El Consejo Directivo de la Corporación Autónoma Regional de Risaralda (Carder) aprobó la ampliación del DRMI Cuchilla del San Juan. Con esta determinación se extendie el área protegida y se inicia la planeación del manejo, para la ordenación y regulación de las actividades que se desarrollen allí, con destino a preservación, uso sostenible, restauración, conocimiento y disfrute.
Cuchilla del San Juan es una iniciativa de conservación promovida desde inicios de los años 1990 por la Gobernación de Risaralda y apoyada por la Carder. Posterior a la firma de los Acuerdos de Paz en el 2016, se evalúa la posibilidad de incluir los bosques naturales en el DRMI, para lo cual solicita el apoyo del Instituto Humboldt.
El 03 de febrero de 2020 se inicia el proceso de ampliación en articulación con la Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre, WCS –por sus siglas en inglés–, el apoyo de Naturaleza y Cultura Internacional, NCI y las comunidades que habitan el área protegida y su zona de influencia; hoy se hace oficial su adición de 18.613 ha, para quedar con un total de 29.652,9 ha protegidas.
En esta área se identifica la necesidad de conectar ecológicamente las áreas protegidas del sur de Antioquia (Farallones de Citará y Jardín Támesis) y el Parque Nacional Natural Tatamá. Adicionalmente se prioriza la riqueza biológica de los bosques andinos y subandinos que se encuentran en la confluencia entre el Chocó biogeográfico y los Andes tropicales.
Cuchilla del San Juan se encuentra en jurisdicción de los municipios de Apía, Belén de Umbría, Pueblo Rico y Mistrató, en el departamento de Risaralda, donde no solo viven comunidades campesinas, sino que también es un área de alto endemismo de especies de fauna y flora, algunas en peligro de extinción, por lo que protegerlas es imprescindible.
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Incalculable valor biológico
El DRMI Cuchilla del San Juan es un reservorio de biodiversidad. De acuerdo con las expediciones biológicas realizadas en el polígono de ampliación, se registraron 1636 especies entre plantas y animales (719 de flora y 917 de fauna); de las cuales, 116 son endémicas, es decir, propias de nuestro país.
Del total de especies registradas en Cuchilla del San Juan, de acuerdo con la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, UICN, 307 tienen tendencia poblacional a decrecer globalmente, 46 están en categoría de Amenaza, 2 especies en Peligro Crítico, 13 en Peligro y 31 Vulnerables.
Como especies carismáticas, en el área se encuentran el oso andino (Tremarctos ornatus), el puma (Puma concolor) y aves de interés para el turismo ecológico como la tangara aurinegra (Bangsia melanochlamys) y la bangsia de Tatamá (Bangsia aureocincta). En plantas, se estima que existen cerca de 47 especies endémicas de Colombia; de las cuales, 14 están amenazadas, como son los árboles Magnolia jardinensis (endémica y en Peligro Crítico, CR) y el Magnolia urraoensis (endémica y En Peligro, EN).
En plantas, se estima que existen cerca de 47 especies endémicas de Colombia; de las cuales, 14 están amenazadas, como son los árboles Magnolia jardinensis (endémica y en Peligro Crítico, CR) y el Magnolia urraoensis (endémica y En Peligro, EN).
De otro lado, los ecosistemas que rodean a Cuchilla del San Juan están entre las ecoregiones de los Andes tropicales y el Chocó biogeográfico, ambas consideradas como hotspot de biodiversidad a nivel mundial; es decir, áreas que son hogar de una gran diversidad de especies endémicas y que presentan altos niveles de pérdida de hábitat, de ahí que sea urgente protegerlas.
Gracias a la ampliación del área protegida de Cuchilla del San Juan, estas especies se fortalecen como Valores Objeto de Conservación (VOC) los cuales son indicadores en el tiempo del manejo efectivo que se realice en el área protegida y de esta manera establecer un plan de manejo que permita mantener y aumentar el número de individuos existentes y evitar su decrecimiento.
¿Qué sigue?
La ubicación privilegiada de Cuchilla del San Juan hace que el área esté expuesta a presiones directas y factores que contribuyen a desencadenar o agudizar el efecto en las mismas, como son: interacciones negativas especialmente humano-felino y águilas (cacería de retaliación), actividades agropecuarias sin planificación, sistemas de monocultivo y retorno al territorio con la intención de recuperar los predios abandonados por más de 20 años, debido al conflicto armado en los 90 y 2000, lo que genera ampliación de la frontera agropecuaria, ; todo un reto para regular el uso de los recursos naturales por parte de los campesinos y desarrollar estrategias de vigilancia y control por parte de la autoridad ambiental permitiendo minimizar los efectos negativos hacia el área protegida.
Con la declaratoria de ampliación del área protegida se realizará la actualización del plan de manejo general, se espera que eso incluya actividades de fortalecimiento de la gobernanza, sistemas productivos sostenibles para mejorar medios de vida, la implementación de una ruta de negocios verdes, turismos sostenible, restauración ecológica, monitoreo de la biodiversidad todos estos identificando oportunidades de beneficio local que aporten a la conservación del DRMI, desde el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes locales.
El Instituto Humboldt, junto con WCS, han sido piezas determinantes al ofrecer la asesoría técnica a la Carder, en este proceso.
PANORÁMICA del Distrito Regional de Manejo Integral Cuchilla del San Juan./Ana Yadira Guevara-Instituto Humboldt.
SE ESTIMA que existen cerca de 47 especies endémicas de Colombia, entre ellas los árboles magnolia./Stephany Quintero-WCS