La cruzada de González | El Nuevo Siglo
/AFP
Lunes, 6 de Enero de 2025

El peor error que puede cometer la dictadura venezolana es considerar que si el jefe del régimen Nicolás Maduro se posesiona el próximo viernes para un tercer y espurio mandato presidencial, ese hecho, por sí solo y de manera automática, legitimará al gobierno autoritario o acabará, ipso facto, con la cruzada de la oposición para exigir que se respete la voluntad popular expresada en los comicios de julio del año pasado que dieron como claro ganador a Edmundo González.

De hecho, la cúpula chavista sabe que las mayorías poblacionales están en su contra y si no logran sacar del poder el próximo viernes a la tiranía, ya hay un acumulado político, electoral y social suficiente que no bajará la guardia y seguirá luchando por el retorno a la democracia.

La amenaza dictatorial en torno a que si González regresa al país será capturado de inmediato, así como la recompensa de 100.000 dólares para quien dé información sobre su paradero, pese a que todo el mundo sabe que está asilado en España y en la última semana emprendió una gira por varios países latinoamericanos e incluso ahora está en Washington, en donde ayer se reunió con el presidente saliente Joe Biden, lo único que evidencia es que la satrapía también es consciente de que por más que Maduro se posesione este viernes, en modo alguno la oposición interna y la comunidad internacional se resignarán a la permanencia del régimen chavista.

Por el contrario, la gira por Suramérica del considerado por muchos países como presidente electo y legítimo de Venezuela y su estadía en la capital estadounidense, en donde no solo fue a la Casa Blanca, sino que su equipo está en contacto con los asesores del entrante mandatario Donald Trump, revalidan que por más que la dictadura logró resistir y maniobrar en estos últimos seis meses, está muy lejos de sentirse a salvo.

Resulta muy significativo que González recibiera en estos últimos días el respaldo cerrado de Argentina, tras su reunión con el mandatario Javier Milei en Buenos Aires. También mantuvo un encuentro con Luis Lacalle Pou, el jefe de Estado uruguayo. A ello debe sumarse que habló con el presidente de Paraguay, Santiago Peña, cuyo aval a la causa del líder opositor venezolano fue tan sólido que llevó a la dictadura a romper ayer relaciones con Asunción. Ahora, tras su periplo por Estados Unidos iría a Panamá y República Dominicana. Todo ello antes del viernes, ya que ese día tiene previsto arribar a Caracas.

No hay que olvidar que González ya tiene el respaldo del Parlamento Europeo y aunque la Unión Europea en su conjunto todavía no lo reconoce, oficialmente, como presidente electo, sí lo hacen, directa o indirectamente, varios gobiernos del viejo continente de forma individual.

Así las cosas, como bien lo indicara la incansable María Corina Machado en una entrevista conocida ayer, el mundo entero sabe que González es el mandatario legítimo y no va a caer en la tramoya que tiene montada el régimen para este viernes. Por el contrario, que Maduro y compañía hayan ordenado a las Fuerzas Militares y demás cuerpos de seguridad acordonar sitios neurálgicos de Caracas y de otras ciudades, incluso con personal encapuchado y armado hasta los ‘dientes’, lo que trasluce es que se quiere amedrentar a la ciudadanía para que no se movilice y proteste. Es más, hay muchas denuncias en torno a que, así como en las semanas recientes las autoridades chavistas excarcelaron a centenares de menores de edad y jóvenes que había capturado tras las marchas por la democracia de agosto y septiembre pasados, también están en marcha operaciones furtivas para detener arbitrariamente a más líderes opositores y activistas políticos. El riesgo de una represión violenta y cruenta en estos días por parte de la dictadura es muy alto, lo que ha llevado a muchos gobiernos, con Estados Unidos a la cabeza, a advertir al respecto a la tiranía.

¿Qué puede pasar en estos últimos días antes de la ceremonia de posesión del viernes? Es muy arriesgado pronosticar. Las mayorías venezolanas están con González y Machado, pero el chavismo no va a dar el brazo a torcer para concretar su trampa electoral y política. Está visto que no le teme a la comunidad internacional, y menos si no le han agravado las sanciones económicas. También es claro que busca acallar violentamente a los contradictores y someter a la población por la vía del miedo y el terror. Para no pocos analistas, el punto de inflexión no será este 10 de enero, sino después del 20, cuando Trump asuma la Casa Blanca y destape su estrategia para contrarrestar este y otros regímenes autoritarios en el continente.