CAMILA BETANCOURT y David Losada son una pareja joven de 25 y 28 años, respectivamente. Luego de 2 años de haber celebrado su matrimonio, tomaron la decisión de no tener hijos, al menos no durante un tiempo. Su elección se suma a la de cientos de parejas que han identificado diversas razones para no ser padres.
¿Estas decisiones afectan la cantidad de población joven que habita en Bogotá y reafirman que la ciudad está envejeciendo? EL NUEVO SIGLO habló con Javier Pineda, profesor del Centro interdisciplinario de Estudios sobre Desarrollo (CIDER) de la Universidad de los Andes quien explicó que el cambio fuerte de caída de natalidad se dio en décadas anteriores.
“Puede seguir disminuyendo la tasa de fertilidad, es decir, el número de hijos por número de mujeres en edad de tener hijos que es desde los 15 a los 39 años. Sin embargo, la disminución será poca porque eso ya es ‘marginal’. Pasamos de un promedio de 7 o 6 hijos a 2, aunque una región como la del occidente colombiano, especialmente el Pacífico, está teniendo una tasa de natalidad mucho más alta entonces ahí, hay diferencias, pero lo que pasa en la ciudad ya es una serie de características específicas”, señaló.
El experto recordó que el último censo del 2018 frente al 2005 mostró un crecimiento enorme de las viviendas unipersonales, es decir, personas que viven solas, situación que se basaría en la individualización de la vida social que según señaló Pineda, se ha venido fortaleciendo.
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Transición demográfica y envejecimiento poblacional
Este concepto se refiere al cambio que experimentan las poblaciones de altas tasas de natalidad y mortalidad a bajas tasas. Los niveles de natalidad y mortalidad altos evitaron que la mayoría de las poblaciones experimentaran crecimientos rápidos durante la mayor parte del tiempo.
Durante el siglo XIX Colombia presentó unos patrones económicos y demográficos que se asemejaban a una economía preindustrial.
Durante la primera mitad del siglo XX los estándares de vida de la población colombiana empiezan a mejorar por mayores ingresos y mejor nutrición y salubridad, aunque con una expansión de la educación muy lenta. De igual manera, se presenta un rápido y sostenido crecimiento económico y una transformación significativa en la estructura económica y demográfica del país.
"En Colombia estamos en la última etapa del proceso de transición demográfica, como se le llama en la literatura. Esta última etapa se caracteriza por lo que conocemos como el envejecimiento poblacional, que significa que crece proporcionalmente más la población mayor de 60 años que las otras edades. Hay un crecimiento proporcional y absoluto de la población de personas mayores en Bogotá”, sostuvo el experto.
El docente de la Universidad de los Andes hizo un estudio comparativo de esta situación entre Bogotá y otras capitales del mundo, en el que determinó que los índices son muy parecidos a ciudades como Sao Paulo y Ciudad de México.
Pérdida del bono demográfico
El profesor Javier Pineda explicó que Colombia está a cinco años de terminar el proceso de transición demográfica, lo que significa que el país pierde lo que los demógrafos llaman el bono poblacional.
“Es el momento en el que ya comienza a disminuir la proporción de personas en edad de trabajar, ese es otro fenómeno de esta transición demográfica. Es el único momento en la historia de Colombia en que tenemos una proporción de población mayor de 15 años y menor de 55 que es lo que se conoce como población en edad de trabajar”, explicó.
En ese sentido, el experto puntualizó que lo significativo del envejecimiento poblacional es lo referente al cuidado porque en una proporción significativa de las personas mayores entran en el momento de fragilidad de la salud y pueden entrar en procesos de dependencia.
“Hay distintos niveles de dependencia, está la leve, moderada y la independencia alta, por ejemplo, una persona que comience a tener Parkinson empieza a tener una dependencia moderada o una persona que tiene Alzheimer con 60 años tiene una dependencia alta. No estoy hablando de servicios de salud, es decir, los servicios de salud son servicios de cuidado, pero son especializados y son fuera de los hogares”, señaló.
Al respecto, el experto enfatizó que el problema principal corresponde al cuidado que brindan en los hogares para el adulto mayor. “Tenemos una crisis de cuidado, una crisis que se vive y que tiene distintas expresiones dramáticas que tienen que ver sobre todo con lo que llamamos el abandono de los ancianos, es decir, tenemos un crecimiento del abandono en Bogotá muy significativo. Los abandonan en las calles y en los hospitales. La gran mayoría no tiene ni vivienda propia ni pensiones”, indicó.
Reforma pensional
Superando las expectativas más optimistas, incluso del Gobierno nacional, la Comisión Séptima del Senado aprobó 70 de los 94 artículos de la reforma pensional. El importante avance se dio porque se validó una proposición para dejar la discusión de las principales propuestas de ajuste al texto para el segundo debate en la plenaria, a partir de la próxima legislatura.
Sin embargo, la principal razón que jugó a favor del propósito del Gobierno de sacar adelante esta reforma en su primer debate, es que participaron apenas 8 de los 14 integrantes de esta célula legislativa.
Además, la Comisión aprobó un impedimento que presentó el senador conservador José Alfredo Marín para participar en el debate, por lo cual el número para obtener las mayorías se redujo de 8 a 7 votos.
Si la discusión de la reforma hubiera contado con los 14 parlamentarios de que dispone la célula congresional, seguramente el debate habría sido arduo y dispendioso, y no hubiera avanzado tanto en la aprobación del articulado.
Cabe destacar que el oficialismo en la Comisión Séptima del Senado cuenta con dos votos del Pacto Histórico, uno de la curul indígena, dos de la coalición Alianza Verde-Centro Esperanza, uno de La U y uno de Comunes.
En tanto que en contra de la reforma pensional están los dos congresistas del Partido Conservador, dos de MIRA, dos del Centro Democrático. Incluso se podría contar al senador liberal en esta célula legislativa.
No obstante, los dos senadores conservadores Nadia Blel y José Alfredo Marín no participaron en el debate porque el primero, como se mencionó, le aceptaron su impedimento, mientras que la legisladora argumentó que está a la espera de que la Comisión de Ética resuelva una recusación en su contra.
La senadora Blel explicó que “la bancada del Partido Conservador en la Comisión Séptima de Senado, atendiendo las recusaciones que fueron presentadas y que no han sido resueltas a la fecha de hoy por parte de la Comisión de Ética, ha decidido abstenerse de participar en la discusión y retirarse de la sesión del día de hoy, hasta tanto la Comisión de Ética resuelva esas recusaciones”.
Tampoco participaron los dos congresistas del Centro Democrático porque están recusados; el liberal Miguel Ángel Pinto por calamidad doméstica; y en el oficialismo Piedad Córdoba por motivos personales.
Se aprobó con 8 votos a favor un bloque de 43 artículos que no tenían proposiciones radicadas.