Durante el fin de semana del 4 de julio en Estados Unidos, en medio de la celebración del día de la independencia, las autoridades registraron más de 400 tiroteos y 150 muertos.
Según datos extraídos por la cadena de CNN de la Gun Violence Archive, una web que recopila acciones de agresiones armadas en cada ciudad del país, estos sucesos se enmarcan en un clima de aumento de la violencia a la que se enfrentan en los últimos meses algunas de las principales urbes del país norteamericano.
De acuerdo a la organización, a nivel nacional se registraron más de 400 tiroteos desde el viernes hasta la tarde del lunes, y al menos 150 personas murieron en hechos violentos vinculados a armas de fuego. Expertos aseguran que el regreso de los tiroteos masivos frecuentes es inminente, por cuenta del gran número de armamento ampliamente disponible en el país.
Las ciudades más afectadas por los tiroteos durante el fin de semana fueron Chicago (88 personas fueron baleadas) y Nueva York (30 personas impactadas con armas de fuego).
No obstante, la cadena precisa, que a diferencia de otras ciudades que experimentan un aumento en los delitos violentos, la tasa de homicidios en Chicago hasta junio es un 2 % más baja que en el mismo período de 2020. Sin embargo, la cantidad de víctimas globales sigue siendo un 14 % más alta.
Por otro lado, en Norfolk (Virginia), cuatro niños resultaron heridos por disparos el viernes por la tarde, incluida una niña de 6 años que inicialmente se informó que sufría lesiones potencialmente mortales, aunque de acuerdo al último informe, la menor se encuentra estable.
Las víctimas también incluyeron a un niño de 14 años, una niña de 16 años y un niño de la misma edad. La policía de Norfolk dijo que los detectives detuvieron a un niño de 15 años acusado de estar relacionado con el tiroteo, según la cadena.
Asimismo, el domingo en la noche en Toledo (Ohio), un joven de 17 años murió y otras once personas resultaron heridas en un tiroteo en una fiesta en la calle a la que asistieron cientos de personas.