Para cerrar su primera visita al extranjero como rey, Carlos III, junto con la reina consorte Camila, abordó el viernes a un tren de alta velocidad ICE con los colores alemanes con destino Hamburgo, la segunda ciudad del país, en compañía del presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier.
Tras un trayecto de dos horas, que es poco habitual para una visita de Estado, el soberano depositó una corona de flores en la estación de Dammtor, al pie de un monumento a los niños judíos enviados al Reino Unido huyendo del nazismo.
Después, visitó la iglesia de San Nicolás, destruida por los ataques aéreos británicos y estadounidenses en 1943, para un momento de recogimiento junto al presidente alemán.
Beatles
Carlos III concluirá su viaje de tres días con visitas a instalaciones eco-responsables del puerto de Hamburgo, seguidas de una actuación de una banda de versiones de los Beatles, el legendario cuarteto inglés que comenzó su carrera en la ciudad portuaria.
La visita a la iglesia de San Nicolás, que se dejó en ruinas y sirve de memorial, está considerada en Alemania una señal de responsabilidad y reconciliación de "gran importancia", más significativa que "cualquier discurso", según el diario Bild.
"El signo de la reconciliación entre dos enemigos de guerra y la conmemoración conjunta de las víctimas es una señal importante", declaró a la radio NDR la obispa de Hamburgo, Kirsten Fehrs, que pronunció el viernes una letanía.
El 24 de julio de 1943, el Reino Unido y Estados Unidos lanzaron la llamada Operación Gomorra, que costó la vida a más de 30.000 personas en Hamburgo.
Fue uno de los ataques aéreos más mortíferos, junto con el bombardeo de Dresde, en el este del país.
Isabel II, fallecida el año pasado, visitó en 1992 la iglesia de Nuestra Señora de Dresde, símbolo de la destrucción de la guerra, que desde entonces ha sido reconstruida. Sin embargo, en aquella ocasión fue recibida con lanzamientos de huevos.
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Tema tabú
Abordar el sufrimiento padecido por los civiles alemanes durante la Segunda Guerra Mundial sigue siendo un tema muy delicado y a menudo tabú en un país responsable de la muerte de seis millones de judíos bajo el nazismo.
Los bombardeos aéreos figuran entre las acciones de guerra más controvertidas emprendidas por los Aliados, ya que su objetivo era aterrorizar a la población y obligar al régimen de Hitler a rendirse, a costa de decenas de miles de víctimas civiles.
El acercamiento germano-británico y el futuro de las relaciones entre ambos países fueron algunos de los temas principales de la visita de tres días de Carlos III, su primer viaje al extranjero como rey.
Su visita es también un importante gesto europeo tras la salida del Reino Unido de la Unión Europea.
El jueves, Carlos III, primer monarca que se dirige al Bundestag, lamentó el regreso del "azote" de la guerra en Europa, en referencia a la invasión rusa de Ucrania, y subrayó que los aliados pueden "sacar coraje de su unidad".
La última visita de la reina Isabel II a Alemania, en 2015, había generado entusiasmo en el país. Su hijo ha visitado Alemania más de 40 veces.