LA LIGERA disminución en la inflación y la aparente estabilidad en las tasas de interés (tanto internas como externas), ha generado que el peso colombiano se haya revaluado en las últimas semanas.
Lo anterior ha ocasionado que la cotización del dólar ha caído desde niveles de los $ 4.800 en abril, a estar rozando los $ 4.100 en la última semana.
Precisamente, ante esta situación, los mercados financieros como el del Bancolombia se espera que en el corto plazo el tipo de cambio se mantenga por encima de los $ 4.080 ‒nivel de referencia‒ y por debajo de los $ 4.337 ‒promedio de los últimos 20 días‒.
Esta situación es una de las razones para que los precios de los alimentos regulados hayan bajado, pero también para que se abran expectativas para una disminución en el precio de bienes.
- Le puede interesar: Industrias Estra promueve productos sostenibles
Los bienes
Esta fue la razón para que en la pasada convención bancaria presentada por Asobancaria, el presidente del gremio, Jonathan Malagón, explicó que las personas han dejado de comprar bienes semidurables (como neveras) y los durables (carro o vivienda) por el incremento en el precio del dólar, pero que esto podría cambiar por la revaluación del peso.
“Hay un fenómeno con el que no se contaba de forma tan clara hace unos meses, que hoy llega a dinamizar el mercado, que es la revaluación (del peso colombiano)”, dijo Malagón.
Ante ello, señaló que el precio de los vehículos deberá empezar a bajar desde este segundo semestre.
Desde su punto de vista, esta variación “va a significar que buena parte de los vehículos que se venden en Colombia bajen de precio, o que por lo menos esos incrementos de precios no sean tan fuertes”.
En el análisis sobre el mercado cambiario, el equipo de investigaciones del Bancolombia, manifestó que el rezago en la política monetaria de la Reserva Federal FED en relación con los precios y una mejora en la percepción del riesgo país y un contexto global favorable para la región serían consistentes con nuestro escenario optimista de la tasa de cambio, que situaría cerca de los $ 4.420 hacia el cierre del año”.
Asegura el grupo financiero que en el corto plazo se espera que el tipo de cambio se mantenga por encima de los $ 4.080 ‒nivel de referencia‒ y por debajo de los $ 4.337 ‒promedio de las últimas 20 jornadas‒.
El análisis presentado la última semana, a través del informe indica que “la curva de devaluaciones implícitas continuó invertida y registró una ampliación en su diferencial entre el corto y largo plazo, que alcanzó los -507 puntos básicos. En particular, los nodos hasta tres meses subieron 178 puntos, mientras que los demás lo hicieron en 38 puntos en promedio”.
Aseguran que “este comportamiento fue propiciado por un exceso de caja en dólares por parte de los operadores del sistema, quienes estarían tratando de monetizar los recursos a través de inversiones de corto plazo. Lo anterior, ante el debilitamiento del dólar a nivel global que estaría castigando el costo de oportunidad de mantener liquidez en esa moneda”.
A la baja
En su investigación sobre el mercado, los analistas señalan que “en términos de flujos, el sector real continuó siendo comprador neto, aunque en menor magnitud, ya que la tasa de cambio se consolidó por debajo de los $ 4.200, mientras que los agentes externos se posicionaron como vendedores netos, aprovechando la ampliación en los diferenciales de tasas entre las curvas que favorecen una estrategia de inversión”.
Referente al diferencial entre las tasas de interés en pesos y dólares, el movimiento observado en la curva fue mixto, con una pendiente negativa. A nivel local, el inicio del fenómeno de ‘El Niño’ y su impacto sobre los precios podrían propiciar una postura contractiva de la política monetaria por más tiempo de lo previsto por su incidencia en los precios de los alimentos y la energía.
A nivel global, si bien la Fed no realizó ajustes sobre la tasa de interés de los fondos federales, las preocupaciones sobre las presiones inflacionarias en el componente subyacente de los precios (índice que excluye las variaciones en los precios de los alimentos y la energía) podrían incidir en más intervenciones en el segundo semestre.
Por último, en cuanto a la liquidez del mercado, es destacable que la posición propia de contado de los intermediarios del mercado cambiario (IMC) se redujo hasta USD$ 4.120 millones. Esta dinámica sería consistente con la reciente apreciación del peso colombiano, lo que elevó el costo de oportunidad de mantener liquidez y estaría propiciando una monetización de los recursos a través de derivados de corto plazo.