El coronel Giovanni Alberto Gómez Rodríguez está al frente del Comando de Apoyo Tecnológico del Ejército y, en entrevista con EL NUEVO SIGLO, explicó cómo es el desarrollo del vehículo blindado Titán, el cual se usa en operaciones en Arauca, y por el que ya algunos países han manifestado interés en su producción.
EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo nació la idea de crear este vehículo blindado?
GIOVANNI ALBERTO GÓMEZ: Surge a partir de una necesidad sentida de la fuerza, donde ya a lo largo de tantos años de conflicto armado era frecuente que los grupos armados organizados y estructuras ilegales hicieran uso de métodos y medios prohibidos, de artefactos explosivos improvisados, para afectar a nuestras tropas, tanto las que se movilizaban a pie como las que se desplazaban en vehículos. Al no ser blindados nuestros vehículos, estudios preliminares dictaminaban que la misma carrocería, los tornillos, los pedazos de madera, lesionaban gravemente a nuestros hombres, causándoles en muchos casos la muerte. Necesitábamos, por vía de ciencia y tecnología, encontrar una solución de bajo costo que permitiera proteger la integridad de nuestros hombres. Así en 2013 surgió la idea de desarrollar el primer prototipo de este vehículo.
ENS: ¿Cuáles son las características principales de este vehículo de blindaje y qué se tuvo en cuenta para su construcción?
GAG: Tomamos un chasis particular y lo modificamos de tal manera que pudiéramos adicionar capas de blindaje resistentes a las ondas explosivas y al fuego enemigo. La intención también era que la capacidad de carga fuera alta. Este vehículo puede transportar 23 hombres armados y equipados con las armas de acompañamiento y de dotación. No está configurado como vehículo artillado pero tiene la capacidad de reacción y defensa; en cualquier caso, tiene 360 grados para responder a un ataque. El vehículo es prudente manejarlo a 80 kilómetros por hora. Se construyeron unas estructuras blindadas que protegen de forma íntegra a los ocupantes del vehículo. Hicimos cuatro prototipos y están al servicio en la fase de pruebas en Arauca.
ENS: ¿Cuánto costó el desarrollo del prototipo?
GAG: El primer prototipo, en 2013, costó alrededor de $700 millones, incluyendo el chasis que era de segunda mano. El segundo, que se hizo en el 2020, costó $900 millones, fue un trabajo cooperativo. Después colocamos dos vehículos de segunda mano para blindarlos, cada uno en un promedio de $800 a $900 millones.
Este prototipo de pruebas exhaustivas ha atendido movilidad de tropas y las caravanas que se integraban a los flujos de reconocimiento de caballería ligeros que hay en esta región. Su desempeño fue óptimo y esto llevó a que despertara el interés y se abriera el proceso para la construcción de los demás vehículos.
ENS: ¿El deseo de ustedes es construir más vehículos de este tipo?
GAG: La intención del sector es producirlos en serie e ir dotando a las unidades que encierren la problemática más sensible frente a estas condiciones de amenaza. Este vehículo se presentó en Expodefensa el año pasado y países como Brasil o Ecuador manifestaron su interés por el bajo costo de su producción y mantenimiento.