zonas apartadas. Las confrontaciones armadas se están presentando de manera crítica en cerca de 150 municipios, en este año, incluso un poco menos, pero amenazas, circulación de panfletos, intimidación a la gente, circulación de grupos armados constriñendo a la gente y produciendo desplazamiento… eso ya amplia el ámbito de influencia e implica algunos centros urbanos no solamente en la Costa Pacífica, donde está Tumaco, Buenaventura; también está Quibdó, pero eso tiene repercusiones en Medellín, Cali, lo mismo que Cúcuta y Arauca”, finalizó.
La influencia de otros países
Del mismo modo, el coronel (R) John Marulanda, presidente de la Asociación Colombiana de Oficiales Retirados de las Fuerzas Militares (Acore), advierte que todo lo que está sucediendo apunta a una desestabilización del país en una época preelectoral.
“Rusia es un país que está muy interesado en perturbar a Colombia cada vez que hay elecciones. La captura y expulsión de rusos es lo que estamos viendo ahora y el dinero para las perturbaciones que vivimos hace un año en Cali, Bogotá y otras ciudades. Tenemos un profundo involucramiento de Rusia, de Cuba y de Venezuela; todo eso está influyendo para que se repita la historia que hemos vivido durante 60 años de violencia”, afirmó Marulanda.
“Todo esto ha llevado a esta perturbación política que estamos viviendo, de desequilibrio social. La OCDE acaba de decir que Colombia es uno de los países más desiguales en el mundo; entonces el próximo que llegue a gobernar tiene que enfrentar esa problemática para reducir esas diferencias que son el principal motivo para que haya inconformidad y tanta violencia. Hay que recordar que estamos saliendo de dos años de pandemia, donde la economía se redujo dramáticamente”, expresó.