Barrancabermeja, Santander, se encuentra en alerta amarilla debido al incremento en el nivel del río Magdalena, que ha alcanzado los 3,62 metros. Este aumento en el caudal ha generado una subida significativa en las aguas de ciénagas, quebradas y otros afluentes, poniendo en riesgo las zonas rurales cercanas a estos cuerpos de agua.
Según Roberto Bernal, profesional de la Subsecretaría de Gestión del Riesgo de Barrancabermeja, ya se han registrado dos emergencias en áreas rurales. La primera ocurrió por el aumento del caudal del río Sogamoso, que afectó a la vereda Cascajera, en el corregimiento de La Fortuna. "Una parte de la población está muy pegada a la ribera del río Sogamoso", señaló Bernal.
La otra emergencia ocurrió en veredas cercanas al río Opón, que ha presentado niveles elevados y ha impactado tanto a la población como a los cultivos. "El Opón venía bastante alto, y las veredas sobre él resultaron afectadas, tanto la población como sus cultivos", explicó el funcionario.
Ante este panorama, las autoridades han emitido varias recomendaciones para mitigar los efectos de las crecientes. En las zonas rurales, Bernal indicó que es crucial que los habitantes, especialmente aquellos cercanos a los ríos, tomen precauciones. "Ellos conocen el río Magdalena y saben en qué momento deben comenzar a subir sus enseres para que no resulten afectados o desplazarse a una zona más alta", dijo.
En cuanto al área urbana, Bernal subrayó la importancia de tener conciencia sobre la disposición de residuos. "Es fundamental evitar arrojar residuos óleos a las vías y cuerpos hídricos, ya que esto puede tapar los drenajes y causar inundaciones en varios sectores de la ciudad", destacó el profesional.
Además, hizo un llamado a la responsabilidad ciudadana en el mantenimiento de canales y bajantes: "Debemos estar acostumbrados a hacer el mantenimiento a las canales y bajantes de nuestras viviendas, ya que cuando se tapan, con los aguaceros recientes se van a inundar y afectarán los bienes de los barranqueños", advirtió Bernal.
La situación sigue siendo monitoreada de cerca por las autoridades locales, quienes insisten en la importancia de seguir las recomendaciones para reducir los riesgos y minimizar los daños.