Como en la mayoría de países, en Colombia los esfuerzos de conservación y la investigación en campo también se han visto afectados por el covid-19. Los viajes tuvieron que posponerse y el trabajo con comunidades comenzó a hacerse a distancia. A medida que la emergencia sanitaria se iba prolongando, crecía el riesgo de que los avances logrados a lo largo de los años se perdieran, o que las amenazas que la naturaleza enfrenta en el país se hicieran más latentes.
Sin embargo, después de un año de pandemia, 30 investigadores se embarcaron en la Expedición Guaviare 2021, un viaje de 10 días por el río del mismo nombre (con 2 días previos en Inírida, de alistamiento), para hacer la primera caracterización biológica de este tramo del afluente y analizar el estado de abundancia de sus delfines. El objetivo era generar información científica y analizar qué ha pasado durante estos meses en regiones estratégicas del bioma amazónico.
La expedición recorrió 410 kilómetros desde Inírida hasta Barranco Minas, ambos municipios del departamento de Guainía. Se desarrolló en un tramo que durante décadas estuvo vetado para la ciencia por cuenta del conflicto armado en Colombia y fue posible gracias a WWF y Fundación Omacha, que se dieron a la tarea de reunir a 30 investigadores de diferentes universidades y organizaciones del país, así como a varios investigadores locales.
En este viaje participaron especialistas de la Corporación Ambiental CDA, Gobernación del Guainía, Instituto Sinchi, Universidad del Tolima, Universidad de Ibagué, Universidad del Quindío, Universidad de Los Andes, Universidad Javeriana, Fundación Omacha, Proterra, Fundación Paisajes Rurales, Manakin Nature Tours y WWF Colombia. De igual manera, asistieron representantes indígenas y campesinos de la Mesa Ramsar Estrella Fluvial Inírida y de ACEFIN (Asociación de campesinos para la sostenibilidad de la zona Ramsar Estrella Fluvial Inírida).
Los datos preliminares de la expedición muestran 40 especies de macroinvertebrados, 71 de peces, 18 de anfibios, 20 de reptiles, 186 de aves, seis de murciélagos y 700 ejemplares botánicos que serán identificados en la colección del Herbario Amazónico Colombiano COAH del Instituto Sinchi.
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Esta información llena un vacío enorme y será un insumo clave para estrategias de conservación, uso sostenible y otros procesos en beneficio de las comunidades. Un gran paso en el conocimiento de esta región que durante décadas estuvo oculto para el conocimiento científico debido al conflicto armado. Muchas de las especies halladas tienen un alto valor cultural, alimentario y medicinal.
“La expedición Guaviare 2021 es muy importante porque hay un vacío de información muy grande especialmente desde el río Uwa hacia Barranco Minas. Hemos tenido la suerte de documentar la flora, encontrando buenas poblaciones de especies bastantes amenazadas localmente como el sasafrás y cachicamo. Creemos que vamos a documentar cerca de 400 especies, muchas de ellas útiles, de valor cultural, alimenticio y medicinal. Con este conocimiento se podrán apoyar otros procesos en beneficio de las comunidades”, de acuerdo con Dairon Cárdenas, coordinador del programa de ecosistemas y recursos naturales del Instituto Sinchi.
El estado de los delfines de río
Durante la expedición y con el liderazgo de la Fundación Omacha, se observaron 188 delfines rosados, Inia geoffrensis, catalogados como En peligro de extinción (EN). Como parte del programa de marcación satelital de la Iniciativa de Delfines de Río de Suramérica (SARDI, por su sigla en inglés), se instaló un nuevo transmisor satelital tipo “arete” en una hembra que, junto con su cría, en este momento sigue transmitiendo sus recorridos y usos de hábitats en el río Guaviare.
Para Fernando Trujillo, director de la Fundación Omacha, y especialista en delfines de río, esta instalación del tag será clave para entender mejor los sitios de reproducción y crianza de esta especie de cetáceos de agua dulce en la región. Igualmente “con este conteo de delfines se podrán comparar las cifras con las obtenidas en el año 2016 y establecer si esta especie, recientemente clasificada en peligro (EN) por la IUCN, se mantiene estable o no en este río que está sufriendo fuertes presiones de pesca”.
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Una de las amenazas de esta área es la minería ilegal de oro y el uso de mercurio. Por eso, a esta hembra y a su cría, así como a 72 peces de diferentes especies se les tomaron muestras de tejidos para evaluar la presencia de mercurio. La meta es obtener datos que permitan entender mejor el impacto de este metal para las comunidades locales y los ecosistemas, y que sirvan de insumo para un programa de monitoreo que está desarrollando la Corporación Ambiental CDA, midiendo las concentraciones de mercurio en sedimentos, agua y peces para tomar medidas al respecto.
De acuerdo con Saulo Usma, especialista de Agua dulce de WWF Colombia y quien lideró la expedición, “es muy importante mantener los esfuerzos para incrementar el conocimiento de la abundancia de delfines de río y desarrollar acciones que aseguren su conservación y la de sus hábitats. En este caso es clave porque se trata de una región a la que no habíamos podido entrar hace años por motivos de orden público y ahora podremos tener datos para llenar vacíos de información sobre su flora y fauna, así como los impactos de la minería en sus humedales y selvas”.