Cerca de 400 personas de dos comunidades indígenas del departamento colombiano de Chocó están sitiadas por la amenaza del autodenominado grupo paramilitar Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC).
Según denunció Gobierno Ancestral Territorial de los Pueblos Indígenas del Chocó, la comunidad del Cedral permanece confinada desde el pasado 23 de abril por la llegada de esta organización criminal hasta esa zona, estratégica de paso y corredores para narcotraficantes y grupos armados ilegales, después de haber estado en las comunidades indígenas de Buena vista, Dos Bocas y Pichindé.
La autoridad indígena indicó que al asentarse en el Cedral, los criminales han puesto en riesgo al total de la población, “a quien están utilizando como escudo humano, tanto así, que el miércoles pasado a las 6:55 pm (hora local) se presentó un enfrentamiento entre el grupo paramilitar y la guerrilla del ELN.
“Con el enfrentamiento entre estos dos grupos, la comunidad de Cedral esta aterrorizada y completamente inerme, junto con población de la comunidad indígena de Bongo, que se desplazó a Cedral desde el 16 de abril del presente año debido a la presencia del ELN en su territorio”, agregó el Gobierno indígena en un comunicado.
La población de Cedral tiene temor de un nuevo enfrentamiento y de tener que desplazarse, pues de acuerdo a los anuncios que hicieron los paramilitares, las comunidades “no pueden moverse a ninguna parte”. Además, hay minas antipersonas que han instalado estos grupos en los caminos que hay entre las comunidades y diversas zonas de los territorios indígenas.
Además de las anteriores comunidades, las de Eyásake, Pichindé y Dos Bocas, y los territorios indígenas de los municipios de Carmen del Darién y de Riosucio, también están amenazadas y atrapadas sin alimentación.
“La vida de nuestros niños y niñas, de nuestras autoridades y dirigentes y la de todas las personas en general, está en peligro”, advierte el Gobierno indígena en su comunicado.
Además de este panorama de “grave violación de derechos”, los pobladores están bastante preocupados porque la administración municipal “no está actuando” para garantizar la situación de orden público.
“Tenemos información de que la administración de Juradó manifestó que ‘todo está tranquilo’ y ‘no pasa nada’.
Según información del defensor del Pueblo colombiano, en el Chocó hay en la actualidad 8.889 personas, de 40 comunidades indígenas y negras, “confinadas debido a enfrentamientos de grupos armados ilegales”. Entre las comunidades afectadas están Pogue, La Loma de Bojayá, Piedra Candela, Caimanero y Corazón de Jesús. Solo en Bojayá están 28 de las 40 comunidades, es decir, 6.519 personas confinadas.
Las autoridades indígenas le hacen un llamado urgente a los gobiernos local y Nacional, en cabeza de Iván Duque, a “velar por la protección y la integridad física de la población indígena” de las comunidades de Juradó, que están en riesgo de una masacre y un desplazamiento masivo.