Perspectivas. Custodian la leyenda de Pedro Serrano en San Andrés | El Nuevo Siglo
Foto cortesía Armada
Sábado, 25 de Junio de 2022
Redacción Nacional

En el mar abundan las leyendas. Se trata de miles y miles de historias que entrecruzan hechos reales con algunos producto de la profusa imaginación de quienes navegan esas aguas azules insondables que esconden tesoros, tragedias, aventuras y misterios…

Una de las leyendas más conocidas es la de Robinson Crusoe, el mítico personaje de la novela mundialmente famosa del escritor inglés Daniel Defoe, que relata las peripecias y dramas del más nombrado de los náufragos de la literatura mundial.

No todos saben que esa aventura novelesca, publicada en 1719, tiene origen en un hecho real que ocurrió en uno de los islotes del archipiélago de San Andrés y Providencia.

Sin embargo, muchos de los hombres y mujeres que ingresan a la Armada Nacional pronto quedan marcados por la historia de don Pedro Serrano y su odisea en cayo Serrana, en donde sobrevivió como un náufrago por ochos años.

De hecho, el banco Serrana lleva ese nombre en honor al capitán ibérico que sobrevivió allí desde 1525 hasta que fue rescatado en 1532 por un galeón de su país. La embarcación en que se transportaba iba de La Habana hasta Cartagena, pero una tormenta los alcanzó en aguas del Caribe, destrozando el navío y solo por gracia divina Serrano y otro marino fueron llevados por las agitadas aguas a un banco de arena, que terminó por salvarles la vida.

Meses después arribarían otros dos náufragos en un pequeño bote. El compañero de Serrano y uno de los recién llegados decidieron arriesgarse en altamar para interceptar a algún barco que los rescatara pero nunca más se volvió a saber de ellos. El capitán y el otro marino quedaron, entonces, varados por ocho años en la isla. Cuando finalmente un barco que hacía la mista ruta La Habana-Cartagena los auxilió, en el trayecto de regreso murió el marino y solo Serrano pudo volver a pisar su tierra natal y relatar toda su odisea.

La historia de Serrano se convirtió en leyenda y llegaría muchas décadas después a oídos de Defoe, quien la mezcló con otra aventura real, la del pirata escocés Alexander Selkirk, abandonado por sus compañeros filibusteros en una isla del archipiélago Juan Fernández, en el pacífico mexicano. Esa combinación le permitió dar forma al famoso personaje de su novela: Robinson Crusoe.

 

Ejemplo de tesón

El teniente de corbeta Carlos Mario Rojas Herrera, quien ha estado acantonado en el cayo Serrana, afirma que, sin lugar a dudas, las enseñanzas de supervivencia que dejó el capitán español marcan la vida de un marino.

“Serrano no se doblegó en el pequeño cayo Serrana, de apenas 600 metros de largo por 400 de ancho, casi perdido en medio del Atlántico. Sobrevivió junto con otro español, durante ocho años. Es un ejemplo de vida a seguir”, afirma.

Reconoce que no es una tarea fácil para los doce uniformados que protegen los intereses nacionales en Serrana y que desconocen la historia de Pedro Serrano. Sin embargo, resalta que se trata de hombres de la Armada que son entrenados para sobrevivir los dos meses que estarán en el ambiente hostil de esta isla que, junto con los pequeños islotes de Roncador y Serranilla, constituyen el territorio habitado más lejano de Colombia hacia el norte.

“No es fácil salir de tierra firme y navegar por más de 36 horas en buque desde San Andrés para llegar a la isla que tiene, por supuesto, sus enemigos: la nostalgia y los peligros del mar. Los días son más largos. Nosotros les expresamos nuestras enseñanzas y el amor por la familia, por la institución y por la patria”, relata el teniente.

Insiste que “aquí se aprende o se aprende a madurar, a analizar cada uno de los días que pasó en este lugar el navegante español sin recursos y con la única decisión de vivir. Nosotros contamos con algunas comodidades, pero esa historia es nuestro espejo y fortaleza”.

Subraya el uniformado que leyó “una y otra vez” la novela Robinson Crusoe porque “fortalece a todos los marinos en el mundo por sus enseñanzas de trabajar duro para sobrevivir y confiar en Dios”.

Vivir en Serrana no es fácil. Sin embargo, en 1973 el entonces comandante de la Armada, almirante Jaime Parra Ramírez, envió tres buques con rumbo a los cayos de Serrana y Roncador para instalar unos elementos de fibra de vidrio, diseñados por Owens Corning Fiberglas Colombia y la Facultad de Arquitectura de la Universidad de los Andes, para dar alojamiento a Infantes de Marina, que protegen estos territorios insulares.

 

Valentía y coraje

Para el jefe del Comando Específico de San Andrés y Providencia, almirante Hernando Enrique Mattos Dager, “… la historia de Pedro Serrano representa la valentía, el coraje y la resiliencia de un hombre que con fortaleza sobrevive ocho años en una isla que hoy lleva su nombre”.

Dijo que para los integrantes de la fuerza naval que viven en la isla es una gran experiencia saber que centurias atrás Serrano, un personaje histórico, sobrevivió en este mismo lugar.

Es claro que por protección y preservación este territorio insular, integrado por Serrana y los pequeños islotes de Roncador y Serranilla, no son visitados por turistas.

De acuerdo con Mattos Dager la zona que rodea a Serrana es destacada por su biodiversidad. De hecho, en el año 2000 la Unesco incluyó a todo el archipiélago en la llamada Reserva de la Biósfera Seaflower. Colombia, con su Armada, ha cumplido la exigente tarea de protección y conservación de especies clave y ecosistemas estratégicos, no solo para nuestro país sino todo el Caribe.

“El personal que llega a las islas recibe una exigente capacitación sobre todos los procesos para el manejo del medio ambiente y la preservación del ecosistema. También se protegen los nidos de las tortugas marinas que llegan a las playas para su reproducción”, explicó el alto oficial.

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Defensa integral

En todas las islas hay presencia de infantes de marina que velan por la seguridad, soberanía y medio ambiente. Según el almirante “los pescadores del archipiélago tienen todas las garantías para desarrollar su actividad en forma segura”.

En la zona no solo se vela por la soberanía y protección de los intereses marítimos de la nación, sino que se combate el tráfico de armas, narcóticos, migrantes, trata de personas, la pesca ilegal y otros delitos contra el ambiente.

Reveló que en 2021 fueron incautadas cerca de 12 toneladas de pesca ilegal, mientras que en lo corrido del presente año se decomisó ya una tonelada.

Ese es el día a día de los uniformados de la Armada que arriesgan sus vidas en altamar o en lejanos cayos, como Serrana, en donde además custodian una historia de leyenda y valentía, como la de Pedro Serrano.